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Omnisciente:

-¿El heredero de la triada? - Pregunto Macau atónito, Porchay asintió.

-En la mansión todos los guardaespaldas mencionaron al heredero de la triada...

-¿Tu crees que el cachorro que estaba con Kim...? - Chay asintió confundido - Pero no tiene sentido, ¿porque no te diría si tiene un hijo?

-Y-Yo no lo sé, estos días no me llamó y tampoco me ha buscado. No se si ese niño es su hijo, pero hay un heredero. Todos en la mansión lo saben.

-Siento que habrá más problemas - Ambos jóvenes suspiraron.

-El doctor Top los espera en la habitación 22 - Una enfermera se acercó a ellos. Esta al ver el hinchado tobillo del omega hablo - Necesita una silla de ruedas, puedo ir por una - Ofreció con voz suave.

-Gracias - Sonrió Macau - Pero no es necesario.

Chay bajo la mirada avergonzada cuando el alfa lo tomó de la cintura y le sirvió de soporte para que caminara.

-Si te cargo sería mas rápido - Se burló Macau, el omega bufó.

-Disfrutas mucho verme avergonzado, ¿Verdad?

-No tienes idea - Ambos rieron mientras caminaban hacía el elevador.

-¡Por favor! - Ambos chicos escucharon un grito, mientras las puertas del elevador se cerraban pudieron ver a aquel omega y a Kim, el alfa cargaba al cachorro.

Una desconcertada expresión cruzó el rostro de Kim al ver en su dirección, Macau afirmó su agarre en la cintura de Porchay, el omega no se movió de su lugar y suspiró cuando las puertas del elevador se cerraron completamente.

-¿Estás bien? - Pregunto Macau en voz baja, presiono un número en el tablero del elevador.

-Si, gracias por no soltarme - Chay aspiró el aroma de su amigo.

Las puertas del elevador se abrieron, Macau suspiró, se agacho y pasó una de sus manos tras las rodillas del menor.

-¡Qué haces! - Porchay jadeó. Fue cargado con facilidad por el alfa, avergonzado ante las dulces miradas de quienes pasaban escondió su rostro en el pecho del alfa. La ronca risa que profirió Macau le erizo la piel.



Porsche:

El gran lobo de color gris corrió tras de mi, aulló molesto cuando escape de sus garras y corrí entre los arboles del bosque.

Mi omega gorgoteo cuando unas grandes patas nos detuvieron, el pesado cuerpo de mi alfa detuvo mis movimientos.

"Te atrape" - Su voz retumbó en mi cabeza con un toque de júbilo.

"Al fin" - Reí, mi alfa lamió mi pelaje y libero su aroma a sándalo.

Nos quedamos echados en el pasto, mi omega entre las patas de su alfa mientras recibía mimos.

"No quiero regresar" - Kinn suspiro.

"Podemos volver" - Sus ojos eran de un brillante verde. Ya había pasado una semana, teníamos que regresar a la vida diaria - "Bien, las cosas están en el auto, tenemos que irnos"

Hicimos una carrera para volver a la cabaña, conmigo siendo el claro ganador. De premio recibí una sesión de calientes besos.

-Esto no me parece un premio justo - Bufe, Kinn mordió levemente mi cuello.

-¿Insatisfecho? - Pregunto.

-Tu lo disfrutas mas que yo.

-Eso no parece correcto - Kinn se burló dando una estocada profunda, un gemido escapó de mis labios - ¿Vez? Tus gemidos dicen que sí disfrutas.

La TríadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora