Capítulo 36

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Por un momento, Naruto pensó que perdió la conciencia porque todo se oscureció y sentía que flotaba en esa enorme oscuridad, pero una serie de imagines comenzaron a pasar rápidamente por su cabeza que se sentía a punto de estallar

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Por un momento, Naruto pensó que perdió la conciencia porque todo se oscureció y sentía que flotaba en esa enorme oscuridad, pero una serie de imagines comenzaron a pasar rápidamente por su cabeza que se sentía a punto de estallar.

El lugar cambió al salón de un trono, al final de la habitación estaba un trono de piedra enorme donde en el respaldar se encontraba gravado de galimatías. Sentado había un hombre de imponente presencia; piel blanca, casi resplandeciente; pelo largo y blanco; vestido con una túnica blanca y adornos dorados; una gran corona y una expresión de aburrimiento.

Frente al majestuoso ser había otro arrodillado a unos metros, con la cabeza gacha. Tenía seis alas blancas, una túnica gris y un casco dorado que apenas podía notarse los ojos; aquel ser rendía pleitesía al otro sentado.

—Oh Absoluto, ¿por qué no otorga atención a tus fieles servidores que luchan por ti? —preguntó el ser arrodillado, con cada palabra llena de respeto.

La imagen se distorsionó y Naruto se encontraba en un campo de guerra, miró en cualquier dirección para ubicarse y abrió los ojos cuando encontró una pared rocosa con un rostro partido a la mitad. El único rostro que había sobrevivido fue el de Senju Hashirama, el Shodaime Hokage. Donde debería haber arboles y edificios solo había una tierra estéril y los pocos arboles de pie, secos, prendidos fuego; Konoha había sido destruida.

Desde el cielo se escuchó el sonido de cristal rompiéndose, Naruto cambió su mirada para ver muchos portales donde salían soldados con alas, liderados por el mismo ser que había estado arrodillado frente el anterior ser. Parecían estar mirando en su dirección y él se tensó pensando que lo habían visto, pero alguien atravesó su cuerpo incorpóreo, Naruto miró atrás suyo para encontrarse un ejército de monstruos, las replicas de los seres que se enfrentaba en las mazmorras.

—¿Qué está pasando?

Los seres se lanzaron al ataque y la escena desapareció, para encontrar al ser que había liderado a los seres del cielo atravesado por una infinidad de lanzas y espadas, pero de pie como un guerrero que no caería nunca. Su cuerpo fuera cubierto por sombras que surgían desde todos lados, como serpientes ansiosas por alcanzar el cuerpo, y Naruto se acercó para encontrar que los ojos muertos del ser brillaban de un azul intenso.

Surjan.

Naruto se sintió arrastrado antes de poder ver más de aquella escena y se encontró parado frente al altar con el orbe oscuro roto a la mitad, con la mano todavía extendida. Por un segundo sintió que todo giraba y un dolor punzante en su cabeza surgió desde la base de su cuello extendiéndose hasta su frente. Arrancó su mano y trastabilló hacia atrás, logró recuperar su equilibrio antes de caer al suelo por propia voluntad; tratando de comprender lo que había visto.

—Ahora —suspiró—, ¿qué le diré al abuelo?

[¡FELICIDADES!]

Naruto: Solo LevelingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora