Capítulo 41.

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NARRADOR OMNISCIENTE.

—Exijo saber a donde me llevarás, y ¿por qué no fuimos en tu motocicleta? —se cruzó de brazos la morena. Esta se encontraba intrigada, después que compartieron el pastel con los amigos de la pelinegra, esta misma le había pedido de por favor que se pusiera la ropa que le había traído Jisoo.

Jennie no entendía nada, estaba ansiosa, preocupada y nerviosa. Lo ansiosa porque moría por saber que le tenía Lisa, lo nerviosa porque era una chica que aunque amaba las sorpresas, no podía aguantar cuando alguien le decía que era algo para ver después y que no le podían decir y lo preocupada, era por las palabras de Jisoo.

Aquella la tomó del brazo y se la llevó a un apartado donde ni Lisa ni los demás pudieran escuchar; y obvio le dijo que Min-ho estaba preguntando por ella, y que la estaba buscando pero que después de un rato, decidió decirle a todos que no lo hicieran más. Contando a Jisoo, que le dijo que no tenía ni la más mínima idea, lo cual era una total mentira.

Pero que Min-ho ya no estaba buscándola porque al tal parecer sí sabía donde estaba Jennie; y por esa misma razón Jennie ya no podía ni sonreír sin tener un gran peso de culpa, porque si le pasaba algo a Lisa, toda su vida estaría lamentándose. Odió por un momento el haberla buscado, pero los momentos que estaba pasando junto a la mayor eran inolvidables, y no quería dejarlos ir.

—Porque no, Kim, ¿se te olvido que no te gustaba? —la miró de reojo, ya que no podía despegar la vista de la carretera.

—Sí, pero ya no —se estiró sólo un poco por el cinturon de seguridad. Dejó un beso en la mejilla de Lisa—. Eres perfecta.

—Lo sé —se encogió de hombros Lisa.

Jennie la empujó, —Oye, se supone que tienes que decir que aquí la perfecta soy yo.

—Eso sería mentir, y no, Kim, yo no miento.

—Ay, ajá —rodó los ojos—. Oye, ¿no me dirás?

—Dejaría de ser sorpresa —dobló una curva—. Deja de ser tan curiosa.

—Dime, por favor —hizo un puchero.

Lisa solo sonrió y siguió conduciendo.

Jennie no lo decía en voz alta, pero tenía miedo, mucho miedo. Su padre siempre mataba todo aquello que un día le brindó felcidad; y no quería que pasara lo mismo con Lisa, ya lo que sentía por ella no se parecía en nada a lo que algún día sintió por Kai, ya no había rastros de caprichos. Quería un futuro con Lisa.

Sí, uno muy largo, quizá no tanto porque no sabía hasta donde llegarían pero disfrutaría el tiempo a su lado. E impidiría que le hicieran daño, así como Lisa lo impidió varias veces, ya no quería que se fuera de su lado, lo que comenzó con "Odio" se terminó convirtiendo en amor, y uno muy fuerte.

—Llegamos —Lisa bajó del coche y fue corriendo a abrirle la puerta a Jennie—. Bajé usted, mi señorita.

Jennie la miró con los ojos entrecerrados, y se encontró más raro que solo estaban en un parque, nada más, uno en el que habían muchas bicicletas, niños corriendo. Era un muy lindo parque, decorado con hermosas flores las cuales colgaban de los arboles. Jennie sonrió con ternura. Lisa la tomó de la mano y besó su dorso con amor.

—Vamos a montar bicicletas —señaló al hombre que las alquilaba.

Jennie abrió los ojos, —No.

—¿No?

—No, no sé hacerlo.

—¿No sabes montar bicicleta? me estás tomando el pelo —Jennie negó—. ¿Por qué?

Cuidado Con Sus Labios. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora