The World Is Mine

Parte 18

Los empleados contaban las horas para que la jornada laboral terminara, realmente sabrán el significado de su trabajo o solo cobraban los sueldos sin tener conocimiento de que engañaban a sus lectores.

Controlar el enorme flujo de información alrededor del globo era agotador, la división hizo posible la construcción de las pirámides unidos por un solo propósito, los doctores curan y los de prensa informan, desviarse de la profesión es un acto de traición a sus carreras y contra el bienestar, el dinero provoca a que uno se sienta dispuesto a perjudicar si eso hace posible sus sueños materiales, es así como los que los tienen como el mar a la sal lo usan sin sentir que sea un despilfarro si no una ganga con tal de cumplir la meta.

El fuerte tono de llamada los dejó expuestos, intento apaciguar el sonido con movimientos bruscos, un guardia de seguridad se les acercaba sospechando que no era el día de que los trabajadores trajeran a sus hijos, los accesos mas resguardados eran las oficinas y cada quien podía consultar con la encargada del área de atención de su preferencia, las personas con mayor frecuencia se preocupaba por aparentar cuando el mundo se cae a pedazos, solo cuando volviera el edén no sentiríamos la pegada de ser un insensible que causa la extravagancia o despilfarro, y la falta de conocimiento que le hace a alguien comportarse de esa manera.

— Vayan al hemisferio sur —dijo en un tono poco amigable a través del altavoz del teléfono

Aunque lograron perder de vista al que los perseguía no entendían que sucedía con esa mujer ni a donde más tendrían que ir, pronto los echarían a patadas si no aparece, la osadía de ingresar a un lugar valiéndose de los encantos de dos jovencitas convenció al portero sin embargo no sería por mucho.

— ¿Alguien tiene idea de lo que venimos a hacer aquí? —Vaarin no tenía intenciones de comportarse como se prometió a si misma no lo volvería a hacer

— Será mejor que lo compruebes por ti misma —dijo Emelo evitando hacer contacto visual con las personas que pasaban de frente

— Si lo sabes dilo

— Tranquila nos están viendo —Vaarin la toma de los hombros para tranquilizarla

Los pasos que dieron no fueron cortos y daba la impresión de que no se terminarían, entonces la vieron con otra vestimenta hecha para la destreza, su inconfundible peinado permanecía intacto por muy ocupada estuviera, se caracterizaba por tener la fortaleza de un ser humano que reside en su interior y no en cuanto peso era capaz de levantar.

— Síganme —a sus alrededores se veían sombras que daban la impresión de no haber venido sola, la respaldaba todo un grupo de compañeros que se asegurarían dejarles vía libre.

Sin contestar sus preguntas acrecentadas de dudas los condujo hasta una puerta secreta en el espacio subterráneo de los que solo podían acceder los ejecutivos del más alto rango, ya sea de la empresa en cuestión o invitados del consejo de relaciones exteriores, el método de ingreso era con un escáner que detectaba el código marcado en la mano derecha, se ayudó de la mano cortada que traía en su cartera que les permitió acceder.

Llegar a la oscuridad de ser alumbrados por solo una pequeña luz significó sobre pasar a los que debían dar señales de alarmas ante problemas internos, aquello fue solucionado por los otros miembros de respalda dándoles el tiempo necesario.

— ¿Qué era eso? —dijo Vaarin

— Nada bueno para contar

— No, me refería a ese extraño símbolo

— Esta escrito desde hace milenios, es el sello terrenal, un símbolo que solo conoces cuando ya estas muy encima de ellos

Un pasillo angosto y tenebroso fue lo primero que vieron, la humedad de una parte del piso solo se lograba contemplar gracias a una lámpara de color ámbar que iluminaba la zona del suelo en un radio reducido dejando a los lados completa penumbra.