La boda de Mat

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Mar

La alarma me sonó y esta vez me tuve que levantar enseguida, y no podia posponer la alarma como hacía siempre, porque mi mejor amigo se casaba, Mat se casaba, joder. Estaba tan feliz por él.

Apagué la alarma, cuando en ese momento Samuel me envió un mensaje, a lo que yo como una tonta sonreí.

—Buenos días princesa, espero que hayas dormido bien, te quería recordar que de aquí dos horas, más o menos,  vendré a buscarte, te quiero rubia.

Le contesté y me fui corriendo a desayunar, tenía hora en la peluquería de aquí media hora, desayuné un bol de cereales con leche, me vestí y después de hacerme la foto del outfit de hoy salí de casa.

—¡Hola! —Dije abriendo la puerta de la peluquería

—Hola Mar querida, ¿empezamos?

—Si por favor que voy un poco justa...

Fui a la peluquería la cual nos peinó en el desfile del Louvre, fueron un encanto y trabajaban de lujo, así que no dudé en ir allí, nada más supe lo de la boda de Mat. Una hora y media después ya estaba peinada y maquillada. Me habían ondulado el pelo recogiéndolo en una alta coleta, junto con un maquillaje sencillo y discreto, combinaba genial con el vestido.

Fui al metro para llegar a casa y vestirme, el vestido era uno que había confeccionado yo misma. Si, me había montado una historia del vestido para que Samuel me acompañase a hacerme el tatuaje.

El vestido era uno de manga corta, escotado y con una raja un poco más abajo de la cadera, color lila flojo. Me sentía como una diosa griega, si mi profesora de confección viera el vestido estaría muy orgullosa de mí y como había ido mejorando.

Me puse el vestido y mis tacones, me eché colonia y me emocioné al verme en esta situación, iba a la boda de mi mejor amigo. Un claxon me hizo volver a la realidad, el del coche de Samuel, mi rubio me esperaba abajo.

Cogí el móvil, cerré en llave y metí las llaves en el mini bolso que me había hecho a juego. Baje nerviosa, estaba hecha un flan, pero cuando lo vi se me pasaron los nervios, cuanto más me acercaba a él más podía ver como tenía los ojos llorosos.

—Estas preciosa. —Me dijo besándome en los labios.

—Tú también Samu...

Subimos al coche, pusimos música, hablamos y disfrutamos del ambiente. Cuando ya llegamos me soltó:

—Hoy vas a conocer a mi padre...

Hostia

—Por fin...

—Le vas a encantar... —Me dijo besándome la mano

Llegamos a la iglesia Saint-Germain-des-Prés, una de las iglesias más bonitas de todo París. Salimos del coche, Samuel y yo salimos de la mano. Enseguida la gente se acercaron a nosotros, cuando vino un hombre que aunque no lo conociera podía saber perfectamente quién era, era la mezcla de los tres hermanos, Axel, Mateo y Samuel.

Se abrazaron y pude escuchar como ambos lloraban, joder, este dia iba a ser muy emocionante, cuando se separaon poso su mirada en mi.

—¿Mar?

No sabía qué decirle, así que le sonreí, pocos segundos después me abrazó.

—Gracias por hacer tan feliz a mi hijo, de verdad...

En ese momento los dos empezamos a llorar, nos separamos, Samuel y yo entramos a la iglesia, Benjamin, el padre de Samuel, se quedó para entrar con Mateo del brazo.

Una vez dentro, conocí a Isabella, la abuela de Samuel, y a los padres de Chloé. Poco a poco la iglesia acabó de llenarse, todos los presentes allí nos sentamos. Cuando empezó la música, Mateo entró con Benjamin, todos nos giramos hacia ellos, Axel, Violette, Samuel y yo ya estábamos llorando, cuando Mateo pasó por nuestro lado, nuestras miradas coincidieron y nos sonrió. Minutos después Chloé entraba con su padre con un vestido espectacular, parecía una princesa.

La ceremonia empezó y no tardó en llegar ese "Sí quiero" de ambos, fue una ceremonia muy emocionante, ambos estaban guapísimos.

Una vez salimos todos de la iglesia, nos fuimos a donde íbamos a celebrar el banquete de la boda, una media hora en coche, era en una casa rústica un poco a las afueras de París, nada más llegamos pude ver lo bonito que estaba decorado, había mesas redondas colocadas por todo el descampado, con un escenario y una pequeña pista de baile. En cada mesa ponía los nombres de quien iba sentado con quien. En mi mesa éramos Benjamin, Samuel, Isabella y yo.

Cuando todos estábamos sentados, Mateo llamó nuestra atención dándole un pequeño toque a su copa con el cubierto.

—Muchas gracias a todos por venir, me gustaría decir que ahora mismo soy la persona más feliz del mundo, tengo a la mujer que quiero a mi lado, a mi padre, mis hermanos, mi abuela y mi mejor amiga acompañándome en este día y no podía pedir más. Simplemente gracias...

Todos aplaudieron tras el breve discurso de Mateo, cuando Axel sacó un papel de su bolsillo y se dirigió al escenario, se puso enfrente del micrófono y empezó su discurso.

—Vaya por Dios, ¿Quién iba a decirme a mí que serías el primero en casarte Mat? Si yo me acuerdo todavía cuando nacistes, tan frágil y tan pequeño... ¡Y ahora me sacas una cabeza y un matrimonio!

Todos se rieron, el discurso de Axel tenía un punto cómico, pero gran parte nos hizo llorar a todos, después de esto ambos se abrazaron, comimos, bailamos, nos lo pasamos de maravilla, cuando llegó el  momento del lanzamiento de ramo.

—¡Venga Mar ponte! —Me dijo Mat riendo

Me puse junto las demás mujeres, chicas y niñas que había, Chloé se puso de espaldas, y cuando fue a tirarlo, se giró y vino directa hacia el montón, se puso delante mía y dijo:

—Para ti Mar...

A lo que yo me quedé anonadada, me abrazó y me susurró "gírate hacia el escenario." Cosa que hice y cuando todas se apartaron pude ver a Samuel ahí de pie.

¿Pero Samuel qué haces ahí?

Intentaba no llorar, pero nada más empezó a hablar fue imposible no derramar ninguna lágrima.

Algo más que un amor de verano [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora