Kim:
Un omega, eso no había rondado por mi mente desde que era un cachorro que se emocionaba por historías de amor que contaban los mayores.
Y sin siquiera esperarlo, apareció ese omega de ojitos llenos de asombro y admiración. Nunca me detenía a examinar a las personas cuando daba un concierto, pero esos ojos llamaban toda mi atención, su aroma resaltaba sobre los cientos de aromas en el lugar. Su belleza no se comparó ni con la flor más hermosa que existiese. Era simplemente perfecto, y era mi omega.
Ese día la primera canción de amor vino a mi mente, cada letra, tono, y entonación vino por sí sola sin ningún esfuerzo. Solo ver su rostro había sido suficiente para inspirar a una vieja alma como la mía.
Faltar a mis clases de primera hora se había convertido en mi rutina, todo solo para verlo ir a su escuela, caminar y reír junto a sus amigos. Todo solo por verlo, mi alfa me recriminaba el no tener el valor de ir y hablar con el.
Cuando por fin había reunido el coraje, supe que había sido demasiado tarde al ver a un omega preguntar con lágrimas en los ojos por el pequeño. La desesperación y ansiedad nunca habían sido parte de mi forma de ser, toda mi calma se había visto en la mierda cuando en las noticias apareció el rostro de ambos omegas en las noticias, anunciando su desaparición.
Mi alfa exigía encontrar al pequeño, marcarlo y cuidar de él toda nuestra vida. El salvaje animal dentro mío gritaba y era todo lo contrario a lo que yo era según mi hermano mayor; un alma vieja. El mismo Khun, había dejado de lado su máscara de locura para darme información de donde podrían estar ambos hermanos.
Guiar a Kinn hacía la isla, con el pretexto de que ahí podía estar su amigo, había sido fácil. Más de lo que se podría esperar, tratándose del heredero de La Triada. Khun se encargó de mantenerme al tanto, y pronto los hermanos se vieron de vuelta, ambos habían sido rescatados por Kinn, y estaban seguros en la mansión.
Otra vez fui cobarde, tenía miedo de acercarme a Porchay y hacerle daño cuando las personas descubrieran que él era mi omega. Estaría en peligro, Kinn pensaba igual que yo, trataba de alejar a Porsche de él para que no saliera lastimado. Pero mi estupido hermano no podía ver cuanto daño le hacía al omega que sufría su rechazo. Yo en cambio, dejaría que Porchay tomará una decisión, él elegiría si quería conocerme y estar conmigo o alejarse para tener una vida segura y normal.
Cuando pude ir a la mansión, esperaba de todos menos encontrar a mi hermano y Vegas peleando en la habitación donde estaba Porsche, y ver un cadáver tirado en el suelo. Pero eso dio igual cuando pude ver a Porchay de cerca, su delicado rostro se iluminó cuando me vio ahí parado frente a él.
Sus instintos lo atrajeron a mi, se acercó a paso tímido e inseguro como si dudara que yo lo alejaría. Tan hermoso.
-Alfa... - Susurro bajo la atenta mirada de Khun, mi hermano sonrió y se alejó para darnos privacidad - Yo...
-Maldicion eres demasiado perfecto - El sonrojo en sus mejillas me hizo sonreír. Sin pensarlo más, me acerqué y lo envolví entre mis brazos, aspiré profundo ese delicioso aroma a manzanas acarameladas, extasiando me de mi nueva droga.
-¿No me rechazaras? - El tierno sollozo que emitió sólo logró poner ansioso a mi lobo, que gruñía molesto ante el solo pensamiento de rechazar a la criatura entre mis brazos.
-No, no, no. Eso no pasará, no soy estupido como Kinn - Porchay suspiro aliviado mientras sus manos sujetaban mi ropa con fuerza - Mirame, pequeño - Tímido alzó la mirada mientras sus ojos reunían los míos - ¿Como pueden decir que los omegas se someten a nosotros? Yo estoy a tus pies - El sonrojo que se extendió por su rostro me hizo sonreír.
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La Tríada
FanfictionLa Tríada; también conocida como la mafia Tailandesa. Liderada por el alfa Korn, y su heredero Anakinn, segundo hijo y alfa. Tan temida por todos, excepto por la segunda familia. Los lazos de sangre no son tan fuertes después de todo. Porsche un o...