Un hombre sin núcleo (MDZS)

Cap 01: Un hombre sin núcleo

—Líder de secta Lan, conseguimos al joven líder de secta Jiang.

Eso es todo lo que le dicen, mientras acaba de tomar el té. Apresurado, Lan Huan sale de la casa donde tiene su escondite en los territorios de Yiling para encontrar a la comitiva que su discípulo ha traído. En efecto, han traído al líder Jiang, pero no el hombre que recordaba haber gobernado la secta Jiang desde que tiene memoria, sino al hijo, el heredero que, tras la muerte de sus padres, tomaría el liderazgo de su secta.

Jiang Wanyin.

No se encuentra solo. A su lado, Lan Huan reconoce a Wei Wuxian, este chico que alborota por completo el mundo de su hermano y uno de los mejores cultivadores de su generación. Pero su mano se dirige a Shuoyue con cautela, porque al lado de ambos (Jiang Wanyin se aferra a la mano de su hermano, como si estuviera negado a dejarlo ir), hay dos Wens.

Con una señal, los discípulos que lo siguen llevan a dentro de la casa a los invitados. Nada de bueno traerá que la gente reconozca sus trajes, sobre todo el del líder Jiang que son de lino fino y decorado costosos a pesar de lo andrajosos que se encuentran tras la huída. Tampoco le conviene confiar, necesita entender la situación: cómo escaparon, cuáles son los planes ahora y quienes son los Wens que vienen con ellos.

Jiang Wanyin cojea al caminar. Es evidente que se encuentra herido. Sin más, coloca cojines viejos en el suelo para permitirles entrar.

—Líder de secta Lan.

—Líder de secta Jiang, es bueno verlo de nuevo. —Lan Huan se detiene al notar el estremecimiento del joven con el título. No puede culparlo, él mismo aún no se acostumbra a esa forma de ser llamado—. ¿Quiénes son los Wens que vienen con ustedes?

—Wen Qing y Wen Ning —se adelanta Wei Wuxian. Lan Huan puede notar la manera en que el labio del chico tuerce su boca mientras levanta la mano que aún Wanyin tiene ferozmente tomada—. No son enemigos. Nos ayudaron a escapar de la base de Yiling. Nos salvaron la vida.

Oh... interesante. Lan Huan levanta sus ojos para contemplar a la mujer cultivadora, una prominente médica de los Wens y un chico que, está seguro, vio en alguna parte. Les entrega una breve reverencia de agradecimiento antes de servir té a los cuatro.

Bebieron... Bueno, Lan Huan nota que solo tres de ellos. Wanyin y Wuxian están inmóviles, mirando el té servido.

—Lamento mucho lo ocurrido en Yunmeng, líder de secta Jiang, Joven amo Wei. Ha sido muy desafortunado...

—Igualmente —responde tosco Wanyin. Wuxian no dice nada—. ¿Qué está haciendo en Yunmeng, líder de secta Lan?

—Seguramente habrán escuchado el ataque a Recesos de las nubes. —Lan Huan levanta sus ojos hacia los Wens involucrados. La doctora parece impasible, pero el chico se pone nervioso ante su escrutinio. Vuelve sus ojos a Wanyin—. ¿Confías en ellos, líder de secta Jiang? —pregunta en voz lo suficientemente baja para que los que se encuentran sentados directamente en la mesa escuchen.

—Sí. Confío en ella —Arruga el ceño—. Fue la única capaz de decirme la verdad antes de que mi hermano cometiera una locura.

—¡No es una locura, Jiang Cheng!

Wei Wuxian estalla. Se levanta de golpe, no solo derramando su propia taza de té al golpear la mesa sino provocando que la taza que sostiene Wanyin también se escurra, quemando los dedos largos.

—Todavía podemos hacerlo. Wen Qing dijo...

—No voy a hacerlo si él no está de acuerdo —dice Wen Qing, sorbiendo su propia taza de té.

—¡Wen Qing!

—Confío en ella, líder de la secta Lan.

—¡Jiang Cheng! —Wei Wuxian empuja su mano, pero Wanyin se niega a soltarla. En cambio, lo mira con ojos oscuros, vacíos, evidencia misma de todas las pérdidas que debe haber visto ya—. Todavía hay oportunidad. El líder de la secta Lan seguramente nos podrá cuidar mientras lo hacemos. ¡Así habrá más posibilidades!