Hiro Uchiha

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- ¿Acaso no lo sabías? Hiro-senpai falleció en la misión a la que fue.

...

¿Qué? Hi-Hiro-san...?

El rostro de Obito no expresaba ninguna emoción, su mente estaba en blanco. Recordó que hace unos días habló con él.

*Flashback*

Obito sonrió, a lo cual Hiro hizo lo mismo.

- Tienes razón, esperaré por él, gracias Obito-kun. Aún me queda mucho tiempo, seguro que me perdonara, no importa si sea hoy, mañana o en algunos años, lo esperaré lo que sea necesario.

- No hay nada que agradecer Hiro-san, todo estará bien, tenlo por seguro.

*Fin del Flashback*

Un escalofrío recorrió todo su cuerpo. - Es mentira, ¿Verdad? ... - susurró Obito.

- Me gustaría que fuera mentira, pero no lo es. No quisieron darnos detalles de lo que ocurrió o cómo murió.

Obito salió corriendo hacia la casa de Narai, necesitaba hablar con él, saber cómo estaba, para saber si era una mentira lo que escuchó.

Tocó la puerta y salió la madre de Narai.

- Buenas noches. ¿Se encuentra Narai-senpai?

- No... salió hace rato. Obito-kun, Narai se siente muy mal, por favor trata de hablar con él, a mi no me quiso escuchar.

- Eso haré, no se preocupe.

Obito se fue corriendo intentando encontrar a Narai. La madre de los Uchihas cerró la puerta y algunas lagrimas comenzaron a salir de sus ojos, ella estaba destrozada, el sentimiento de perder un hijo era lo peor del mundo.

La madre de Narai y Hiro recordó cómo se había enterado de la muerte de su hijo mayor.

*Flashback*

Tocaron la puerta e inmediatamente ella abrió, en la entrada se encontraban tres anbus.

- Buenas tardes. Pasen, está lloviendo, no puedo dejarlos afuera. - sonrió. ¿En qué puedo ayudarles?

- ¿Usted es la madre de Hiro Uchiha?

- Así es. Es mi hijo mayor. ¿Hizo algo malo? - rió.

Los tres anbus agacharon su mirada. Claramente no estaban ahí porque Hiro hiciera algo malo, Hiro era un ángel, era tan bondadoso, estaban allí por otro motivo.

- Nos da mucha pena venir a decirle esto. Pero... es necesario. El Shinobi Hiro Uchiha, falleció en el campo de batalla en su última misión.

La madre de Hiro sintió como si su corazón hubiese sido atravesado por miles de chuchillos al mismo tiempo. Sus piernas comenzaron a fallar y no podía respirar bien. Calló al suelo de rodillas.

Creía que era una mentira, ella no podía creer que su querido hijo había muerto, más bien no lo quería aceptar. Hiro y Narai eran su razón de vivir. Una de las razones por las que vivía se había ido...

- ¿Se encuentra bien?

La señora ni siquiera contestó, era obvio que no se encontraba bien. Pudo recuperar la respiración, pero posteriormente comenzó a gritar, las cuerdas vocales de su garganta se desgastaban con cada grito desgarrador que salía de su boca.

La luz de mi vida (ObiRin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora