Parte 33

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Él volverá, su historial lo asegura.

Le insistía en que lo entendiera al ver el nuevo día amanecer, el nuevo día traería consigo mayores complicaciones, y por su mente transitaban las muchas veces que le dijeron estas muerto desde el momento en que decidiste hacerlo.

Se decía así mismo porque no le pregunté a donde tenía pensado ir o colocarle un rastreador como precaución, su impaciencia le trastornaba la cabeza y ella atinaba a solo persuadirlo con suaves caricias, de las muchas que no pudo darle durante su confinamiento voluntario.

— ¿Por qué dudas?

— Estoy seguro de que está en problemas, le encanta involucrarse con personas que no conoce

— Por lo que me contaste funcionó bien con los que conociste

— Debió llamarme al menos

— Hey mírame —trajo su rostro a la suya —él también tiene una vida, démosle su espacio además seguro por eso se fue para dárnoslo a nosotros

— Quizás sea así como dices —desviada su atención ataviado de no insistir en lo mismo

— Prepararé algo para desayunar, espero tengan lo necesario

Pommet era un hombre sencillo, transparente y muy agradecido con lo que había logrado, después del debate que causó que utilizara su patrimonio para hacer posible su gran sueño. Ahora estaba de compras con una de sus compañeras de hogar, recorriendo las calles en busca de lo que tenía escrito en la lista.

— Mira esas flores ¿Qué sería del vendedor si estás nunca se marchitaran?

— Seguramente quebraría

— Pero si y sucediera ¿no significa que tampoco habría necesidad de trabajar?

— Esta es la tienda de la que te hablé, encontré muy buenas cosas por cierto —ingresaron después del ruido de la campanilla, el vestido que poseía la hacia ver cándida y resplandeciente junto a los cabellos negros que adornaban su espalda y los mechones danzantes de sus mejillas.

— Buenos días ¿tendrá listo mi pedido? —dijo ella expectante por recibir lo que necesitaba

— Lo tengo linda, acaba de llegar —lo coloca sobre el mostrador

— No puedes tocar eso colega lo siento —el vendedor le recriminaba por haberse detenido a observar

— Es un libro peligroso y no espero que lo sepas

— No lo sé viejo solo me gano la vida

— Deja eso y no causes problemas ¿dime cual pañuelo te gusta?

— Cualquiera menos el verde

— Ese está en descuento —decía el vendedor

— No me sentiré bien usándolo, su simbología ya esta manchada

— Son 80, paguen y lárguense —se muestra ofuscado, dado su completo apoyo a la causa, no podía cohibirse cuando sus enemigos declarados llegaron a comprar

— Te daré mil si pides perdón por tu comportamiento —tal vez el dinero podía ser la prioridad antes que su ideología

— ¿Es en serio? Porque podría besas tus manos por esa cantidad

— Bien tomaré esto y nos iremos, ya tengo lo que quería, quédese con el cambio —se quedó viéndolos irse solo con un billete de cien

— Te has pasado, ahora no me dejarán ingresar de nuevo

— Esa era la idea, hay muchas tiendas

— Eh... bueno ya no importa, quería contarte que estaba trabajando en un proyecto de recuerdos

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