Realmente se veía agotado, ojos casi rojizos destilaban pequeños lagrimeos, tenía consigo secuelas producto de noches sin el descanso adecuado, se quedó viéndolos con detenimiento tratando de reconocer los nuevos rostros, sus ojos decían que has hecho remédialo pero el intercambio de miradas concluyó en la aceptación, no parecía querer quitarse de la puerta.
— Disculpa haberte despertado ¿podemos entrar? —Eliza hace uso de su gran atractivo sin lograr algún efecto
— ¿Emelo quienes son ellas?
— Unas compañeras de la escuela
— ¿Estás seguro? Jamás habías traído a casa a alguien y menos chicas
— No es lo que estas pensando, necesitamos solucionar algo, solo déjanos pasar dentro te explico
— Confió en tus decisiones hermano —accede a su petición
Cerró la puerta cerciorándose que no hayan fisgones merodeando por los alrededores, estaban a punto de ofrecerles alguna sustancia alucinógena que usan los que necesitan vivir por ratos en una realidad prestada y de doble filo, se dirigió hacia el equipo de sonido que emitía una melodía oscura apagándolo por completo.
— Que rayos es este lugar —exclamó Eliza
— Por favor, disculpen el desorden —respondió enseguida
— Típico de chicos —suspiró Vaarin
— Si me hubieras avisado de que tendríamos tan agradables visitas yo...
— Eres limpiador pero se te olvida siempre hacerlo aquí —guarda la bolsa que traía desde la biblioteca en un cajón
— Estaba en ello hasta que me interrumpieron
Las chicas revisaban el área, Eliza sabía bien en donde se encontraba, no le parecieron tan extrañas las paredes con la única diferencia de que ahora no se tambaleaban lado a lado, en una esquina estaba la porquería acumulada, su nuevo contacto se dio cuenta y lo eliminó de inmediato, viniendo desde la cocina.
— Bueno ahora si díganme ¿Por qué tanto misterio? —Vaarin indagaba en su intento por saber la verdad
— La memoria que tengo aquí nos ayudará a saberlo, eso si conseguimos abrirla
— Mi amigo es bueno con eso, incluso más que yo, no creo que tenga problemas
— ¿De que me perdí? Sentí que hablaban de mí
— La cosa esta así, ustedes me ayudan con esto y yo los recompensaré con una buena paga
— No es necesario el dinero, no accedí a traerlas solo por eso —Vaarin empezaba a sospechar de malas intenciones, retrocediendo dos pasos
— Te he dicho que el dinero nunca se desprecia, además nos hace mucha falta ¿no fuiste tú quien me dijo que querías ese viaje?
— Eso fue antes de que te gastaras mis ahorros —acota con determinación
— Bien bien, luego podrán discutir sus situaciones económicas, sé a que se dedican y no hablo de las donaciones del blog, a la que si, fui yo quien donó esos mil dólares
— ¿Fuiste tú? No sabes como te lo agradezco, que festín nos dimos ese día
— Pensé que el blog era de tu amigo —increpa Vaarin
— Lo es pero compartimos nuestras regalías, en fin —pronuncia prolongadamente moviéndose de su posición — ¿como podemos ayudarlos?
— Lo que contenga esta micro sd es probable de que me aclare la telaraña de tengo en la cabeza, no lo entiendo en serio que no, una muerte así es... es—detiene su desahogo consolada por su mejor y única amiga
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The World Is Mine
SaggisticaLa hija de una billonaria familia desafiará a los poderes más grandes que el dinero en busca de respuestas después de un trágico suceso, en medio de la travesía por encontrar la verdad descubrirá la real forma en como funciona el mundo desatando una...