En siete días, ese fue el tiempo que le dio Mingjue para ir a buscar a su hermano menor. El líder de secta Nie partió después de dos días de la reunión entre líderes de secta, no sin mostrar su decepción de no haber podido probar la fuerza de Jiang Cheng, aunque terminó complacido después del combate que se alargó con sus gemelas, quienes lo vencieron al final por tema de resistencia. Jiang Cheng tuvo que fingir que era una lástima tener que negarse al líder Nie mientras se ocupaba en llenar los nuevos estantes de libros de XiChen, pero rio cuando él mismo XiChen invitó a ChiFeng-Zu a la tarea y este se negó categóricamente.
—¡Esto es tarea para Huaisang, Zewu-jun, no te equivoques! —dijo con buen humor, tras darle una palmada amigable en su hombro.
Al menos sobrevivió a los dos días con el líder Nie cerca, pero tendría que ingeniársela para los demás.
Como eran siete días, tuvo que partir de Gusu Lan a los cinco días para tomarse dos de viaje desde las montañas de Gusu Lan hasta el norte en Qinghe. Lo bueno, es que tuvo tiempo de ver cómo las personas que Wen Qing le pidió a XiChen que salvara llegaron a Gusu Lan. Fue una comitiva de poco más de dos docenas de personas, los que decidieron irse, los que decidieron abandonar el manto de su antigua secta para refugiarse en Gusu. Fueron ancianos, mujeres embarazadas, jóvenes y un par de adultos que no quisieron entrar al llamado de la posible guerra. Wen Qing abandonó a Caiyin con su hermano para encontrarse con ellos y el momento emotivo en el encuentro con su familia le movió el corazón.
Si esa gente no hubiera tomado la decisión de abandonar el manto de los Wens, él tendría que cumplir su piedad filial. Probablemente, en un universo donde jamás hubiera recibido la ayuda de Wen Qing y Wen Ning, eso no hubiera importado en lo más mínimo, pero aquí y ahora, donde pudo ver los ojos llorosos de sus dos amigos, no puede imaginar otro curso de acción más que protegerlos. No tiene sus tierras aún, pero eso no impidió hacerle la promesa: «Cuando recupere Muelle de Loto, serán bienvenidos en Yunmeng».
Dejarlos a ellos en Gusu estaba bien, aunque Wen Qing insistiera en seguirle después de traer a Huaisang. Seguro ella cambiará de opinión en esos días mientras está con su familia.
—Jiang-zhongzhu, estamos cerca.
En tres caballos, Jiang Cheng y sus dos arañas se acercan a su destino. Llevan capas oscuras que les cubre por completo y han viajado mayormente de noche para evitar ser visto, escondiéndose mientras tanto en el bosque o en alguna cueva del camino. El camino entre ambas sectas ha sido empinado y difícil. Las montañas de Qinghe hacia el norte son aún más frías e imponentes y los bosques muchos más profundos. Los ríos empiezan a mostrar un caudal más imponente y los caminos son escasos. No obstante, cuando Jiang Cheng avanza con su caballo negro hasta el pináculo de aquel barranco, observa cómo se ve Qinghe en el valle entre las montañas. Las murallas altas, el fuego que alumbra sus torres y la niebla que baja con suavidad sobre los montes. Es preciosa y aterradora.
La primera vez que estuvo en Qinghe, Jiang Cheng tendría unos diez años. Fue con Wei Wuxian, quien tenía once, y estuvieron emocionados en su primer viaje de espada con su padre y la comitiva de Yunmeng Jiang. Según recuerda, su padre iba a sellar un trato con el actual líder de secta Nie, quien había subido al liderazgo después de la muerte de su padre. Mientras los adultos hablaban (aunque ahora, piensa, Nie Mingjue debía ser apenas un joven un poco mayor que él ahora, aunque se viera ya como la enorme montaña de músculo que es hoy), ellos habían conocido a Nie Huaisang y estuvieron jugando en el patio antes de que el llamado de Nie Mingjue regañara al pequeño. Huaisang se estremeció y ocultó su rostro tras la manga, diciéndole a su hermano que ya se había cansado de practicar con su sable.
Siempre fue así, la dinámica se repitió en cada encuentro que tuvieron con Huaisang. Era siempre revoltoso, divertido y particularmente flojo con cualquier ejercicio físico. Cuando su hermano lo regañaba, se estremecía, pero luego decía bajo la manga que Mingjue jamás le haría daño. Era un niño travieso que se salía con la suya siempre y a Jiang Cheng siempre le sorprendió la facilidad con la que tenía a su hermano bailando en su palma. Ver el abanico solo comprobó lo que ya sabía: Nie Mingjue amaba a su hermano con su vida y no soportaría que le pasara algo.
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Un hombre sin núcleo (MDZS)
FanficCuando Lan XiChen encuentra al nuevo líder de la secta Jiang, no está solo. Está con Wei Wuxian, quien aún intenta convencerlo para una operación insólita, y Wen Qing, quien está esperando a pagar el precio. Pero Jiang Cheng está negado a aceptar el...