Wonyoung [Sunsun]

Extra III

El niño de ocho años miraba preocupado a todos lados buscando a las personas que tanto quería ahí. Incluso le costó prestar atención cuando su maestra les dijera que se pusieran en orden para comenzar el acto que tantos nervios le hacía sentir. En frentre, había varios padres parados alrededor de ellos saludando y sacandole fotos a sus hijos.

—Ya llegarán.—le dijo a su lado su hermana mayor (por tan solo unos minutos) con total tranquilidad.

—¿Y si no lo hacen?—inquirió preocupado sintiendo que las lágrimas amenazaban con caerse, era un día especial para él, ¿por qué sus padres no estaban allí?

Justo cuando estaba por comenzar el acto el pánico creció en él pero dos personas aparecieron corriendo y tratando de posicionarse adelante de todo, empujando a algunos padres en el proceso.

—¡Ya llegamos!—dijo Sunoo con la voz agitada, a su lado Sunghoon se apoyó en sus rodillas para recuperar el aire y descansar, ya estaban grandes para ese tipo de cosas.—Ya no somos los peores padres del mundo, ¿cierto?

—Espero que no.—contestó Sunghoon a su lado enderezandose y buscando a sus hijos.

—¡Eunbin! ¡Hyunbin!—exclamó Sunoo agitando la mano frenéticamente logrando que algunos padres lo miraran mal y avergonzando un poco a sus hijos.

Pero nada de eso importó porque en el momento en el que el menor de los Park notó la presencia de sus padres, sus ojos se iluminaron y todas las preocupaciones que tenía parecieron desaparecer. Todo estaba bien porque estaban ellos allí. Con toda la energía del mundo comenzó su increíble presentación que consistía en bailar una coreografía vestidos de distintos animales de la granja.

—Te dije que papá Hoon y papá Sunoo vendrían. Ellos jamás faltarían.—dijo Eunbin mientras saludaban a todos sus admiradores que ahora aplaudían por tan tierna presentación.

Su hermana tenía razón, sus padres siempre estaban allí y se sentía mal por haber dudado de ellos. Los observó atentamente, su papá Sunoo no paraba de sacar fotos con su celular mientras que su papá Sunghoon lo observaba de esa forma tan amorosa que solo hacía con él (y con ellos que eran sus hijos claramente) mientras intercambiaba su mirada entre su esposo y los gemelos quienes observaba con orgullo.

Cuando salieron los gemelos no pararon de platicar con emoción todo lo que habían hecho en el día. Eunbin iba tomada de la mano de Sunghoon mientras que Hyunbin tenía sus pequeñas manos entrelazadas con las de Sunoo.

—¿Por qué tardaron tanto? ¡Pensé que no irían!—protestó el menor infantilmente.

Sunghoon y Sunoo intercambiaron miradas de pánico siendo incapaces de crear una excusa creíble para el hiperactivo de su hijo.

—Estoy segura de que tienen una buena razón, no seas metiche, Hyunbin.—lo regañó su hermana mayor.

—¿¡Papá, viste lo que me dijo!?—exclamó ofendido el pequeño mientras la señalaba acusatoriamente.

—Ya niños, no peleen.—habló suavemente Sunoo. Ambos tenían personalidades muy diferentes, el menor de los Park era más efusivo y tenía mucha energía mientras que la mayor era más tranquila y madura para su edad.

El resto del camino siguió entre risas y juegos. A pesar de estar cansados, Sunghoon y Sunoo siempre tenían la energía suficiente para disfrutar de sus dos hermosos hijos.

Cuando llegaron a la casa todas las luces estaban apagadas llamando la atención de los niños. Cuando la sala se iluminó, unas decoraciones y varias personas se mostraron.

—¡Sorpresa!—gritaron todos al mismo tiempo.

—¡Esto es genial!—la emoción de Hyunbin se podía notar a kilómetros mientras observaba el pastel y a los invitados.