La luz de mi vida (ObiRin)

Sensaciones hermosas

Era sábado por la mañana, todos se encontraban en sus casas descansando. Rin estaba sirviéndose un café para empezar bien el día, aún tenía puesta su pijama, ya había tendido su cama y hecho su desayuno. Tomó su café y fue al comedor donde había dejado su desayuno. Al terminar de desayunar subió al segundo piso y tomó una ducha, al salir se puso una bata de seda para estar cómoda en casa. Aproximadamente a las 11:00 am, sonó el timbre de su casa, Rin se paró de su cama y fue a abrir la puerta, era Obito.

- O-Obito, me pena que me veas así.

Obito sonrió. - ¿No te dije que sea cómo sea te ves hermosa?

Rin se sonrojó. - ¿Y a qué se debe tu visita?

- Me preguntaba si querías salir conmigo a tomar un paseo. Hace bastante que no teníamos tiempo solo para nosotros dos y bueno... me gustaría aprovechar que hoy no tenemos trabajo. - sonrió.

- Me encantaría. ¿Justo ahora? ¿Me esperarías? Necesito cambiarme, no puedo salir así. - rió.

- Te espero todo lo que quieras.

Obito se sentó en el sofá de la casa, la madre de Rin bajó y saludó al Uchiha, se sentó a un lado de él para conversar mientras Rin se cambiaba.

Rin bajó ya con su ropa puesta, Obito sonrió.

- Listo.

- Que les vaya chicos. - dijo la madre de Rin.

Ambos salieron, el clima estaba fresco, el aire estaba algo frío. Rin comenzó a temblar, ella sólo llevaba puesta una blusa de mangas cortas, por lo que tenía frío.

- Hace un poco de frío ¿No? - rió.

Obito en ese momento se quitó su sudadera y se detuvo, Rin hizo lo mismo.

- Levanta los brazos.

- ¿Q-Qué?

- Solo hazlo. - sonrió.

Rin hizo caso y levantó los brazos, Obito le puso la sudadera intentando no estropear su cabello, le quedaba un poco grande, las mangas de la sudadera le colgaban, se veía demasiado tierna.

- Y ahora, ¿Tienes frío?

- No... - sonrió. - ¿Pero qué hay de ti?

- Yo nunca suelo tener frío, me gusta el clima fresco.

Rin se acercó al Uchiha y lo abrazó, recargó su cabeza sobre su pecho, Obito se sonrojó y segundos después comenzó a acariciar el suave cabello marrón de Rin.

Rin y Obito caminaron todo del día por la aldea, pasando por diferentes puestos de comida, comprando algunas artesanías y observando los diferentes panoramas de la aldea.

Por la tarde compraron unos helados y se sentaron en una banca para conversar, el tiempo pasaba, pero para ellos era como si pasara en cámara rápida, no se dieron ni cuenta de que el sol comenzaba a ocultarse.

Eran las 8:00 pm, Rin y Obito aún seguían conversando sentados en aquella banca, hasta que Rin se percató de que la luna había salido ya.

- Ni siquiera me di cuenta de que había salido la luna, el tiempo se pasa volando. - rió.

- ¿Quieres regresar a casa o aún te quieres quedar un rato más?

- Quiero quedarme más tiempo, mañana es domingo, hoy puedo dormir tarde, mañana tenemos el día libre. - sonrió.

- Entonces sígueme.

El Uchiha se pusó de pie y le extendió la mano como un príncipe, Rin la correspondió como una princesa. Ambos caminaron de la mano hasta llegar a un jardín que estaba cerca del bosque, donde habían algunas flores en el suelo.

Obito se recostó sobre el pasto, Rin hizo lo mismo.

- Que lindas se ven las estrellas el día de hoy. - Rin señaló con su dedo indice en dirección al cielo oscuro.

Obito suspiro, amaba este tipo de escenarios. Estar acostando viendo una bella vista a lado de la persona que más amaba, era una sensación indescriptible, parecía que las mariposas de su estómago estaban teniendo una batalla, parecía que su corazón luchara por salir de su pecho, pareciera que estaba en el cielo.

- Sí, el día de hoy las estrellas se ven hermosas, pero a un lado mío hay algo aún más bello.

Rin se sonrojó y apartó la vista del cielo, sonrió para ella misma, era demasiado afortunada al tener un hombre como lo era Obito.

Obito cerró los ojos, quería tranquilizar un poco su acelerado corazón, sentía una paz inmensa dentro de él, pero a la vez se sentía algo nervioso. Sintió como algo se recostó sobre su pecho, abrió los ojos, Rin rodeó sus brazos sobre la cintura de él Uchiha, Obito sonrió e hizo lo mismo, con una de sus manos comenzó a acariciar su cabello y jugar un poco con el.

Obito en ese momento se dio cuenta de algo.

Eso era lo que él quería, quería pasar por eso cada uno de sus días, despertar y abrazar a Rin como si fuese la única chica del universo.

Obito se decidió, le pediría a Rin lo que siempre deseo, pero debía ser otro día, necesitaba prepararse, planearlo, hacer algo especial que ella recordará por el resto de sus días.

Rin hizo salir a Obito de sus pensamientos uniendo sus delgados y finos labios a los del Uchiha, cosa que lo sorprendió.

Obito abrió los ojos como platos y enseguida los cerró con lentitud, no quería arruinar ese hermoso momento.

Obito liberó la tensión de sus hombros y siguió el beso de Rin, colocó sus manos en la nuca de Rin y la acercó más a su rostro, su corazón comenzó a palpitar tan rápido que creía que podía desmayarse, pero... tener los suaves labios de Rin encima de los suyos se sentía bien, era un sentimiento demasiado cálido y hermoso, era la mejor sensación que había tenido en toda su vida.

Ambos se separaron, los dos estaban completamente sonrojados, no entendían cómo pudo pasar eso, pero era lo mejor que les pudo pasar.

- L-Lo siento O-Obito yo no...

- Gracias.

Obito sonrió, a Rin esa sonrisa le dio tranquilidad, esa bella sonrisa que tenía el Uchiha la hacía sentir cómoda, la hacía sentir amada.
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