-𝕊𝕖𝕘𝕦𝕟𝕕𝕒 𝕋𝕖𝕞𝕡𝕠𝕣𝕒𝕕𝕒 𝕕𝕖 𝕋𝕙𝕖 𝕆𝕣𝕚𝕘𝕚𝕟𝕒𝕝 𝕋𝕣𝕚𝕓𝕣𝕚𝕕
Al enterarse de que su madre fue quien mandó a matar a su hijo, Hannia Mikaelson se siente atrapada entre la espada y la pared, sin saber si debe decírselo a sus hermano...
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Hannia estaba concentrada viendo todos los grimorios mientras tomaba notas de lo que era importante. Si no encontraba un hechizo para traer a sus hermanos de vuelta, ella tendría que crearlo.
La puerta del cuarto de la castaña se abrió, desconcentrándola de su trabajo.
—¿Qué sucede, Nik? —preguntó con cierta molestia.
Klaus tardó en hablar, y al no recibir respuesta, Hannia se volteó hacia él. Fue entonces cuando notó que su hermano estaba preocupado.
Hannia se levantó de su cama y se acercó a él.
—¿Qué sucede? —preguntó, con más suavidad, esta vez.
—Valeria sigue sin responder —dijo Klaus, haciendo una mueca—. Ya pasó más de un mes y medio desde la última vez que la vi. Ella no responde a ningún mensaje ni llamada.
—¿Y Natasha? ¿A ella tampoco le responde? —preguntó Hannia, preocupada.
—Natasha le mandó un mensaje hace unas semanas, pero desde entonces no hay nada.
—Intentaré contactarme con ella cuando pueda —dijo Hannia con una pequeña sonrisa, tratando de tranquilizar a su hermano.
Klaus bajó la cabeza un poco y asintió. Luego, volteó hacia su hermana y frunció el ceño, moviendo su cabello hacia atrás para examinarla más de cerca.
—¿Qué pasa, Nik? —preguntó Hannia, confundida.
—Otra vez te ha salido sangre —comentó Klaus, tocando la sangre seca que había escurrido de su oído—. Esto te sigue pasando desde que hiciste el hechizo para ver lo de la profecía.
Hannia se alejó y ocultó su oreja con su cabello. Klaus frunció el ceño, sintiendo que algo le estaban ocultando.
—¿Qué es lo que ocultas, Hannia? ¿Realmente el hechizo fue muy fuerte para ti? ¿O hay algo más?
Hannia bajó la mirada, pensando en si debía decirle lo que pensaba, pero tenía miedo, así que se lo guardó para sí misma.
—No te preocupes, no es nada.
—Hannia.
—En serio, Nik. Tengo mis teorías del porqué me ha estado pasando esto en las últimas semanas, pero por el momento no he podido investigar. He estado ocupada.
—¿Ocupada en qué? ¿Qué es más importante que tu salud? —insistió Klaus.
—Buscar una manera de traer a nuestros hermanos de vuelta. Además, hay algo que no te he dicho —respondió Hannia.
—Ya van muchas cosas que no me dices —la expresión de seriedad de Klaus le llenaba de culpa a la castaña por no incluirlo, pero ella tenía muchas cosas en la cabeza que no sabía cómo organizarse.
—Klaus. . . Nuestra hermana mayor, Freya. . . —La castaña tragó saliva. Klaus parecía confundido e impaciente por saber qué le quería decir—. Ella está viva.
