Cap 07: Un hombre sin poder

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Esa mañana amanece fría. Lan Huan observa el horizonte con calma, mientras respira el aire fresco y siente el frío meterse en sus huesos. No es anormal esto cuando están subiendo la montaña de Meishan, cuando la mañana los ha recibido con una capa de niebla que los envuelve y todo lo que tienen son los cuerpos cálidos de otros para resguardarse. A un lado de su hombro Wen Qing duerme acurrucada con una de sus túnicas exteriores encima. La mujer dejó la vergüenza en un punto del viaje, cuando el agotamiento de subir la montaña y el modo en que baja la temperatura la golpeó. En su otro hombro está Jiang Cheng, con la túnica caliente bordadas de nubes, acurrucado igual como si buscara cualquier reserva de calor.

Wei Wuxian no está al lado de su hermano, como durmió.

El camino a Meishan ha sido más largo y difícil, sobre todo cuando tienen a dos personas más débiles en el grupo: Wen Qing no tiene un núcleo desarrollado así que no tiene las herramientas para soportar el viaje ni la costumbre a una caminata tan complicada en las montañas. Jiang Cheng se quedó sin el suyo, y con la mala alimentación en semanas, más su propio agotamiento, ha sido difícil para mantener el ritmo.

Eso ha retrasado todos sus planes.

Se suponía que debía estar buscando el apoyo de nuevas sectas, verificando el estado del mundo del cultivo para regresar con una red de aliados a Gusu Lan y levantarse contra la guerra. En vez de eso, ha estado casi un mes huyendo con el heredero de los Jiang, escapando, viéndolo enfermar y viéndolo negar cada intento de su hermano por entregarle el núcleo que tanto ha cultivado.

Pero no se puede imaginar en otro lugar, incluso con la pérdida de espacio personal que esto ha significado, algo dentro de él siente que no hubiera podido conocer tan íntimamente a este grupo tan dispar en otra oportunidad. Quizás las cosas hubieran sido diferentes, piensa. Si él no los hubiera encontrado, si Wen Qing no le hubiera dicho a Jiang Wanyin de lo que planeaba su hermano, si Jiang Wanyin no hubiera sobrevivido al ataque a Muelle de Loto; sus caminos jamás se hubieran cruzado, no hubiera conocido de cerca de una médica de los Wens tan entregada a salvar vida ni a su hermano, tan solicito para ayudar, aunque pusiera en riesgo su vida, no hubiera conocido la entrega de dos hermanos ni los tercos que son para protegerse mutuamente.

No hubiera conocido esa parte de sí mismo que podía dejar de poner a su hermano y a su secta como prioridad, para desviar su camino de la forma que lo ha hecho.

Wei Wuxian se acerca en medio de la niebla. Cazó un roedor grande de montaña. Prepara la comida a una distancia considerable, con sus ojos afilados como si siempre estuviera haciendo planes. El sol apenas está saliendo frente a la montaña y él respira mientras intenta meditar.

Así pasa la mañana.

—Hace cuatro años estuve en Meishan —dice Jiang Wanyin mientras camina, al retomar el camino. Sostiene la mano de Wei Wuxian mientras avanza cansado entre los árboles. Lan Huan mira distraído el anillo en su mano y Sandu en su cadera, cubierta por su propia túnica de nubes que no se ha quitado.

La niebla es espesa y el viento muy frío. Con su núcleo puede mantener el calor, pero Wanyin ya no puede contar con eso.

—Fue la última vez que vine. A-niang se sentaba en el trono de piedra y veía cómo entrenaba con el látigo. Solo un mes para aprender a usarlo.

—¿Lo aprendiste? —pregunta Wen Qing, apretando la mano de Lan Huan cuando pensó que podría resbalar. El terreno está húmedo por el rocío de la montaña y lleno de hojas marrones.

—Creo que no lo suficientemente bien.

—¿Cómo qué no? —reclama Wei Wuxian—. Llegaste esa vez emocionado mostrándome. Partiste todas las vasijas en las rejas con el látigo de cuero que te dieron.

Un hombre sin núcleo (MDZS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora