16| Te fuiste y caí en depresión, ¿por qué tengo que tratarte bien?

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Olivia Greyson

¿Estaba soñando?

Pestañeo un par de veces más, mirando la foto sin creerlo. Observando el número como si hubiese un más allá entre esos números, pero recuerdo, exactamente recuerdo cómo borre su número.

Erik está trabajando, al igual que mi tía. ¿Y Christian?, Él es quien trata de ayudar pero es imposible.

Tengo más de mil mensajes de su chat, que no leo hasta ahora, después de casi siete meses, donde sé que si no borró su chat voy a volver cuando todavía no estoy bien.
Me fui por una razón, que era mejorar, para él y para mí, para ambos y no podía tenerlo en la pantalla cada día.

-¿Estás segura? -asiento ante la pregunta del castaño-, podés bloquearlo para que no sea tan duro, o archivarlo -me recuerda.

Pero vuelvo a asentir. Mi psicóloga me dijo que era lo mejor, al menos ahora.

La foto de su perfil hace que me pongo todavía peor. Es la foto que nos sacamos para navidad, la única que tenemos juntos de hecho. Pensar eso me pone a llorar más, los sollozos me hacen respirar mal.

Chris se pone a mi lado, manteniendo la distancia que siempre le recuerdo, pero que ahora no estoy para ocuparme de eso.
Sin embargo no dice nada, pero pone una mano en mi hombro, un poco más cerca del brazo para no incomodarme.

Mis dedos temblorosos se ponen justo encima de las letras rojas, diciendo exactamente lo que no quiero leer. No puedo.

Pero en un tambaleo de mi dedo, toco sin querer y el contacto desaparece en un pestañeo. El texto de "este contacto se eliminó" apenas puedo leerlo, ya que las lágrimas no me dejan ver con claridad.

Los brazos de Chris me envuelven cuando el celular resbala de mis dedos y rebota en la cama.

El llanto imposible mantener.

La tristeza y culpabilidad golpeando mi pecho. Pero es necesario, si no lo hacía podía afectarnos, a ambos y yo no viaje kilómetros para echarlo a perder.
Él está mejor sin mi, una carga que nunca debió tener, y ahora es mejor que la haya soltado porque puede hacer su vida una vez más.

Me la pasé la tarde en la habitación, en brazos de Chris quien no se molestó en quedarse y en contenerme.

Las lágrimas queriendo rebalsar ante el recuerdo.

Como si lo llamara, Chris se da la vuelta somnoliento y me rodea con su brazo pesado la cintura.

Apago la pantalla, para poder moverme mejor dejo el celular a un lado y me lo quito con sumo cuidado, casi cayendome en el intento de que mi pie toque el suelo.

En este mismo instante odio haber pedido
una cama tan alta cuando era más adolescente.
Porque no crecí demasiado desde mis catorce, y para bajar de la cama siempre debo pegar un pequeño saltito.

-Vuelve a la cama -me sobresalto cuando escucho su voz.

Estira el brazo por toda la cama, queriendo encontrarme. Pero me alejo de la cama, agarrando mi celular antes de que pueda tocarlo siquiera.

𝐖𝐄 𝐃𝐎𝐍'𝐓 𝐆𝐈𝐕𝐄 𝐔𝐏  | #𝐑²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora