[27 - 28] Confesiones / Fan.

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Todo había funcionado.

Después de casi un mes entero, el nombre de Adrien Agreste estaba expuesto en carteleras, comerciales, televisión y radio.

La felicidad en la mansión Agreste no podía medirse, y Adrien estaba más que encantado de por fin poder ver a sus padres orgulloso de su esfuerzo.

¡Lo habían dejado comer postre! No podía estar más feliz.

En un principio incluso pensó que al ya empezar a ser conocido, sus padres podrían considerar quedarse un poco más de tiempo en París.

Oh, qué magnífico sería eso.

Su padre ahora ya no gritaba por teléfono, su madre ya no lo miraba y suspiraba. Pese a todo, y su increíble negación de ser Chat Blanc, fue completamente aceptado como Chat Noir una vez más, al menos solo para Marinette.

Y no le importaba, solo quería tener un poco de libertad.

—Estaba pensando... —Gabriel rompió el silencio de la mesa, con una sonrisa de lado— ¿Por qué no damos un paseo? Vamos a salir a conocer un poco más de París antes de irnos.

—Que maravillosa idea —sonrió Emilie— ¿Qué te parece, Adrien?

—¿Podemos invitar a Marinette?

La sonrisa de los adultos se esfumó.

A lo largo de la corta e inocente vida de Adrien, habían viajado a muchas ciudades y países, incluso casas con —lamentablemente— vecindarios, pero nunca había formado una amistad con alguien.

Emilie miró a Gabriel, dudosa. Conocía a su esposo, pero a veces parecía que no tenía la menor idea de cómo podría reaccionar.

Últimamente hablaban de la hija de los Dupain-Cheng más de lo usual, y no por gusto realmente.

—Claro —respondió el hombre, dando un fuerte trago a su bebida— ¿Por qué no?

—¡Gracias, papá! —exclamó el niño, dando pequeños brinquitos en su asiento.

—Le diremos al guardaespaldas que la buscaremos antes de irnos —completó— Será nuestra invitada.

—Upsi —susurró Marinette al derramar varias gotas de agua.

Extendió su brazo, tomando la servilleta que su padre le había ofrecido y comenzó a limpiar su lugar.

Se había distraído nuevamente.

Pero esta vez, no había ningún pájaro en la ventana, ninguna mancha en la pared, mucho menos ninguna música de fuera que la pusiera a mover los pies.

Esta vez, la imagen de su amigo estaba en la pantalla de la televisión, en la radio, e incluso en los carteles pegados en todo París.

—¿Por qué Adrien aparece tanto en la tele? —preguntó Marinette— Y con ese traje tan... feo.

Sus padres rieron por lo bajo.

—Bueno, porque Gabriel es un diseñador de modas conocido, cariño —respondió Sabine—, y ahora Adrien es su modelo, fue justo ese estilo de moda quien lo hizo comenzar a ser más conocido.

—Eso quiere decir que Adrien es famoso, ¿cierto?

—Podría decirse, sí —Tom se encogió de hombros.

—Y eso es bueno, ¿verdad?

—Queremos creer que sí —dijo su madre— No te agobies por eso, cielo. Cuando seas más grande, entenderás como es que funciona.

The scary little kids [MLB] MAYO MARICHAT.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora