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Omnisciente:

La pareja fue recibida por los eufóricos cachorros, Porchay y Macao fueron los últimos en acercarse para abrazar a sus respectivos hermanos.

-Te extrañe mamá - Susurró el omega, Porsche apretó el delgado cuerpo aspirando el dulce aroma de este para calmar al inquieto lobo en su interior.

-Porsche - Luciano se acercó a paso lento, sus manos metidas en los bolsillos de su pantalón de mezclilla. Jake a su lado vestia shorts y una camisa básica de color blanco.

-Luciano, Jake. Llegaron rápido.

-Jake volvió a escaparse. Después de secuestrar a alguien - La mirada desaprobadora del alfa solo causó risas en el joven omega.

-Te dije que vendría, extrañaba a los chicos - Todos asintieron en coro.

-Bien, dejemos esto de lado ¿Macao como va el entrenamiento? - Pregunto Porsche, el alfa se acercó con una sonrisa.

-Bien, todos pueden transformarse y mantener el control. Son silenciosos y rápidos, perfecto para entrar y salir de la triada sin ser vistos.

-Bien.

-¿Desde cuándo puedes transformarte? - Pregunto Vegas sorprendido, Chay respondió en su lugar.

-Yo le enseñe - Dijo con un sonrojo - Entremos, hace mucha calor para estar aquí afuera - Todos solo asintieron y caminaron dentro de la gran casa de playa.

-Sigue igual que cuando nos fuimos - La melancolía inundó a Porsche, todas las memorias que tenía de sus padres siguen ahí, intactas esperando a ser recordadas de nuevo.

El omega volteó a ver la ruidosa sala, todos los cachorros hablaban y reían. Chay y Macao hablaban de algo que él no entendía y Luciano intentaba compensar algo a su caprichoso omega.

-Es cálido - Vegas se acerco a el, Porsche recargo su cabeza contra el pecho del alfa.

-Se siente como una familia, hace mucho tiempo no sentía esto - Dijo con pesar.

Alguien tocó la puerta principal, Luciano se acercó para abrir. La tensión en los hombros de Porchay fue notable cuando vio entrar a su alfa a la casa, acompañado de Big.

-¿Podemos hablar? - El alfa fue directamente hacía el omega, este asintió cohibido y ambos fueron al patio de atrás para tener un poco de privacidad.



.

Porsche:

-Toma - Big me tendió un libro, el diario de mi madre por fin estaba en mis manos. Lo tomé con manos firmes, lo aferre a mi pecho como si ese objeto me podría dar el consuelo que necesitaba. Ciertamente no, pero me daría la fuerza y me guiará sobre qué camino tomar para vengar a mi familia.

Todos me miraron expectantes, los ojos de Porchay brillaron.

-Mamá...

-Vamos, tú también necesitas saberlo - Dije, antes de que Kim refutará. Vegas se acercó y lo tomó por el hombro.

-Tiene que saber que paso con sus padres - Explicó con calma.

Ambos subimos a la habitación principal de la casa, el cuarto matrimonial de nuestros padres. Sus aromas casi picaban en mi nariz, pero todo eran solo recuerdos de mi lobo añorante de volver a oler el aroma de nuestros padres.

Me senté en la cama, Chay me siguió y tomamos una bocanada de aire antes de leer lo que mi madre había escrito.


Las palabras no tenían sentido por más que leyera una y otra vez, las lágrimas fueron inevitables cuando las atrocidades relatadas eran dibujadas en mi mente. Porchay estaba igual o peor que yo, conteniendo sus sollozos y mordiendo sus labios cada vez que un hecho peor que el otro relucía.

La TríadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora