Capítulo 6

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Uno de los ninjas era amigo del líder, se acercó demasiado a una estatua que tenía un arma, por suerte logro apartarse a tiempo con un Kawarimi no Jutsu. Por lo que se rompió fue un tronco.

—¡Daichi! — grita el líder.

—¡Estoy bien! — devuelve el grito.

La estatua, que había intentado partir en dos a Daichi con su espada, simplemente regresó y asumió su posición en las paredes, como si nada hubiese pasado. El capitán contuvo las lágrimas aliviado al ver que sobrevivió su amigo.

Un ninja que se acercó mucho a una estatua, no logro escapar a tiempo y la estatua logro llegar a una extremidad.

—¡Mi brazo! ¡MI BRAZO! — grito horrorizado.

El interior del templo se había convertido en una escena de terror y matanza. Naruto jadeo salvajemente mientras corría, su frente goteaba con sudor frio. Sus piernas se sentían cada vez más pesadas; su aliento se volvía cada vez más irregular.

Pero su cabeza estaba llena con solo un pensamiento, que se repetía una y otra vez: 'Alaba al Señor. Alaba al Señor. Alaba al Señor.' El segundo mandamiento que se paseaba por su cabeza. La clave para resolver el significado de los mandamientos debe estar escondido en esta sala.

Algo debía servir, algo. Pero cuando los Shinobis entraron al templo, no encontraron ni herramientas ni mecanismos. Lo único aquí son las estatuas. Un momento. Un pensamiento surgió en la cabeza de Naruto.

¿Lo único aquí son esas estatuas? Los ojos del Uzumaki se ensancharon.

—¡¿Por qué no pensé en eso?! — exclama.

Si las estatuas eran las únicas cosas en esta sala. Entonces las estatuas deben ser la clave para solucionar este misterio. Las estatuas solo se mueven cuando alguien entra en su alcance; esto ha de ser la clave para usarlos de alguna forma. Reuniendo la energía que le quedaba.

—TODOS, ¡DIRIJANSE A LAS ESTATUAS CON INSTRUMENTOS! — ordena con un grito afónico.

El grito de Naruto llegó a los oídos de todos los sobrevivientes.

—¡¿Instrumentos?! — pregunta el líder.

La esperanza volvió a sus ojos. A diferencia del momento en el que Naruto les pidió hacer una reverencia, esta vez no dudaron en responder.

Por supuesto, si Uzumaki estaba equivocado en su suposición, serian masacrados cuando se acercarán a las estatuas.

Pero en este momento, no había un solo Shinobi que desconfiara de las ordenes de Naruto. El líder fue el primero en llegar a una estatua con instrumento. Sosteniendo su respiración, el capitán miró lentamente hacia la estatua.

Como respondiendo, los dedos de la estatua empezaron a moverse, y comenzó a tocar el arpa en sus manos. Fue un hermoso sonido.

—¡Él estaba en lo correcto! — afirma. —¡Vayan a las estatuas con instrumentos!

Cada Shinobi, con la esperanza renovada, corrió hacia las diversas estatuas que sostenían un instrumento. Trompetas, flautas, liras. Pronto, la armoniosa melodía de diferentes instrumentos llenó todo el templo.

Daichi, que había estado corriendo hasta que se quedó sin aliento, se derrumbó y se arrodilló frente a una estatua que sostenía una mandolina. Cuando la melodía de la mandolina resonó en el aire, la Estatua de Dios que estaba persiguiendo al Sr. Kim lentamente se detuvo. Incapaz de contener sus emociones, el hombre estalló en lágrimas cuando se arrodilló.

Y la Estatua de Dios se apartó de él. Escaneando por el resto del templo, encontró un nuevo objetivo.

—¡Mierda! — maldijo a viva voz.

Naruto: Solo LevelingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora