Capítulo 39

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Tom Pov's

Jessica corrió escaleras abajo, y cuando estaba a punto de ir a seguirla, una mano atrapó mi muñeca.

—Pobre chica—Kat sacudió su cabeza, pena creciendo en sus profundos ojos azules. Yo me volteé hacia su cara.

—Ella está perfectamente bien—peleé. Kat lanzó su cabeza hacia atrás y rió.

Yo estreché mis ojos a ella, sabía que estaba bien, y eso era todo lo que importaba. Yo era el único que importaba para Jessica.

—Ella está totalmente devastada. Está cansada y todo lo que necesita es alguien que cuide de ella— Kat sacudió su cabeza otra vez, frunciendo sus labios.

Supongo que iba a ser una buena terapeuta.

—¿Quién mierda te crees que eres? Sherlock Holmes?— gruñí

—Eres ciego? O sólo eres desafiante?— No respondí, causando que Kat sonriera satisfactoriamente. —Vámonos por la segundo opción.

—Ella no me diría por qué está molesta— mi mano se hizo un puño. —Así que qué esperas que yo haga? Ella me esconde todo, no confía en mí.

—Y me preguntó por qué será eso— dijo sarcásticamente.

—No le he dado nada más que amor y fuerza.

—No, no le has dado nada más que dolor y depresión— Kat replicó.

Dolor? Depresión? De ninguna manera, Jessica es tan fuerte.

—No— sacudí mi cabeza a la ridícula idea de Kat. —Ella es una de las personas más fuertes que conozco.

—Ella es una de las chicas más sensibles e inseguras que jamás he conocido. Está muy devastada y cansada, y tú no has hecho nada para arreglarlo. Conocí a esta chica hace menos de cinco horas, y sé más acerca de ella que tú— el dedo índice de Kat me tocó en pecho, obligándome a tomar un paso hacia atrás. Sabía que Jessica era sensible, pero no estaba devastada. Cierto?

—Ella no está devastada—le dije a Kat, pero mayormente lo estaba diciendo para convencerme a mí.

—Cuídala mejor—y con eso, Kat volvió a su habitación, echándole pestillo a la puerta.

Todas las palabras de Kat inundaron mi mente. Si ella estaba devastada, no pude haber sido yo quien la devastó, cierto? Ella seguramente estaba deprimida antes que la reclamara.

Probablemente la hice más feliz.

Incluso tú sabes que eso no es verdad, Tom.

Maldecí bajo mi aliento, aventando mi puño a la pared. Se rajó, creando un gran hueco. Mis nudillos empezaron a sangrar, mientras tenían varios pedazos de pared encajados en ellos. Sacudí mi cabeza, esperando calmar algo de dolor. Hubiera ido a limpiarme la herida, pero Jessica era mucho más importante.

Lentamente, bajé las escaleras, adentrándome en la sala. Ella estaba acostada en el sofá, un par de sábanas rodeando su pequeño cuerpo. El panorama trajo lágrimas a mis ojos, y ciertamente no eran lágrimas felices.

Ella estaba sola. Muy, muy sola. No estaba ahí, Kat no estaba ahí, nadie estaba ahí. Sus mejillas estaban manchadas con lágrimas secas, y su mano aún temblaba.

Ella estaba profundamente frágil y yo seguía olvidándome de eso. Yo rompí esta mujer fuerte y saludable y la convertí en una asustada e insegura.

Extrañaba a Kat y quería pasar tiempo con ella pero eso no me dio derecho de ignorar a Jessica así.1

Claimed - Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora