-𝕊𝕖𝕘𝕦𝕟𝕕𝕒 𝕋𝕖𝕞𝕡𝕠𝕣𝕒𝕕𝕒 𝕕𝕖 𝕋𝕙𝕖 𝕆𝕣𝕚𝕘𝕚𝕟𝕒𝕝 𝕋𝕣𝕚𝕓𝕣𝕚𝕕
Al enterarse de que su madre fue quien mandó a matar a su hijo, Hannia Mikaelson se siente atrapada entre la espada y la pared, sin saber si debe decírselo a sus hermano...
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Freya tenía los ingredientes que necesitaba para hacer un arma contra Dahlia. Se dirigió hacia la planta de arriba, donde Strange le había preparado un espacio en una de las habitaciones. No quería quedarse en el pequeño cuarto en el que había estado trabajando.
En todo el día, Freya no había visto a Strange. Su hermana estaba dormida y Wanda se había ido al complejo después de entregarle los ingredientes faltantes para el arma.
Mientras subía las escaleras, Freya escuchó una voz femenina que no reconocía. Luego escuchó una segunda voz, que sí reconoció: era Strange
—Había algo que no te he dicho, o al menos no a ti de este universo.
Freya frunció el ceño al escuchar la conversación. En la habitación, una de las puertas estaba abierta, mientras que la otra estaba cerrada. Se acercó lentamente, asomándose con cuidado para no ser vista. Observó a una mujer rubia de pie, claramente alterada.
—Por favor, no lo hagas —suplicó la rubia.
—Puede que lo sepas, pero quiero que lo escuches —respondió Strange con firmeza.
—Stephen, estoy casada.
Cuando la rubia se movió, Freya pudo verla mejor. Era Christine. Strange le había hablado de ella y en una ocasión Freya había visto una fotografía de la mujer. La tensión en la habitación era palpable.
Freya se mantuvo en silencio, tratando de entender la situación. Se volvió a esconder detrás de la puerta, agarrando con fuerza los ingredientes que casi se le caían, y se pegó contra la puerta para escuchar mejor.
—Solo escúchame —insistió Stephen—. Yo te amo.
Freya agachó la cabeza lentamente, frunciendo el ceño al sentir cómo esas palabras le lastimaban de alguna manera.
—Te amo en todos los universos.
Si lo anterior le había dolido, esto le dolió aún más. No tenía sentido para ella, o al menos no quería darse cuenta de ello. Sentía una mezcla de confusión y tristeza que no lograba comprender del todo.
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Freya se asomó un poco más, tratando de captar cada palabra en la conversación. Christine se acercó a la mejilla de Strange y depositó un beso en ella. Freya observó cómo Stephen cerraba los ojos ante el contacto de Christine, y luego se movió hacia el cuarto contiguo donde había una mesa larga para poner sus ingredientes.
—Stephen, no puedes simplemente decirme eso y esperar que todo cambie. Mi vida. . . mi vida es diferente ahora. Estoy casada. Tengo una familia —dijo Christine con sinceridad y algo de pesar en su voz.
—Lo sé. No lo digo porque espero que algo cambie —respondió Strange con un tono suave pero desesperado—. Pero en cada universo, en cada realidad alternativa, siempre te amé. Quería que lo supieras. No es que no desee querer a otra persona o que no quiera quererla, pero. . . Es algo que asusta.
