28|El mejor hasta pronto que me pudieron dar

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Jaden

Olivia me obligó a levantarme temprano, con miedo a que los demás se despiertes y nosotros no estemos. Así que ahora mismo, estábamos en el Starbucks a la vuelta de casa para poder disimular que fuimos a comprar el desayuno.

Por más que nos fuimos temprano del departamento de Cooper, hubo una señorita que quiso a la laguna que estaba cerca del edificio. Y terminaron siendo las 9hs de la mañana, y conociendo la ruta de Avani. Ya todos estaban levantándose.

—Gracias –la rubia agradeció al notar que yo no lo iba a hacer, agarrando lo pedido.¨

Olivia agarro lo que no podía, despidiéndose por última vez del chico que nos atendió, nos dimos la vuelta saliendo del local.

Volviendo al auto, dejamos las cosas en los asientos traseros, para poder subir nosotros.

La rubia se abrocho el cinturón, y cuando terminó fue cuando arranqué. Escuchando su voz preguntando una vez más, como siempre que estábamos en este espacio.

—¿No deberías abrocharte el cinturón? –cuestionó, cogiendo uno de los panecillos que compramos.

La mire un segundo, para ver como comía gustosa el bocadillo, antes de volver a la carretera.

—Estoy bien así gracias –dije simplemente.

Escuche un suspiro de su parte que me hizo sonreír, aunque trate de ocultar mi sonrisa, volviendo a ponerme serio.

El espacio se volvió a llenar de silencio, aunque no por mucho tiempo.

—Toma –dijo.

Y de pronto, note un panecillo delante de mi rostro, mirándolo por un momento antes de verla a ella, y volver delante con rapidez para no chocar.

—No gra... –no termino de decir palabra, cuando siento como vuelve a ponérmelo cerca de los labios.

Pongo los ojos en blanco antes de darle un mordisco. Saboreando el gusto, que aunque no me gusta mucho, al terminar de masticar agarro otro pedazo cuando me lo vuelve a ofrecer por segunda vez.

Contenta, se lo lleva ella a la boca para darle un mordisco. No sin después querer hablar otra vez. 

Una la cual me pone de los pelos. Claro.

—¿Qué voy a hacer con Chris? –preguntó, en un pequeño susurro como si le diera miedo preguntar.

No me atrevo a mirarla, así que sigo con la mirada al frente, sintiendo la suya en mí.

—Olivia... –trato de decir pero me interrumpe.

—Se que no quieres hablar de esto –suspira–. Pero cuando lo vea, ¿Qué le voy a decir? –vuele a cuestionar.

Resoplo. No solo por las preguntas que me hace, sino por el momento en el que las hace. Siempre son cuando mi cabeza esta en todo menos en eso, justo en esas cosas, que su cabecita se cuestiona. Todos los días.

La miro un momento. Notando que sus ojos claros están puestos en mí, esperando una respuesta de mi parte, que se la doy segundo después al volver la mirada a la carretera.

—Lo único que pido... –comienzo–, es que no lo hagas sola. Veremos como hacer para decírselo, a él y a Madison. Pero no cuando estemos lejos –asintió ante mi propuesta, escuchándome con atención.

Me extendió otro panecillo, aceptándoselo con una mordida antes de que ella le de otra.

—¿Crees que me va a odiar cuando le diga que lo engañe? –volvió a preguntar, haciendome doler la cabeza.

𝐖𝐄 𝐃𝐎𝐍'𝐓 𝐆𝐈𝐕𝐄 𝐔𝐏  | #𝐑²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora