Sentirse en el limbo de la decepción y el amor es algo que no se experimenta todos los días, a pesar de la corta edad de la heredera de las fortunas mas grande de la humanidad empezaba a tener una visión más allá de su típica vida juvenil.
Conducían a mediana velocidad, no desistía de refugiarse en sus cálidos brazos de quien estaba empezando a comprender mejor cuando le pedía que se quedara a su lado en lugar de perder el tiempo, se compadecía de los que no tenían a alguien cerca, las personas volvían a sus casas después de un agitado día de trabajo, algunos grupos de pandillas también se dejaban ver, el crimen estaba entrelazado con muchos gobiernos, la propia potencia blanqueaba dinero y financiaba a gánsters, el caos era el bien necesario para vendernos la vacuna, irónicamente recién comenzaba la rutina laboral para los aliados y los que aprovechan la oscuridad haciendo cosas ocultas aunque para la mayoría hacerlo de día, noche o en sus narices no marcaba la diferencia, al final tendrían el merecido correspondiente quedando inexcusables.
— Duerme en casa, hablo de la tuya si no fui preciso
Desde que sus piernas se quedaron sin fuerzas de contención no le salían las palabras, quería estar allí oculta detrás de sus cabellos oliendo su dulce aroma, sintiendo su respaldo, amar cuando te abofetearon.
— No puedo volver allí
— Es el lugar donde necesitas estar
Subió ligeramente la velocidad y prendió el aire acondicionado
— Eso me asusta
— Esta bien Eliza, el dolor pasará te lo aseguro, aprenderás lo que es importante muy pronto
— ¿Qué y si no? estoy a punto de desmoronarme sintiendo que mejor hubiera sido mejor no hacer nada
— No es bueno obtener conclusiones apresuradas, ten paciencia
Hicieron un silencio prolongado distrayéndose por las cosas que uno ve en las calles, la propiedad pública que en teoría pertenece a todos y en la práctica tu país entero estaba subordinado a poderes de más peso que todas tus instituciones, cada individuo que se movía tenía un sello en la frente y con ello lo que este pudiera adquirir pertenecía a un solo poder, ahora tras bambalinas pero después a toda vista incluso para los más despistados, en la triste noche no se separarían, necesitaba de su amiga mas que a millones de chaquetas y aquel día no seria la excepción.
— Abajo
— ¿Qué sucede? —susurra desganada
— Enviaron a la caballería, no se muevan
Bajo de la camioneta y se acercó sin causar alarmas interesado en saber que estaba sucediendo, encontró el principal comando de operaciones a cargo de un rostro que conocía muy bien del pasado, cuando tocó su hombro lo pudo reconocerlo con facilidad, vendría bien un saco cuando llueve excepto cuando el agua te revitalizaba.
— Es difícil sentir tu presencia —estrecha su mano acercándose después de tanto tiempo
— Pensé que estabas en Brasil
— No, de hecho volví hace un mes, estuve en Portugal y luego ya sabes, tuve que resolver unos asuntos en Rio
— ¿Por qué no me llamaste?
— No quería que lo sepas, y esa era la idea, andas fuera del mapa
Entendió a lo que se refería haciendo una mueca de complicidad, los demás agentes seguían en lo suyo, la propia familia los contrató para alejar a los curiosos de la zona, por lástima el verdadero responsable estaba muy por encima de su alcance, las pulgas no podían entender el funcionamiento de una súper computadora, una contundente limitación de su propia naturaleza que es una perfecta analogía aplicable al ser humano.

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The world is mine
Non-FictionLa hija de una billonaria familia desafiará a los poderes más grandes que el dinero en busca de respuestas después de un trágico suceso, en medio de la travesía por encontrar la verdad descubrirá la real forma en como funciona el mundo desatando una...