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Cuatro alfas y un omega en celo, todos juntos en una habitación. Para nada una buena combinación grito mi subconsciente.

-Hay que salir de aquí - Kim, el que supuse era el menor de los tres hermanos fue el primero en hablar - Khun, Kinn. ¡Vámonos!

-Es mi pareja - Gruñó Kinn.

-¡Sal! - Ordene - Pasaré mi celo solo.

-Porsche...

-Vegas, por favor - Susurre. Los ojos de Vegas que antes se habían tornado color rojo, volvieron a su tono natural.

-Estaré afuera, nadie te tocará bonito - Me aseguro antes de jalar a Kinn fuera de la habitación, Khun y Kim salieron de la habitación junto a ellos. Escuche el seguro ser echado, y los gritos y protestas por parte de Kinn no se hicieron esperar.

-¿Qué demonios crees que haces?

-Kinn, lo escuchaste. Dijo que no quiere estar con nadie, respeta su decisión - Vegas se escuchaba tranquilo.

-¡No iba a forzarlo! - Se defendió.

-No hablamos de cualquier omega, es Porsche. No sabes si podrás controlarte.

-Largate de mi casa - Demando Kinn. Vegas bufó.

-Y dejarlo en tus manos, no, me quedo aquí.

Supuse que Khun y Kim tuvieron que intervenir para que esos dos no se volvieran a pelear, mientras la temperatura de mi cuerpo seguía incrementando me arrastre a la cama. El peculiar aroma a sándalo de Kinn estaba impregnado en cada rincón de la habitación, y por más que yo luchara contra la necesidad de su tacto. Mi omega rogaba por que él estuviera ahí, haciéndonos el amor.

"Podemos hacerlo solos" Dije a mi omega, el lobo se resignó a bajar las orejas y lloriquear por los próximos tres días.



No me había quedado más alternativa que satisfacerme a mí mismo, pero eso no había ayudado a aplacar el dolor y el calor de mi cuerpo. Mi omega exigía a su alfa.

Salí de la habitación después de bañarme y arreglarme, recogí el desorden que había dejado y abrí la puerta que daba al balcón para que mi aroma se disipará un poco.

Vegas se había encargado de mis comidas junto a Che, podía escuchar sus voces gracias a mi omega, ambos parecieron llevarse bien. Eso me alivio de sobremanera.

-Porsche - Vegas se acercó a mí cuando salí de la habitacion, me encontre con la cautelosa mirada de Pete sobre mi - ¿Estás bien? ¿Te duele algo? - Las atenciones del alfa para mi solo hicieron que Pete frunciera el ceño.

-Señor Vegas, el señor Kinn dijo...

-Llevas tres días vigilándome, ¿Has podido dormir algo? - Pete apartó la mirada - Puedes ir y descansar, estoy en una casa rodeada de guardaespaldas, se que no soy bienvenido aquí no le hare daño - Me dolió que Vegas tuviera que dar tantas explicaciones por su presencia en la mansión, ¿Tan mala era la relación entre las dos familias? Vegas era todo un caballero.

-¿Porsche...? - Pete me miro dudativo.

-Ve, descansa. Luego los veré - Pete me sonrió antes de retirarse y dejarle solo con el alfa -¿Te han dado un dolor de cabeza? - Vegas sonrió ante mi pregunta.

-Estoy acostumbrado, no puedo ir al baño en esta casa sin que alguien me siga.

-¿Tan mala es la relación entre familia? - Asintió silenciosamente, cambió su expresión a una más relajada.

-Debes estar harto de estar entre cuatro paredes, ofrecería que salieramos a dar una vuelta. Pero tu alfa ha ordenado que no puedo salir junto a ti de esta mansión. Solo puedo ofrecer un paseo por el jardín.

La TríadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora