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—Sunoo, cariño que bueno que hayas venido.—lo saludó la señora Park al entrar a la casa.

—Buenas tardes y gracias por invitarme.—respondió tímidamente.

—Tonterías.—habló la castaña restándole importancia.—Ya eres parte de la familia.

Sunoo sonrió cohibido y a su lado Sunghoon acarició su hombro con cariño despidiéndose de él alegando que debía prepararse.

La primera vez que el menor conoció a sus padres fue de forma inesperada: estos habían llegado más temprano del trabajo y se encontraron con ellos comiendo algo dulce a pedido del menor y tomando té. Obviamente el azabache les había hablado maravillas de Sunoo pero igualmente el menor no pudo evitar sentirse cohibido cuando los conoció.

Según él ese día estaba muy desarreglado y no había llevado ningún regalo para los dueños de la casa y es que había sido un encuentro inesperado. Igualmente los padres de Sunghoon parecieron encantados con el menor y ese mismo día lo invitaron a quedarse a cenar.

La cena pasó amena y Sunoo entendió porqué Sunghoon era una persona maravillosa: sus padres también lo eran. La familia Park parecía dulce y amable, llena de amor y cariño entre ellos cosa que lo maravilló. Las preguntas sobre su vida no tardaron en llegar pero sin sofocarlo (más que un interrogatorio era una conversación tranquila tratando de conocerlo más) Trató de ocultar un poco el hecho de sus padres, no era que lo avergonzara sino que no quería parecer presumido o causar una mala impresión por lo que simplemente se limitó a decir que ambos tenían una pequeña empresa.

Quizás era algo común para ellos pero el corazón de Sunoo se sentía cálido y melancólico cuando se veía en ese tipo de situaciones, en una mesa donde ninguno de la familia faltaba y charlaban sobre su día entre risas y anécdotas.

¿Si su vida hubiera sido distinta podría haber tenido eso? ¿La mesa de su casa también podría estar llena tal como la de los Park o los Yang?

—¿Hoy por fin podré conocer a tus padres?—preguntó entusiasmada la mamá de su novio mientras terminaba de alisar su vestido.

Hizo una mueca porque se supone que sus padres deberían estar allí para la graduación de su hermana pero no sabía si llegarían a tiempo porque tenían una reunión importante.

No quería romper la ilusión que parecía tener y es que la mamá de Sunghoon parecía decepcionarse más que ellos mismos cada vez que comentaban que sus padres no podían ir a cierto evento.

Pero era consciente que ella en el fondo lo sabía, por algo lo habían invitado a acompañarlos en la graduación de Sunghoon a sabiendas de que su hermana tenía que ir mucho antes por ser la presidenta y que probablemente no pueda ir con sus padres. Lo apreciaba porque ya no iría solo a ver a Wonyoung sino que por primera vez iría acompañado siendo parte de una familia.

Cuando estaba por contestar su novio apareció por las escaleras con el uniforme impecable y su cabello perfectamente arreglado salvándolo de tener que contestar a la pregunta.

—Estás tan grande, no puedo creer que ya estés por ir a la universidad.—expresó cubriéndose la boca con una de sus manos, las lágrimas parecían amenazar con caer.

—No llores mamá, ni siquiera me entregaron mí título aún.—mencionó divertido mientras la envolvía entre sus brazos consolándola, dándole suaves palmaditas en su espalda.

Sunoo observó la escena con cariño, muchos sentimientos se mezclaban pero estaba realmente orgulloso de ver graduarse a Sunghoon sabiendo todo el esfuerzo que había puesto. Jamás pensó sentir algo así por alguien: amor, admiración, aprecio y respeto.

Wonyoung [Sunsun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora