olivia
—¿No puedo acompañarte? –pregunté terminando mi cereal.
Jaden me miro sin expresión alguna como solía hacerlo siempre, que no estábamos solos, claro. Como ahora mismo, que estábamos con Leah desayunando.
Era temprano, justo me desperté cuando Jaden se estaba duchando y bajé encontrándome con la nena ya lista para ir al jardín. Así que iba a aprovechar el momento, para volver a ir con él y poder controlar si come o no.
Aunque la idea de quedarme cuatro horas sentada en un lugar, no me gustó mucho. Pero debí ayudar, y es para eso que vine.
—Si quieres –se encogió de hombros, restándole importancia. Aunque no por mucho tiempo porque dejó de preparar la mochila de su hija para achinarme los ojos–. Aunque si es para lo de la otra vez, prefiero que te quedes en casa.
Sonreí inocente, más que nada para molestarlo.
—Si yo me quedé quietecita en mi lugar, sin hacer nada –comente, tomando lo ultimo que me queda del café.
Puso una cara graciosa. Dejándomela pasar, siga con las cosas de su hija. Mientras la rubia, apenas su papá se dio la vuelta, me miró y me dijo con una coleta en la mano, yo la miré confundida.
—Me haces una coleta alta, porfa –hizo puchero, moviendo de lado a lado el accesorio.
Asenti. Hace mucho que no hacia coletas, más que nada porque mi tía siempre me las quería hacer, y yo teniendo casi veinticinco años lo acepté como niña pequeña.
Jaden se giro en el momento exacto que su hija lo hacia para mi, para poder empezar.
—No la molestas –la regaño.
Yo era la que lo iba a regañar a él, aunque decidí concentrarme en el pelo rubio brillante de la nena.
—No me molesta. Y no seas metiche –gruñí.
No hubo respuesta de su parte, pero en cuanto lo miré tenía una pequeña sonrisa en sus labios. En cambio Leah rio a carcajada al notar a su papá callado.
Bufo sin dejar de hacer lo que hacia.
(...)
Leah bajó del auto de un salto. Con sus dos coletas ya que había cambiado de idea, su uniforme color rojo que le quedaba super bien y que ayer no había visto, y por lo que me contó en el camino era porque tenía algo especial y debía llevar el uniforme. Saludo con la mano desde fuera, y en cuanto su papá la despidió salió corriendo hacia el montón de nenes pequeños.
Jaden, también como ayer, arranco el auto apenas la nena salió por ahí.
—Yo si fuera nuestra hija, te obligaría a quedarte hasta que la nena entre a su sala –murmure, arrepintiéndome en cuanto su mirada cayó en mí.
Su rostro estaba sorprendido, aunque sus ojos ya estaban brillando divertidos. Bastante la mirada colorada y avergonzada. Sentí que su mirada se quedo solo un rato más, para después volver a la carretera y ahí volví a mirarlo.
—Primero... –comenzó, llevándose toda mi atención–, ya te dije que la nena no va a escaparse –suspire ante su respuesta, aunque no por mucho tiempo–. Y segundo...

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𝐖𝐄 𝐃𝐎𝐍'𝐓 𝐆𝐈𝐕𝐄 𝐔𝐏 | #𝐑²
Roman d'amour𝐖𝐃𝐆𝐔|| Está vez, era él quien estaba en el vacío y ella quien podía sacarlo. Los papeles se dieron vuelta, haciendo que Olivia deba ayudar a Jaden. Y Jaden se oponga. Segundo libro de "Don't Give Up". (Es necesario leerse el primero para entende...