Detrás de la máscara

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"Por no estar ahí para él, y guiarlo por el buen camino".

Esas palabras daban vueltas y vueltas dentro de la cabeza de Obito. No lograba entender lo que Hiro había querido decir antes de que el edo tensei se deshiciera, ¿Por qué habría dicho que todo esto era su culpa?

El Uchiha dió unas fuertes palmadas en sus mejillas, no era tiempo de pensar en estupideces, Hiro había fallecido cuando tenía tan sólo 18 años, le quedaba mucho por vivir y seguramente era algo que él hubiese deseado. Ahora estaban en una guerra, necesitaba enfocarse en ello.

Sin siquiera notarlo, como si de un relámpago se tratara, aquel enmascarado estaba postrado frente a él, con aquel atuendo de siempre, con la misma máscara anaranjada de cuando lo había visto por primera vez. De inmediato se puso a la defensiva.

— Tranquilo. – movió ambas manos de un lado a otro. — No quiero hacerte daño, Obito-ku. – expresó con aquella típica voz grave.

— ¿Qué planeas entonces? – preguntó frunciendo el ceño con fuerza.

— Lo mismo que Madara-san.

Obito tensó completamente el cuerpo. Madara en ese momento se encontraba en el otro campo de batalla y lo sabía, sin embargo, escuchar de aquel "plan" le hizo recordar una sola cosa.

Recuerdos de su pasado se hicieron presentes.

Madara le había implementado las células de Hashirama a su cuerpo y lo había tratado de persuadir y guiar por el mal camino, estuvo a punto de caer, sin embargo, Rin, la luz de su vida lo evitó.

— Supongo que has escuchado hablar de su plan, Madara-sama me lo contó, intentó mostrarte la realidad.

De pronto, en un abrir y cerrar de ojos, Kakashi se lanzó a aquel hombre enmascarado, sin embargo, los kunais que empuñaba atravesaron su cuerpo inmaterializado.

— También usa el kamui, Kakashi.

— Ya lo vi. – exclamó con seriedad. — ¿Qué podemos hacer?

Obito llevó sus dedos a su barbilla, intentando pensar en algún buen plan, hasta que finalmente lo consiguió. Se acercó al de cabello grisáceo y se lo comentó, el cuál estuvo completamente de acuerdo.

Algunos de los shinobis que quedaban en el área se lanzaron al enemigo tras la indicación del Uchiha. Éste de inmediato utilizó el kamui y lanzó estacas gigantescas. Naruto, quién era parte de los shinobis que quedaban en aquel campo de batalla, creó dos clones de sombra, uno el cuál creo un rasengan que se lanzó al enmascarado en busca de golpearlo, el otro, creando una bomba bestia con cola mientras era protegido por Bee. Cuando el clon con el rasengan estaba apunto de golpear al enemigo, desapareció gracias a una de sus estacas. El otro clon lanzó la bomba bestia con cola, en donde el enmascarado utilizó el kamui y se materializó en otra dimensión para esquivar el ataque, pero para su sorpresa, pasados algunos segundos, el clon desapareció, dejando ver detrás a Obito, quién golpeó la máscara de un golpe.

Por fin lo veía sin máscara.

Era nada más y nada menos que Narai Uchiha, su senpai, el hermano menor de Hiro.

Anko, quién se encontraba ahí, cayó de rodillas, su respiración comenzaba a agitarse.

— Estabas muerto... – susurró para sí misma, levantando la mirada, topándose con la de él.

— Cuanto tiempo, Anko-san.

— ¿Na-Narai? ¿Qué es todo esto? Tú no eras así... ¡Tú me amabas! Lo dijiste cuando éramos jóvenes.

Narai comenzó a reírse como desquiciado.

— Ese tonto amor de niños. – dijo recuperando el aire. — Al parecer no me conocías lo suficientemente bien, yo solamente amaba a Hiro-niisan.

Narai apartó su mirada de la mujer que se encontraba tirada en el suelo llorando como magdalena. En su lugar, Obito lo veía sin expresión alguna en el rostro, totalmente pálido, con las manos temblando.

— Na-Narai-senpai. ¿Po-Por qué?

— ¿Por qué? – repitió la pregunta del Uchiha menor. — Te diré porque. Quiero crear un mundo en donde esté Hiro. Obito-kun, el mundo al que estás protegiendo no es más que un asqueroso mundo shinobi lleno de hipocresía y dolor.
...

Nota: Si quieren estar en un mejor contexto, pueden regresar a los capítulos del 38 al 43, pero de igual forma aquí habrá un pequeño resumen.

...

18 años atrás

Hiro se encontraba mirando el cielo por la ventana de su habitación, las estrellas brillaban más que nunca, parecían haberse robado su propio brillo.

"¡Todos me dicen que soy una mierda comparado contigo! Ojalá no hubieras nacido nunca"

La discusión de hace unas horas giraba y giraba en su cabeza, clavando en su cerebro sus propias palabras como cuchillos. Comenzaba a darse cuenta, había hecho mal, soy hermano menor no tenía culpa de su inutilidad.

Cerró la ventana de su habitación, sintiendo una última ráfaga de viento antes de cerrarla por completo. Dió un último vistazo a las estrellas y se retiró, necesitaba disculparse con Narai.

—Narai, lo siento por lo de hace rato. En realidad realidad estoy muy orgulloso de ti. Lo lamento por culparte de lo que no puedo hacer, pero... por favor entiéndeme, no es fácil vivir bajo la sombra de tu hermano menor. Nadie... nadie cree que podré convertirme en Hokage, sin embargo... a ti te lo dicen todo el tiempo, dicen que tienes todo para serlo, y eso... a mí me duele.

Narai se limitó a contestar, aún se sentía molesto, se sentía traicionado.

Él, durante toda su vida se dedicó a apoyar a su hermano mayor, era el único que creía en él además de su madre. ¿En serio se había atrevido a decirle aquellas cosas ¿A culparlo después de todo el amor que le dió? Lo último que quería hacer en ese momento era verle el rostro, a pesar de ser la persona que más amaba en esta vida.

El sol se asomaba, era un nuevo día.

Narai y Hiro se encontraban en la oficina del Hokage junto con otros dos anbus, al parecer los habían llamado para una nueva misión, juntos.

— Hiro no servirá en la misión, sólo es un genin. – exclamó Narai, sin siquiera mirar a su hermano mayor.

— ¡¿Qué dijiste Narai?!

Después de recibir las indicaciones y la información sobre la misión, ambos se retiraron de la oficina, no obstante, Hiro detuvo a su hermano menor, lo tomó por el brazo, obligándolo a dirigir su vista a él.

— Sabes que no podemos estar así, ya te pedí disculpas, sé que te dije algo horrible anoche, pero debes cooperar, no podemos estar así en una misión, todo saldrá mal.

— De todas maneras, no servirás en la misión. Yo cooperaré, no necesito tú trabajo en equipo para completar la misión, los anbus y yo los haremos, tú eres el extra.

Hiro apretó su puño, pero contuvo sus palabras, como el hermano mayor que era no podía cometer nuevamente el mismo error, sabía que Narai aún era un adolescente y se dejaba guiar por sus emociones, pero él no lo culparía por eso.

— Tal vez tengas razón, lo siento.

Había llegado el momento, debían ir a aquella misión.

...

La luz de mi vida (ObiRin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora