—Hey, Jennie —la voz de Jackson resonó por todo el pasillo y varias cabezas giraron. Parece que hay más de una Jennie en esta universidad—. Espera...
Suspiré, —¿Qué quieres, Jackson? —abrí mi casillero.
Este se apoyó de uno que estaba cerrada, dándome el frente mientras yo ni hablar quería el día de hoy. Pero parece que a la gente le da una enfermedad por días, que cuando menos quieres hablar es cuando más lo hacen y más te buscan.
—Pues... —tomó aire—. Hace mucho que no salimos.
Lo miré extrañada, —¿No? ¿Y el día de la fiesta en aquella habitación? creí que fue una salida —el desinteres era palpable en mi voz, incluso hasta en mi cara.
Jackson suspiró, —No, hicimos el amor, pero yo quiero...
—Espera, espera —lo detuve, cerré mi casillero y ahora sí volteé hacia él—. ¿Hicimos el qué?
—El amor, ¿no?
A veces la intensidad de las personas me asusta.
—¿Dónde leíste que yo hacía el amo? por favor, Jackson, actualízate —puse los ojos en blanco—. NO hicimos eso, y no vayas con tus amigos a querer contarle algo que nunca paso.
—No hablo con mis amigos de las cosas que hago contigo, jennie. No sería capaz —bajó su tono de voz.
Jackson Wang era un chico que estaba dos grados más alto que yo, no era sorpresa para nadie que Jackson había intentado conquistarme desde el momento uno en el que entré a esta universidad, como tampoco era secreto para nadie de quien yo era hija; pero eso no le importó, en serio no le importaba mi padre.
Mal ahí, Jackson.
Era una chico de unos veintiuno, sus ojos eran de color hazel, su cabello castaño y tenía una sonrisa colgate, como cualquier otro chico, sólo que este si que vivía en una nube. Nada que ver con mi ex. Kai. Que en paz descanse; y es que no vivió para contar que estuvo conmigo, en cuanto mi padre supo que había tenido algo más que una amistad, inmediatamente lo mandó a matar.
Y no sentí nada de remordimiento, y es que no me importaba. No tenía el porqué llorar por una persona que nada significó en mi vida.
Jackson tenía bonitos sentimientos, pero los bonitos sentimientos no me daban el buen sexo que mi cuerpo requería y necesitaba. Y no, no soy una persona que vive por eso, pero pido lo necesario para poder estar conmigo. A diferencia de otros hombres, Jackson sí sabe tratar a una mujer, y no dudaría en perdonarte si algún día le haces algo.
Posé mi mano sobre el hombro del chico.
—Mira, sé que soy una persona hermosa, maravillosa, y es que tanta belleza debería ser un delito —confieso. Este en todo momento asintió—. Pero no creo que podamos ser algo más, Jackson, lo siento.
—Pero... yo en serio te quiero —abrí mis ojos como platos y retiré la mano muy sutilmente.
—Vale... —carraspeé—. ¿Me quieres?
—Sí. Digo, sé que eres una persona algo fría y poco sentimental; pero podemos... formalizar.
¿Formalizar? por dios, no, ni en mil años.
Todo el mundo hacía como que me conocía, todo el mundo siempre quería saber más de la información que yo brindaba; que mal que estaban.
—No digo que no seas un buen chico pero yo no te quiero, Jackson. Sí, fuiste en su momento un buen acompañante sexual —bueno, uno no tan bueno pero se dejaba pasar—. Pero eso no quiere decir que ya por eso nos vayamos a casar.
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Cuidado Con Sus Labios. (Jenlisa)
RomanceSer hija de uno de los narcotraficante más grandes de todo New York tiene sus ventajas pero también sus desventajas. Por lo mismo tanto Jennie Kim una noche, decide ir a una fiesta, pero termina sola y en medio de una solitaria avenida que muy pocas...