Rin es la luz en un camino lleno de obscuridad, ella es vida en un mundo muerto, es amor en una sociedad llena de odio, es esperanza en un mundo sin fe, ella es mi todo, mi razón de vivir, la razón por la que sigo aquí.
Haré lo posible por tener su...
Era una mañana tranquila, todos estaban en sus respectivos trabajos. Rin estaba llevando unos papeles de la oficina del Hokage al hospital, estaba pasando por un callejón estrecho y alguien la detuvo, era Obito. Rin sonrió, amaba ver el rostro de su novio, le daba paz y tranquilidad.
Kakashi, Naruto, Sasuke y Sakura iban pasando por casualidad por ahí mismo, el peliplata se detuvo al ver a sus dos amigos. Los ojos de Sakura se iluminaron al ver a esa tierna pareja. El equipo de Kakashi se escondieron detrás de una pared para no ser descubiertos.
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- Te traje esto. - Obito le mostró unas flores que estaba ocultando detrás suyo, la sonrisa de Rin se intensificó más.
- ¿Obito dándole rosas a Rin? - se preguntó Kakashi.
- Sensei, Obito-san nos comentó a Naruto, Sasuke-kun y a mí que le pediría a Rin-san que fuera su novia, seguramente se lo pidió ayer, pero no sabemos qué respondió Rin-san. - dijo Sakura.
Kakashi sonrió bajo su máscara. - Al parecer por fin lo lograste Obito. - pensó. - Bueno chicos, no tenemos tiempo para espiarlos, tenemos una misión. - susurró.
- ¡Sí!
Rin tomó las rosas y se acercó al Uchiha, con su mano izquierda comenzó a acariciar la mejilla de Obito, lo cual lo hizo sonreír.
- No te merezco Obito. - sonrió.
- ¿Qué? Eso debería decir yo. - rió.
- Muchas gracias...
La sonrisa de Rin expresaba todo lo que no podía decir, expresaba más que mil palabras, expresaba felicidad, tranquilidad, amor, esperanza, fe, expresaba muchos sentimientos que residían en el corazón de la Nohara.
- Tengo que regresar al trabajo, ¿Qué te parece si vienes a cenar en la noche a casa? A mamá le encantará tenerte de visita. - Rin sonrió.
- Ahí estaré cariño.
Rin se retiró al trabajo, el Uchiha hizo lo mismo, parecía como si al verse su energía subía de golpe. En esta ocasión Rin salió de trabajar más temprano y regresó a casa con su madre. Le ayudó a preparar la cena.
- Kaasan, hoy vendrá Obito a cenar. - dijo mientras picaba algunos vegetales.
- ¡¿Enserio?! Ya tenía muchísimo que no venía a cenar aquí. - sonrió.
- Y debo contarte algo. - Rin sonrió mientras sus mejillas tomaban un color algo rosado.
- ¿Qué cosa?
- Obito... él ayer me pidió que fuera su novia, y le dije que sí.
La madre de Rin abrió los ojos y dejó caer un plato por accidente por lo sorprendida que estaba, ella deseaba desde el fondo de su corazón que ellos dos terminaran juntos, siempre lo deseo, Obito era un chico increíble, sabía que su hija estaría en buenas manos. Algunas lágrimas comenzaron a salir de los ojos de la señora Nohara.
- ¡¿K-Kaasan?! ¡¿Estás llorando?!
La madre de Rin abrazó a su hija con todas sus fuerzas. - Por fin... siempre esperé que este momento pasara.
- Pues tú sueño se ha hecho realidad. - rió.
La señora Nohara limpió las lágrimas que comenzaban a salir y sonrió. - ¿Cómo se deberían llamar sus hijos?
Rin se pusó roja como un tomate. - ¡Kaasan! ¡Apenas llevamos un día de novios!
- Sí, sí. Lo lamento, me adelanté. - rió.
Ambas siguieron preparando la cena, hicieron yakitori con algunos vegetales en su jugo de complemento, sirvieron tres copas de vino y las colocaron en la mesa. Después de unos cuantos minutos, la puerta se hizo escuchar, era Obito quien estaba tocando afuera en espera de que le abrieran. Al abrir, Obito sonrió, llevaba consigo un pequeño ramo de rosas y volteó a ver a Rin.
- Rin, te regalé un ramo de rosas hoy en la mañana, me parecía justo darle unas a tú mamá.
La madre de Rin llevó ambas manos a su boca y sonrió, ese era un muy lindo detalle del Uchiha. Tomó las rosas y las olió. - La ultima vez que recibí unas rosas fueron de mi esposo. - sonrió recordando el rostro de su difunto marido. - Eres muy amable Obito-kun.
Todos sonrieron y ambas dejaron pasar al Uchiha a la casa, Obito se sentó en el comedor mientras Rin y su madre fueron a la cocina para traer la cena a la mesa. Las dos se acercaron con los platos, Obito los tomó y ayudó a colocar los cubiertos en la mesa, tomaron asiento y se sirvieron algo de vino.
- Entonces, usted está saliendo con mi hija, ¿Cierto señor Uchiha? - preguntó la madre de Rin con un semblante de seriedad, quería jugar un poco con el Uchiha.
Una gota de sudor corrió por la frente de Obito, lo cual hizo reír a las dos.
- Me alegra muchísimo que tú seas mi yerno, tienes mi aprobación, así que no abuses de mi confianza, cuida de mi pequeña Rin. - sonrió.
- ¡Le prometo que seré el mejor novio del mundo! No abusaré de su confianza y cuidaré de Rin como si fuese la única chica en el mundo, mis ojos solo pueden verla a ella.
- Y tú Rin, aprovecha que te tocó un buen hombre, se buena con Obito-kun.
- Claro madre, lo aprovecharé al máximo. - sonrió.
- ¿Ya podemos planear la boda?
Ambos novios se sonrojaron, la madre de Rin se hecho a reír, siempre se adelantaba, pero le causaba mucha gracia que ambos se sonrojaran a ese nivel solo por ese comentario. - Lo siento, siempre me adelanto. - rió.
La señora Nohara tomó su copa de vino. - Brindó por la hermosa relación que tienen, porque perdure y su amor jamás se acabe, brindo por ustedes.
- ¡Salud!
Chocaron sus copas y bebieron hasta el fondo sin dejar ni una sola de gota de vino en sus copas.
- Y dime Obito, ¿Cómo te va en el trabajo?
- De maravilla, me han estado dando misiones más profesionales desde que me convertí en jounin.
- ¿Y aún sueñas con ser Hokage?
La madre de Rin recordaba que el Uchiha siempre decía eso de pequeño, así que decidió hacerle esa pregunta.
- ¡Claro! Es uno de mis más grandes sueños. - sonrió.
- ¿Uno de tus más grandes sueños? ¿Tienes más?
- Así es, otro de mis sueños es ver triunfar a Rin, y ser feliz a su lado.
Rin sonrió, sus sueños tenían una cosa en común, estos involucraban que estuvieran juntos. ________________________________________
