Capítulo 56

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Tom Pov's

—Psiquiatra mi culo.— Gruñí, golpeando la puerta abierta.

Mi garganta se apretó y mis ojos quemaban cuando vi a un chico adolescente de pie delante de mi Jessica. Su cabeza giró hacia la puerta, sus intensos ojos mirando a través de mí.

Corrí hacia él, agarrando el cuello de su camisa y golpeando su no muy ligero cuerpo contra la pared.

—¡Te voy a matar, joder! ¿¡Lo sabes!?— Rugí, sacudiendo su cuerpo.

—¡Tom! — La voz de Jessica sonó en la parte de atrás de mi mente, pero lo
ignoré.

—¿Quién coño eres? ¿Eh? ¿¡Y por qué cojones estás alrededor de mi Jessica!?

—Tom, por favor relájate — La voz del doctor Piekarski era temblorosa cuando colocó una mano sobre mi hombro.

Mis manos seguían empuñando el cuello de la camisa del chico. Lo sujeté por encima del suelo, podía notar que estaba teniendo problemas para respirar. Miré a través de sus ojos, mis dientes apretándose juntos. Ni siquiera conocía este chico, pero jodidamente lo odiaba. He recibido vibras de él, las mismas que noté de Daniel. Si tiene alguna intención con Jessica como Daniel tenía, esto no será bonito. 

—Por favor, suéltalo.— La suave voz de Jessica susurró, podía notar que estaba cerca de mí.

Dejé caer al tío al suelo como una muñeca de trapo. Y furiosamente giré mi cabeza hacia Jessica.

—¿Por qué? ¿Te gusta eso es? ¿Quién es este y por qué está en algún lugar cerca de ti?— Gruñí, ¿Cómo se atreve a traicionarme de esta manera?

—Solo me trajo hasta aquí, Tom. Por favor, cálmate — Sus ojos estaban ligeramente aguados, y tomó un paso hacia mí.

—No. No des otro paso. —La avisé, mi pecho subiendo y cayendo a un ritmo rápido.

¿Y si hacía algo estúpido? Mi visión empezó a desvanecerse cuando manchas rojas y negras eran lo único que era capaz de ver.

—¡Sáquenla de aquí! — Grité, golpeando mi puño en la pared de yeso.

Escuché mucho movimiento y voces amortiguadas y antes de saberlo, la habitación entera estaba total y absolutamente destrozada.

(...)

Jessica Pov's

Izquierda y derecha, las cosas estaban esparcidas a través del suelo mientras
miraba por la ventana de visualización. Gritó palabrotas mientras sus puños golpeaban cualquier cosa que podía romperse. Lágrimas se formaron en mis ojos mientras mis manos temblaban a mis lados.

—Va a estar bien, solo está enfadado— Sebastián murmuró sujetando un paquete de hielo contra su dolorido cuello.

—Lo siento mucho

—No lo sientas, solo tiene un poco de temperamento, eso es todo— Rió
ligeramente pero pronto se volvió en tos. El doctor Piekarski palmeó su espalda suavemente. ¿Cómo puede defender a alguien que acaba de estrangularlo?

Me giré para volver a mirar a la habitación, solo para ver a Tom de pie quieto, su respiración extremadamente pesada. Sus puños goteaban sangre roja brillante hacia el limpio suelo blanco, cada gota añadiéndose a la enorme pila de cristal roto y sábanas rasgadas. Miró hacia arriba, sus ojos conectándose con los míos en la ventana. Murmuró 'lo siento' antes de devolver su mirada al suelo.

—Uum doctor Piekarski, ha parado.— Susurré.

Asintió, acariciando la parte de atrás de mi cabeza antes de entrar en la habitación. Tom miró hacia arriba, sus manos formando puños otra vez como un mecanismo de defensa. El doctor Piekarski se quedó a una cierta distancia, su boca diciendo palabras que solo Tom podía escuchar. Asintió mirando sus manos ya llenas de cicatrices. El doctor Piekarski finalmente hizo su camino completamente hacia él, examinando sus manos. Entonces le dio a Tom un ligero empuje hacia la puerta, siguiéndolo de cerca por detrás.

Claimed - Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora