El corazón de Sunoo latía como loco y sintió una explosión de sensaciones cuando sin esperar una respuesta Sunghoon unió sus labios. Sus labios eran suaves y se estremeció cuando posó sus manos grandes en su cintura atrayéndolo más hacía el. Ladeo su cabeza profundizando aún más el beso, era un beso hambriento el cual demostraba lo mucho que habían anhelado ese momento.
Se separaron ambos con la respiración agitada, las mejillas de Sunoo estaban coloradas y sus labios hinchados. Sunghoon solo pudo apreciar lo hermoso que se veía en ese momento.
—¿Qué significó eso?—indagó el menor con la voz agitada sin estar seguro de que la respuesta le agradaría, pero su mente no funcionaba bien en ese momento como para importarle lo suficiente.
—No hago las cosas para impresionar a tu hermana, no me interesa Wonyoung de esa forma para mí es solo una amiga. Lo hago porque me importas.
Lo miró con los ojos bien abiertos sin poder creerlo y analizó bien al contrario en busca de algún atisbo de burla pero Sunghoon parecía hablar en serio.
—¿Por qué?—preguntó bajito agachando su mirada.
No le creía, ¿Por qué alguien se interesaría en él? Siempre era a su hermana a quién solían buscar y él estaba bien con eso. Entonces, ¿por qué Sunghoon venía y lo confundía de esa forma? ¿Por qué su corazón latía con fuerza en ese momento?
Sus ojos comenzaron a aguarse y quiso maldecirse porque todo lo sucedido en poco tiempo lo estaba abrumando: los golpes e insultos de Juyeon, el beso y la calidez de Sunghoon, las palabras dulces que este le había dedicado.
Y sin poder evitarlo lloró, lloró porque le dolían los golpes y porque se sentía perdido por el chico que estaba frente a él. Porque toda su vida creció creyendo que no era lo suficientemente bueno para nadie y se autoconvenció de que de esa forma estaba bien, pero de la nada aparecía Sunghoon revolucionando todo lo que alguna vez creyó saber. Lloró porque las palabras e insultos de Juyeon seguían grabadas en su mente y la escena en la que era golpeado se repetía en su mente.
Frente a él tenía a un chico que parecía inalcanzable para él, alguien que ni en un millón de años siquiera pararía a observarlo pero Sunghoon había hecho mucho más que eso: se había preocupado y lo había cuidado, sanó sus heridas y causó nuevas emociones en él.
Al notar sus lágrimas, Sunghoon lo envolvió en sus brazos y se escondió en su pecho.
—Está bien llorar.—susurró suavemente acariciando su cabello.—Estoy seguro de que fue difícil para tí hasta ahora, pero lo estás haciendo bien.
Sollozó aún más fuerte ante las palabras dichas que habían sido como una caricia para su corazón, estaba consciente de que parecía un niño pequeño llorando y que se estaba mostrando vulnerable pero nada de eso le importaba en ese momento.
Se sentía seguro y protegido por lo que se aferró aún más buscando profundizar esas emociones. Como si aferrarse al azabache solucionaría todos sus problemas.
Se quedaron así un tiempo hasta que se calmó, durante ese rato Sunghoon le susurraba palabras dulces y lo acariciaba suavemente como si tuviera miedo de romperlo. Cuando finalmente se separaron, secó sus lágrimas con sus dedos pulgares admirando el rostro de Sunoo.
—Te llene de lágrimas y mocos.—dijo sorbiéndose la nariz provocando una suave risa en el contrario.
—Está bien, ¿te sientes mejor?—preguntó y el menor asintió lentamente.—Bien, vamos.
Sunghoon tomó su mano suavemente guiándolo hasta la salida, miró ambas manos unidas sintiendo cosquilleos ante el contacto. Su mano era más grande que la suya y era cálida.
—Hyung, ¿a dónde vamos?
—Vayamos a descansar creo que te hará bien.
—Pero aún nos quedan dos horas de clase.
—¿Irás así?—señaló su rostro.—Además, más tarde debemos volver para que la enfermera vea tus heridas.
Sunoo asintió siguiéndolo en silencio. Cuando llegaron al patio de la escuela que en ese momento se encontraba vacío, se sentaron en una de las bancas situadas allí.
—Es linda esta tranquilidad.—mencionó el azabache admirando sus alrededores.
Sunoo lo imitó pensando en que tenía razón. Esas últimas horas habían resultado caóticas por lo que esa inusual paz lo calmaba de sobremanera.
—Tengo una pregunta.—habló Sunghoon aún manteniendo su vista al frente.
—Sobre este punto ya no puedo quejarme de lo entrometido que eres.
—¿Por qué no dejas que nadie sepa que Wonyoung es tu hermana?
—Bueno... tu sabes como es Wonyoung, es bonita, popular y todos la adoran, en cambio yo...—hizo una pausa buscando las palabras correctas.—Nunca fui tan elocuente como ella. Cuando la gente en la escuela descubría que éramos hermanos me hablaban a propósito para acercarse a ella. Con el tiempo, me cansé de que sucediera eso y cuando nos cambiamos de escuela le pedí que por favor no le dijera a nadie, jamás le expliqué la razón porque noona es una buena persona y sé que se hubiera sentido mal al descubrirlo, no quería lastimarla. Después no fui capaz de hacer amigos, supongo que no soy capaz de confiar en la gente.—rio amargamente.
—Eres maravilloso, ¿lo sabías?
Sunoo frunció el seño.—No lo soy, no tengo amigos y no se relacionarme con la gente, soy aburrido y para colmo me golpean.—bufó.
—Creo que es lindo que te preocupes por tu hermana y que eres fuerte por soportar tantas cosas. Eres especial, Sunoo. Nunca dejes que nadie te haga creer lo contrario.
Sus mejillas se tiñeron de rojo y una calidez se instaló en su corazón, observó de reojo a Sunghoon quién tenía los ojos cerrados disfrutando del sol del verano y sintió unas cosquillas en su estómago.
—Además eres tierno.—mencionó con una sonrisa.
—¡Idiota!—golpeó su hombro avergonzado.—No digas estupideces.—murmuró escondiendo su rostro entre sus manos, pudo escuchar a lo lejos la melodiosa risa de Sunghoon a su lado. Y en el fondo, sabía que desde ese momento algo había cambiado.
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Wonyoung [Sunsun]
Fiksi PenggemarSunghoon comienza a ser amigo de la chica más bonita y popular de la escuela, envidiada por las chicas y deseada por los hombres. Todos piensan que son novios cuando comenzaron a verlos juntos pero lo que no saben es que a Sunghoon le gusta el herma...