Parte 27

9 3 0
                                    

El modo de diversión malvado siempre implica derramar aquel liquido de lo que nos componemos y su desbordamiento la expresión del dolor acompañadas de la transparencia de las agonías que producen los ojos, sumados al desconcierto de pensamientos inconformes con su realidad las risas los aplacan sin remordimiento, incisivas palabras producidas por carraspeantes gargantas de tonos desagradables, las amenazas no existen solo la antesala de lo que esta próximo a suceder, desde tiempos inmemorables estas prácticas han servido para el entretenimiento clandestino y no tan clandestino, solo basta tu suscripción para ser cómplice indirecto de las atrocidades a las que son sometidos tristes almas sin oportunidad, el único requisito para ser uno de ellos es estar vivo, tus suplicas la melodía y tu dolor la calma.

Risvieta era la encargada de seleccionar a las nuevas desgraciadas almas, para ello se valía de su propia cosecha personalizada bajo sus requerimientos, fue de visita a una de sus granjas, una que le recordaba ciertos rostros que irían bien en el próximo platillo, olía el miedo y tal cual se trataran de ingredientes los iba seleccionando en busca de su ansiado aperitivo.

Operaban en aquellos recónditos lugares inhabitados por culpa de la acumulación y la farsa de la sobre población, dejando enormes espacios disponibles para prácticas siniestras, que al igual que la pantomima de la lucha con las drogas y la preocupación por el medio ambiente, esos sitios estaban protegidos de por vida.

Cada quién era forjado como el hierro hasta que llegara su momento de morir, las esperanzas de cada víctima que residía llegaban a su fin después de enterarse que no vivían en el purgatorio como se les hacia creer, cada grupo había adoptado una clase de mentira producida por los que usaban las botas con clavos, al pasar por el arco azul de la salida y entrada, caían en un remolino de desesperación, deseando vivir engañados nuevamente antes que saber la verdad.

Al principio Kirafe había logrado hacerse la idea de que un día su querido amigo la rescataría como el cuento que alguien le susurró tras una pared cuando fue encerrada por sustraer unos gramos de arroz, supo después que no importaba cuando pasen los años, esa organización estaba lejos del alcance de cualquier autoridad conocida y que no se puede salvar a alguien que no sabes es salvable.

Instantes previos de entregarse a la profunda tristeza de ya no volver a permitirse la esperanza, solo divagar por donde los días te conducían, fue cuando conoció a Katyusha, nacidas en lados opuestos del globo en el silencio de sus miradas encontraron complicidad, con sumo cuidado se volvieron inseparablemente distantes, el bienestar de la otra era el propio, descubrieron que el sufrimiento es menor cuando recordamos que alguien nos ama y estaba dispuesta a fusionarse con nuestra alma aun así fuera ella quien padeciera en su lugar, si eso les aseguraba que su otra mitad estuviera a salvo, le dolía cada noche el no haber podido despedirse de su querido italiano.

Se preparaban esforzadamente cada día por una meta en común, ser seleccionados para obtener la libertad el bien mayor preciado, llegaban cargamentos con más integrantes directamente desde muchos de los servicios de protección de menores y organizaciones benéficas, así también como resultado del amor al dinero que tenían los desgraciados capaces de secuestrar o vender a su propio linaje.

Aquella frase que decía que a veces la felicidad del vagabundo vale más que todo el dinero resultaba ser una gran verdad.

Cada personal cumplía una función especializada, los de botas anchas se dedicaban a patear a los rebeldes en puntos estratégicos, los de chalecos manchados encomendados a causar el terror por donde cruzaran, el error de los labores es muerte automática y no existe oportunidad para la deserción.

Lo que fue el valle de los huesos fueron medidas extremas en contra de una raza que su principal victimario consideraba debía ser exterminada bajo cualquier excusa, dentro el pretexto era de puramente jerarquía de sentirse por encima de la moral, la idea era dejar que los más fuertes sean los escogidos para el siguiente paso.

The World Is MineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora