Just a silly crush {Jinkook}

Capítulo 7

Seokjin estaba teniendo un momento muy difícil en su de estudio, estaba harto de estar leyendo y realizando los ejercicios de los libros que su hermano mayor eligió para él. El castaño deseaba estar en el campo de practica corriendo por ahí, ensayando las jugadas que el equipo iba desarrollando para el partido antes de las vacaciones de verano, todavía faltaba lo suyo si, sin embargo, el tiempo pasaba rápido y necesitaba estar listo. Pero no, estaba encerrado en su habitación, con varios libros repartidos en su escritorio y su cuaderno de notas sufriendo una falta de páginas.

—Estos libros son demasiado para mí. —La queja del castaño salió como un gruñido, y echo su cuerpo hacia atrás en la silla, mirando ahora las uniones del techo sobre él. Hasta más que harto de eso, no servía para estudiar por horas como sus hermanos, era algo que todos debían aceptar.

Se levantó para estirar las piernas, así como los brazos hacia el cielo, después se acercó a su ventana redonda, esta daba al jardín frontal de la casa. Le gustaba ver la calle desde ahí, a veces enviaba a las personas que tan solo iban pasando, porque imaginaba que tenían una libertad que él no tenía. Si, Seokjin siempre se sintió aprisionado dentro de su casa, y hasta un año atrás, la escuela había sido su escape para hacer lo que él quisiera, ser quien era en verdad. Estaba por abrir la ventana para escapar por el tejado, algo que hacia rara vez, pero que disfrutaba bastante, pues era rozar esa libertad que tanto deseaba por algunos minutos, incluso una que otra hora en las últimas veces que lo hizo, sin embargo, se alejó de la misma al escuchar unos toques en su puerta, como estaba un poco lejos del escritorio, eligió sentarse en la cama justo a tiempo antes de que su hermana se asomará.

—¿Te tomas un descanso? —Parecía que ella estaba de buen humor, cosa extraña pero que Seokjin agradecía. El tan solo asintió un poco—. Bien, ¿Vamos por unas cosas al mini-mercado?, mamá dijo que podemos comprarnos lo que queramos con lo sobrante.

—Te alcanzo en un momento. —Replico para observar como ella se retiraba. No lo pensó mucho, tan solo se aseguró de dejar acomodadas las cosas en su escritorio, y bajo del ático para reunirse con su hermana en el recibidor.

Cada quien se acomodó los zapatos para salir, y caminaron tranquilamente hasta una tienda grande a unas cuantas calles de su hogar. De camino, escucho a Heeyeon contar unas cuantas cosas que eran del interés de la muchacha. Seokjin la escuchaba, apenas opinando un par de veces, porque si bien ellos no se llevaban del todo bien, no había ningún problema mayor entre los mellizos, y Heeyeon, aunque lo llenaba de réplicas y comentarios escépticos, también solía defenderlo de las críticas y exigencias de Seokmin.

—Oye, ¿En serio estas siguiendo el supuesto consejo de Seokmin? —Ella observo al castaño por el rabillo del ojo, para tan solo ver un leve asentimiento—. Ni siquiera quieres ser deportista, no hagas caso de lo que ese tonto te dice.

—A veces me pregunto si hablas igual de mi con él, como de él conmigo. —Seokjin no estaba seguro de si aquello fue una queja o tan solo un comentario, pero escuchar una ligera risa de su hermana le hizo creer que sonó a una broma.

—Ni siquiera hablo con él a no ser que me obliguen, y nunca diría nada malo de ti a nadie —el menor de los dos, porque si, Seokjin había nacido unos minutos después que ella, le dio una mirada de reproche—, si te molesto a ti todo el tiempo, eres mi hermanito menor es mi deber molestarte, pero no permito que nadie más lo haga, ni siquiera nuestro hermano mayor.

—Qué bueno que te tengo para defenderme, eh. —La ironía en su voz le gano un leve golpe en el hombro de parte de la chica—. De todos modos, solo tengo que subir mis calificaciones en química, con las otras materias me basta con mantenerlas.

—Sigo pensando que no tienes por qué hacerle caso a ese estirado, deberías poder tomar tu propio camino como lo hizo él. —Seokjin no quiso comentar sobre eso, porque a pesar de que se sentía exactamente de esa forma, la presión que su padre y hermano mayor ejercían sobre él, era mayor que cualquier deseo que él tuviera.