Lo que se lleva el viento

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Uno de los revividos en el campo de batalla, era Hiro Uchiha, hermano mayor del famoso Narai Uchiha, el joven prodigio. Habían pasado ya 18 años desde su muerte, en donde su hermano menor había decidido quitarse la vida al enterarse de la muerte de su querido hermano.

Frente a él, estaba Obito, observándolo con dolor.

— Acaba con esto ya, Obito-kun, por favor.

El Uchiha mayor adoraba a Obito cuando eran apenas unos niños, a pesar de que el pequeño se llevaba mejor con Narai, le tenía cierto cariño, lo veía como su segundo hermano menor.

De pronto, de aquel cuerpo revivido surgió una luz intensa, la cuál encandiló a los presentes, a penas unos segundos después el alma estaba siendo desprendida del cuerpo revivido, Itachi había logrado detener el edo tensei.

— Todo esto que está ocurriendo es mi culpa.

Obito abrió los ojos algo anonadado. — ¿Por qué dices eso, Hiro-senpai?

Mientras el alma del Uchiha se elevaba, una sonrisa nostálgica se escapó de sus labios.

— Por no estar ahí para él, y guiarlo por el buen camino.

Finalmente, desapareció, dejando a Obito con muchas dudas, anonadado.

...

Sasuke contemplaba a Kabuto, quién se encontraba con los ojos cerrados, totalmente atrapado en aquel genjutsu poderoso.

Observó como Itachi tocaba su ojo, de el comenzaba a brotar bastante sangre.

— ¡¿E-Estás bien?! ¡Te dije que no lo hicieras! Es demasiado peligroso, el izanami tiene consecuencias.

Itachi sonrió, para después comenzar a toser sangre. — Te lo dije, Sasuke, en las guerras hay ciertos sacrificios que son necesarios.

El Uchiha menor lo observaba con tristeza en sus ojos, no fue cuestión de segundos cuando su hermano mayor se desplomó al suelo, entrecerrando sus ojos, viendo como su hermano menor se acercaba a toda prisa bastante preocupado.

— ¡Estarás bien, aguanta! – gritó Sasuke bastante angustiado, cargando a su hermano mayor con ambos brazos, corriendo con él a toda prisa a donde se encontraba la división médica. — ¡Alguien ayúdeme! – de inmediato Sakura salió muy alarmada de una carpa blanca, corriendo hacia Itachi, quién parecía desmayado, sin embargo aún tenía los ojos abiertos, estaba consciente.

— ¿Qué le ocurrió? – preguntó llevando ambas manos al pecho del Uchiha, para realizar un jutsu médico, intentando encontrar la razón por la cuál se encontraba en dichas condiciones.

— Realizó el Izanami, según lo que investigué, éste trae como consecuencia la pérdida de la luz en el ojo que utilice, pero no esto.

Itachi jamás lo había hablado con nadie, más que con su mejor amigo, Shisui. Él contaba con una enfermedad llamada Poliangiite microscópica, una enfermedad en la cuál el sistema inmunitario atacaba a las células sanas del organismo, es decir, los anticuerpos atacaban a los vasos sanguíneos del portador, haciendo que estos queden cada vez más dañados y desarrollen sangrados conforme el tiempo pasa.

Había decidido guardar el secreto, en su lugar tomaba una serie de remedios para permanecer vivo, en donde requería una combinación de inmunodupresores junto con corticoides. El único en enterarse había sido Shisui, ya que para desgracia de Itachi, lo había visto sangrar unas cuantas veces sin que éste se diera cuenta.

La luz de mi vida (ObiRin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora