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El silencio inundaba la sala, cuando el profesor se fue con sus celulares como solía hacer Sunghoon se paró de su asiento y cerró la puerta. A continuación fue hasta donde estaba sentado Juyeon quién estaba con un rostro aburrido, con los brazos cruzados y cara de pocos amigos comenzó hablar.

—Al parecer tengo un novio demasiado bueno que piensa que vale la pena escucharte.—Juyeon levantó la vista observandolo sorprendido desde el asiento.—Asi que tienes un minuto para hablar si quieres, sino podemos quedarnos en silencio como hacemos siempre hasta que termine la hora y no volver a vernos las caras nunca más.

Juyeon titubeo durante unos segundos y bajó la vista siendo incapaz de en frentar al que alguna vez fue su amigo más cercano.

—¿Por qué él?—fue lo que llegó a murmurar bajito, apenas siendo escuchado por el contrario.

Sunghoon finalmente se relajó y tomó una de las sillas del pupitre de al lado poniendola frente a él meditando lo que diría en ese momento.

—No hay un por qué, simplemente sucedió.

El azabache sabía perfectamente a qué se refería y era algo que venía evitando porque no sabía que pensar sobre ello ni como manejarlo.

—Sabes que tenías razón, ¿cierto?—finalmente levantó la vista cruzandose con los ojos profundos de Sunghoon.—Mi padre siempre fue un maldito homofóbico.

—Lamento decir eso.—se disculpó con sinceridad.—No debí hablar tan a la ligera de algo tan delicado.

—No te preocupes, me lo merezco.—miró al techo tratando de aguantarse las lágrimas.—Por un tiempo los golpes habían cesado porque finalmente me comportaba como un “hombre” pero...—hizo una pausa porque por más que ambos lo sabían no era nada fácil hablar sobre ello, era como un acuerdo tacito que sin darse cuenta habían formado.—Tú apareciste, y se dió cuenta de que para mí eras más que un amigo.

—Juyeon yo...

—No tienes que decir nada.—negó con la cabeza ligeramente.—Yo fui el idiota que se dejó llevar por lo que dijo mí papá e intenté descargarme con otras personas. Entiendo que te hayas alejado de mi por mi comportamiento tóxico, yo tampoco hice nada para detenerlo. Simplemente no sabía como manejarlo.—admitió con la voz algo quebrada.—Y el tiempo pasó y tu hiciste nuevos amigos mientras yo seguía metido en esa casa de mierda y la conociste a ella. Kim Wonyoung la chica perfecta con la vida perfecta: padres con dinero, amigos, presidenta del comite, buenas notas y la atención de todo el mundo. Pero lo que más me molestaba es todos hablaban sobre lo bien que se veían juntos y de que seguramente ya eran novios.—suspiró sintiendo su pecho doler.—Y se que estaba mal pero quería dañarla de alguna u otra forma.

Sunghoon solo observaba a Juyeon con los ojos cristalizados, sintiendo algo de pena por el chico frente a él pero también rabia por haber querido lastimar a su amiga. Estaba confundido, la escena de Sunoo lastimado en el baño se mezclaba con los momentos lindos que vivieron juntos provocandole un dilema.

—Me meti en la oficina de mi padre y saqué su expediente para averiguar algo de ella y así usarlo en su contra. Ahí descubrí que tenía un hermano menor del que por alguna razón nadie sabía de su existencia: Kim Sunoo. Lo busqué y comencé a molestarlo con el objetivo de lastimarla pero mientras más notaba la existencia de ese chico, más me daba cuenta el como lo mirabas. Había sido un idiota, jamás  fue Wonyoung, siempre fue él. Era a él a quién mirabas durante el almuerzo y a quién defendias con todas tus fuerzas.—una expresión amarga apareció en su rostro.—No tiene nada de especial pero aún así siempre volteabas a verlo entonces empecé a detestarlo al igual que a su tonta hermana.

Sunghoon se mantuvo en silencio con pensamientos diferentes y contradictorios en su mente.

—¿Te arrepientes?—fue lo único capaz de decir.

Wonyoung [Sunsun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora