Claimed - Tom Holland

Capítulo Nueve.

Punto de vista de Jessica. 

Esta tarde consistió básicamente en Tom y yo tumbados, gruñiendo por mi cabeza y Tom quejándose por el programa de televisión que quería ver yo.

—Tom — Susurré —

— ¿Mmm? —

— ¿Por qué estás siendo tan bueno? Quiero decir, ¿dónde está mi castigo? — Pregunté cansada —

— Tom suspiró — Aunque creas que soy una mala persona, no lo soy. No te voy a castigar cuando ya te estás sintiendo terrible — Sonrió — Pero, tu dolor de cabeza parece ser un buen castigo —

Rodé mis ojos. Quizás Tom estaba empezando a cambiar para mejor. Le miré a sus ojos marrones. Me dio una sonrisa y cortada, se la devolví. 

— Hay una buena chica en ti. ¿Por qué no puedes ser siempre así? — Reflexionó, ahuecando mi cabeza en sus grandes manos —

Antes de que pudiese regañar por tratarme como un perro, el móvil de Tom sonó. Me hizo una señal para que estuviese callada así que me senté recta, que escuchando la conversación. 

— Eh, uhm, tenemos un problemilla — La voz de un chico sonó a través del teléfono—

— Tom frunció sus cejas — ¿Qué es Blake? —

— Bueno, la policía ha encontrado dónde vive Dave y lo tienen en la comisaría interrogándolo — El chico 'Blake' sonaba extremadamente preocupado y por la cara de Justin el no estaba para nada feliz —

— ¿¿Qué?! — Gritó lo que me hizo separarme de él —

—¡Idiotas! ¿Cómo lo encontraron? — Este era el lado de Tom que me aterraba —

—¡No lo sé! ¡Tenemos que sacarlo de ahí antes de que se derrumbe, ahora mismo! — Blake gritó antes de decirse adiós y colgase —

— Bueno,parece ser que nos vamos de aventura — Tom suspiró y se levantó del sofá —

Me cogió de la mano y me sacó de la casa, llevándonos al Auto.

— ¿A dónde vamos? — Pregunto mirandolo—

— A la cárcel. Tenemos que sacar a Dave — Explicó, encendiendo la radio a un bajo volumen —

— ¿Y tengo que ir porque...? —

— Porque no confío en ti cuando estás en casa. Aquí, te puedo echar un vistazo — Dijo, golpeando sus dedos contra el volante al ritmo de la canción de la radio —

El resto del camino fue silencioso, un extremo y extraño silencio. La tensión en el aire me hizo sentir que era difícil respirar y estoy muy segura de que Tom se sintió igual.

Finalmente llegamos a la cárcel y quería simplemente salir del coche, pero Tom se me adelantó.

— ¿Prefieres quedarte aquí o venir conmigo? — Dice sacando las llaves del coche —

Reflexioné por un momento. Si me quedo aquí, Dios sabe quién puede venir y hacerme daño. Aunque tenía miedo de Tom, sabía que me protegería y me mantendría a salvo.

— Entro — Respondí, saliendo del coche —

Esperé a Tom delante del coche hasta que me rodeó por la cintura firmemente, hundiéndome en su chaqueta.

— Quédate cerca de mi — No preguntes, no hagas nada. Bueno, si quieres vivir. — Se encogió de hombros. Se me puso la piel de gallina y me encontré disfrutando de la protección del cuerpo de Tom —