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Porsche:

-En ese caso, me complacería invitarlo a usted Khun Kinn y a su bello omega a una cena en mi residencia - Luciano sonrió a nosotros, Kinn rodeo mi cintura con su mano y me apego a su cuerpo en un acto posesivo.

-Kinn... - Tawan murmuro con ojos llorosos.

-Ve y habla con él - Pedí con voz cansada, mi alfa dudó un poco antes de aflojar su agarre sobre mi cintura.

-Queda en buenas manos - Aseguró Luciano sonriente, Kinn devolvió a medias la sonrisa mientras tomaba a Tawan de la mano y lo arrastraba fuera del lugar - Khun Kinn se ha sacado la lotería con un omega tan hermoso como usted.

El acento italiano era perceptible cuando hablaba, sus palabras eran aterciopeladas por una sonrisa y oscuros ojos que no revelaban lo que en verdad sentía.

-Tuvo mucha suerte - Respondí jovial, Luciano pareció encantado con mi modestia.

-Supongo que el omega de La Triada aceptará mi invitación para cenar - Desvió la mirada a un mesero para hacer una señal y tomar la copa de vino que le fue tendida.

-Mi alfa tiene un itinerario apretado, tendrá que comprobar primero con él - La sonrisa en su rostro solo se ensanchó.

-Si Khun Kinn no puede venir, usted podría...

-Estare ahí, Luciano. No dejaría a mi omega solo - Kinn regresó y se interpuso entre el alfa y yo. Luciano se había estado acercando sin que yo me diera cuenta.

-¡Eso es maravilloso, Khun Kinn! Los espero.

-Ambos estaremos ahí - La primera palabra fue remarcada, el alfa italiano no mostró descontento ante la actitud de Kinn, al contrario se vió fascinado con lo que sea que había pasado. Mi omega repitió que lo que haya pasado, solo sería el comienzo.

Luciano hizo una reverencia y se alejó, Kinn no perdió tiempo para acercar mi cuerpo al suyo.

-¿Nos vamos? - Preguntó, asentí ante aquellos anhelantes ojos de cachorro.


.


Después de salir del lugar, el viaje en auto fue silencioso Kinn no apartaba la vista de la carretera. Y yo solo pude suspirar sabiendo que nuestra velada había acabado.

-Lamento lo que paso, te arruine la noche - Se disculpó.

-Hey, no te preocupes, yo estoy bien.

-Me gusto poder estar a tu lado - Confesó viéndome de reojo, el calor subió y se extendió por todo mi rostro - Si pudiéramos estar así siempre...

-Todos en la mansión saben de nuestra relación Kinn, no ocultamos nada.

-Lo se pero, es solo que actuamos como si fuéramos extraños, tu en tus asuntos y yo en los mios. No debería ser así, ¿Porsche en serio no podemos intentar conocernos?

"¿Y arriesgarlo? ¿Arriesgar su vida y la mía?" Esa mirada llena de aflicción calentó mi corazón.

-¿Si te pasara algo por mi culpa? - Intente justificar las cosas pero su gruñido me callo.

-Yo también pensé lo mismo y mira donde estamos. ¿A dónde me lleva eso? Tu prefieres estar con Vegas, primero que conmigo y es mi culpa. Yo mismo comencé a alejarme.

Kinn aparco frente a la mansión, los guardaespaldas se quedaron viendo extrañados cuando ninguno de los dos salió del auto. Gracias a Buda las ventanas estaban tintadas y no podían vernos.

-Omega, mi omega - Kinn me miró con ojos brillantes, anhelaba mi compañía tanto como yo lo hacía.

¿Podríamos ignorar todo para estar juntos?

La TríadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora