The World Is Mine

Parte 19

Sus manos se conectaban al árido desierto de acero y piedra en posición de piedad sumisa, con una postura abatida alcanzó a verla sintiéndose indigno de ser contemplado, deseando que tampoco eso debía de haber sucedido, una avalancha de dudas le hicieron preguntarse que hacia ella en este putrefacto lugar o porque sigo viviendo.

Sin poder levantarse la veía permanecer inmóvil ante las llamadas de reacción de sus amigos, eso provocó que corriera a levantarse para tomar un cuchillo y acabar con su sufrimiento, fue salvado justo antes de lograrlo gracias a Moyka, que interpuso su brazo a tiempo dándole una nueva oportunidad así como presenciar el alumbramiento de un nuevo ser, al verse interrumpidos en su proceso de festejo, los malditos cayeron en la desesperación ansiosos por obtener su venganza.

No lo juzgó en absoluto, lo sorprendió por detrás abrazándolo muy fuerte cuando se arrastraba escapando de las manos que lo empujaban hacia dentro, las muestras de apoyo le fueron extendidas para que con el uso de la fuerza a pesar de los agujeros, tiraran de él y librarlo de una muerte desastrosa, esto provocó que sus ojos instantáneamente brotaran todo su dolor y al mismo tiempo encontraran un recipiente que los contenga para recordarte que no fuiste absorbido por el núcleo de la tierra.

Mientras tanto los adultos peleaban por no dejar vestigios de vida.

Eliza lo ayudó a caminar cuando sus pies estaban destruidos, los gritos incesantes de animales y humanos recién salidos del umbral agraviaban la situación, en pésimo estado los órganos de las victimas estaban expuestos salpicando la sangre con sus movimientos, Marco se animó a ingresar para ayudar a contener la ira que sentía, logrando presionar con fuerza el cuchillo de sus manos, su lado desquiciado había salido a flote, sin que nadie le enseñara entendía que solo hay que actuar fríamente con todos los que jamás se detuvieron a unas súplicas, paso entre los cuerpos de las mujeres atadas y los liberó de su dolor con un fino corte en la garganta.

Conforme avanzaba apoyado por hombros entendió lo grande que es el amor.

El cese de la música de lamentos les molestó de sobremanera, ya no tenían la ambientación que les hubiera gustado disfrutar por mucho tiempo exagerado, los golpes no buscaban dañar si no arrebatar la vida de la carne, finalmente se encontraban en el infierno sintiendo lo que significa ser malo cuando nuestro gran recipiente es bueno.

— ¿Lo conocen? —indagó Marco teniendo a cargo a una de las chicas rescatadas

— Es mi compañero

Giró su cabeza para mostrarle arrepentimiento, deseaba ser golpeado hasta donde sus fuerzas no podrían suportar, los nuevos refuerzos estaban en camino, se dieron cuenta en una de las habitaciones cercanas que un grupo de insensatos practicaba una sesión de autopsia mezclada con sexualidad, si ya estaba muerto de todos modos quería actuar en respuesta por la acogida, a esas alturas era él el que debería de estar amarrado a la mesa.

— ¿Quién te trajo aquí? —Zora lo había reconocido, no olvidaba los rostros de sus enemigos

— Creo que no puede hablar por el momento —dijo Emelo

— Vienen más, muévanse

Risas macabras se hacían cada vez mas dueños del aire, dándoles impulsos a quienes sabían que estaban en la causa correcta, la serenidad de la pareja M y Z les ayudaba a verlos como faros, la resistencia que contagiaban jugaba un papel fundamental, se los veía de verdad comprometidos.

— Al parecer a alguien ya le responden las piernas —Marco no quiso darle una mala bienvenida

— Me pasaba lo mismo al principio —pronunciaba Emelo

— Debemos dejar este lugar o nos encontrarán —dijo la segunda chica en ser rescatada, a pesar de sus lesiones y la sangre derramada no podría soportar por mucho tiempo.