VII

8.5K 1K 107
                                    

Luego de eso se quedaron el resto del tiempo hablando, Sunoo pensó que Sunghoon era una persona simple y fácil de tratar. Para su sorpresa, tenían muchas cosas en común y había descubierto muchos detalles nuevos sobre él.

Se había ofrecido a  acompañarlo hasta su casa para explicarle a su hermana lo que había sucedido y que no le diera un infarto allí mismo. Sunoo sabía lo sobreprotectora que podía llegar a ser y que después de recibir las noticias movería cielo y tierra para que el culpable pague las consecuencias.

—Sabes que si quieres contarle a los directivos tendrás mi total apoyo, Juyeon habrá sido mi amigo pero lo que hace es horrible.—mencionó Sunghoon cuando estaban en camino de vuelta a casa.

—No me van a creer.—sonrió con pena.—Jamás le creen a la víctima, además Juyeon es el hijo del director, no hay nada que pueda hacer.

Sunghoon sabía que tenía razón y el hecho de no poder hacer nada le hervía la sangre. La escuela no manejaba correctamente los casos de bullying, muchas veces las víctimas eran ignoradas e incluso inculpadas. Solían minimizar la situación diciendo que eran: "juegos de niños" solo para no manchar la preciada reputación de la institución.

Cuando llegaron a la puerta de la gran casa Wonyoung estaba esperándolo con una semblante preocupado. Al verlos, corrió hacia ellos.

—¡Dios mío, Sunoo! ¡¿Dónde te habías metido?! Cuando salí de la escuela no estabas esperándome para volver a casa como siempre, te llamé y envié mensajes pero no me contestaste.

—Estoy bien, noona.—trató de tranquilizarla pero incluso en ese momento le costaba dar una sonrisa sincera.

—No estás bien, ¿Quién te hizo esto?—tomó su rostro observando sus heridas, el menor solo miró hacía otro lado sintiéndose expuesto.—Sunoo, por favor háblame.—rogó con una voz de súplica.—Sabes que soy tu hermana y siempre estaré para ti pero no puedo ayudarte si te alejas y no me cuentas nada.

Se sintió culpable y débil porque durante mucho tiempo había guardado el dolor y había sufrido en silencio sin darse cuenta que estaba lastimando a una de las personas que más quería en este mundo. Observó los ojos cristalinos de Wonyoung y la preocupación que demostraba odiándose a sí mismo por ser el causante. Finalmente, al igual que había hecho anteriormente con Sunghoon, rompió en llanto.

—Lo lamento tanto, noona.—sollozó aún más fuerte.—No era mi intención hacerte preocupar.

—No digas tonterías, Sun.—la castaña lo atrajo conteniendolo en un cálido abrazo.—Soy tu hermana mayor obviamente me voy a preocupar por ti, mi deber es protegerte y cuidarte.

"Tienen una relación muy linda" pensó Sunghoon mientras veía al par de hermanos abrazados.

Cuando se separaron, Wonyoung se agachó para quedar a la altura de Sunoo quien era más bajito que ella.

—Hablaremos en casa, ¿si?—dijo suavemente acariciando su cabello, luego volteó para encarar a Sunghoon.—En serio, muchas gracias Hoonie por ayudar a Sunoo, no encuentro las palabras para agradecerte.

—No es nada.—sonrió tranquilizándola.—Tengo que irme, nos vemos mañana Wonyo y adiós Sunoo.—se despidió de ambos con una sonrisa.

Durante el camino Sunghoon no pudo evitar pensar en aquel chico de mejillas abultadas que tanto causaba en su interior últimamente. Recordó el beso que habían compartido llevándose uno de sus dedos hacía sus labios sonriendo inconscientemente. Podía revivir la sensación de los suaves labios de Sunoo contra los suyos como si hubiera pasado recién y volvió a sonreír porque cada vez le gustaba más.

—¿Por qué tienes esa sonrisa de idiota?—preguntó su hermana mayor con expresión aburrida cuando llegó a su casa.

—¿Y tú por qué no me tratas dulce?—dijo frunciendo el seño mientras recordaba la perfecta relación de los hermanos Kim.

—Porque eres adoptado.—respondió obvia.—Mamá y papá te encontraron en la basura y les diste tanta pena que te trajeron a casa.

Sunghoon rodó los ojos acostumbrado a escuchar esa historia e ignorándola subió hasta su habitación donde se tiró cansado a la cama.

Había sido un día agotador y recién ahora que estaba más tranquilo notó el ardor en sus nudillos.

Era la primera vez que golpeaba a alguien, jamás había sido tan impulsivo y siempre fue más del diálogo antes que la violencia. Todavía estaba en un dilema por las actitudes de su antiguo amigo, la nostalgia y la rabia se mezclaban confundiendo.

No se arrepentía de golpear a Juyeon por lastimar a Sunoo pero, ¿por qué le dolía? Quizás deseaba que las cosas fueran diferentes, que Juyeon jamás haya cambiado y que no se hayan visto en vueltos en una pelea. Había sido una persona especial en su vida, incluso lo llegó a considerar un hermano pero todo eso simplemente quedaron como recuerdos, recuerdos que habían sido manchados por las actitudes del castaño.

Suspiró, solo esperaba que Sunoo estuviera bien. Jamás lo había visto tan vulnerable y su corazón se había partido cuando lo vio llorar, sentía la necesidad de protegerlo de todo lo malo que abarcaba en este mundo y poder siempre verlo con una sonrisa.

Wonyoung [Sunsun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora