Capítulo 16

4.1K 452 430
                                    


Los días pasan rápido cuando las preocupaciones se multiplican, o eso suelo creer cuando el calendario corre ante mis ojos, haciéndome creer que un día puede irse una semana completa sin que me dé cuenta. El asunto es que hace seis días jamás hubiese imaginado que ahora estaría en este lugar. O que la justicia en los pueblos pequeños funciona de manera mucho más eficaz que en las grandes ciudades.

Aunque claro, seguramente todo el lío de pensamientos se deba al recién asumido sentimiento perverso que tengo para con mi hijo. Posiblemente sea mi enamoramiento el culpable de todo.

Porque los días pasan. Sí. Y yo sigo en lo mismo.

Hace dos días descubrí, cuando el fiscal Allman vino a vernos a casa, que su verdadero nombre es Quinn. Es un tipo bastante agradable cuando no está vestido con ese apretado traje, incluso el par de tatuajes que su ropa de trabajo ocultan le hacen ver genial. A Frank le cayó bastante bien, y eso fue un verdadero alivio teniendo en cuenta que para validar el juicio que tendría lugar dentro de dos días, necesitaba escuchar su versión de los hechos. Porque había escuchado ya la versión del acusado sacado antes de tiempo del hospital, y no le había gustado en lo absoluto.

Era pasada la media noche, luego de compartir varias tazas de café y toda una tarta de manzana, que el fiscal se había marchado. Con la promesa de que el caso ya estaba ganado, y que el mismo tendría lugar dentro de dos días.


Y ese día es hoy.

Pasear por una casa que para mí es ajena es terriblemente incómodo, más aún dormir en la cama donde sólo unos días atrás había estado durmiendo aquel monstruo, y donde tantos meses atrás, había muerto Lindsey. En cierto modo se siente increíblemente incómodo y por otro lado... me hace sentir conectado a ella. Conectado a mi labor de padre, no a esos sentimientos que no deberían tener lugar dentro de mi corazón.

Decido abandonar el lugar en la cama luego del segundo timbre de mi despertador. Mis párpados pesan y tengo la vista nublada cuando logro abrir los ojos, pero de todos modos logro apreciar la luz fuera de las cortinas. Son cerca de las nueve de la mañana, quince minutos faltan para las nueve, para ser más exacto, y dentro de una hora y quince minutos debemos estar en el juzgado de policía local. A cinco minutos de casa. Por lo que tenemos tiempo de sobra.

Con la ducha del día anterior en mente me dirijo a la mochila apostada a los pies de la cama. Sólo tengo ropa interior limpia y una camiseta para reemplazar la que he estado lavando cada dos días para ponerme encima. Uso el mismo par de jeans al igual que el mismo calzado. Sólo cuando todo esto acabe tendré tiempo suficiente para volver a casa a buscar ropa, o para quedarnos definitivamente ahí, eso todavía Frank debe decidirlo.

Una vez vestido me voy al baño. Mojo mis manos y luego mi cara, parpadeo un par de veces y observo mi reflejo en el espejo. La hinchazón ha bajado considerablemente, pero el hematoma en torno a mi ojo está pasando por un asqueroso tono verdoso, y mi labio sigue partido en una zona, reseco y dolorido. Pero de todos modos, en una semana, mi aspecto ha mejorado bastante.

Cuando estoy limpio y listo para comenzar el día, bajo hacia la cocina. Pongo dos panes en la tostadora mientras preparo dos tazas y caliento agua en el hervidor. Preparo la mesa para desayunar y mientras el pan y el agua están listos, subo nuevamente para despertar a Frank.

Toco la puerta dos veces, y esta se abre ante mí. Al entrar veo a Frank caminando de regreso a su cama ya hecha. O quizás no la desordenó en toda la noche. Trae un aspecto terrible, y la misma ropa que el día anterior.

— No dormiste —digo lo obvio, él, sentado en el borde de la cama, con la mirada fija en su calzado, niega lentamente.

— No pude... cada vez que cerraba los ojos veía su cara. Es... difícil, ¿Sabes? Hace un tiempo él era mi padre... y ahora... No creo que pueda hacerlo, Gerard —suspira alzando la mirada hacia mí. Sus ojos enrojecidos e hinchados me hacen saber que ha estado llorando recientemente—. Pienso en qué diría mamá si estuviese viva para ver todo esto y... no quiero hacerle daño a mamá, Gerard.

our blood • frerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora