Capítulo 30.

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—¿Qué le pasó? ¿Por qué está así? —preguntó Rosé, depositándola en el mueble.

El hombro de Lisa estaba sangrando y tanto como Rigoberto y Rosé, la tuvieron que calgar hasta el mueble. Min-ho llegó al instante cuando le avisaron que Lisa había llegado herida. Jisoo estaba ahí y miraba la situación con espantando, no es que fuera algo nuevo para ella ver eso, sino que no soporataba ver sangre y cada que lo hacía, se mareaba o se desmayaba.

—Jisoo, retírate —le pidió Rosé, sabiendo aquello.

—Hagan algo —los presionó Jennie—. Llamen a un médico.

—¿Qué le pasó, Jennie? —preguntó Min-ho, arrodillándose para estar cerca de Lisa y así poder revisarla.

—Fue todo muy rápido, estábamos... —se desconectó. ¿Qué le diría? probablemente decirle que había estado en el antiguo departamento de Lisa, y que había dormido ahí luego de haber follado con ella, no era una muy buena idea—. Nosotras... —Rosé la miró, sabiendo perfectamente que aquellas dos habían dormido juntas, ya que Jisoo regresó sin Jennie y sin Lisa—. La cuestión es que... un tipo estaba cerca, y me disparó a mí pero Lisa se interpuso.

—La bala... —susurró Min-ho.

—¿Qué ocurre con la bala? —inquirió Jisoo.

—La bala estaba infectada, por no decir que tenía un componente químico raro, el cual desconozco por completo. Rigoberto, llama al doctor, de emergencia —Min-ho, tocó el pulso de Lisa—. Está bien, pero su brazo no tanto —Rigoberto no se había movido de su puesto, y Jennie al notar eso, se dirigió a él.

—¡Muévete! —le gritó.

—Tengo que llevarla a su habitación; Rosé, por favor, ayúdame.

—Sí, señor.

Rigoberto salió en busca del medico mientras Rosé y Min-ho movían a Lisa hasta su habitación. La dejaron en la cama y la pusieron cómoda. Lisa no reaccionaba, simplemente se mantenía con los ojos cerrado, cosa que preocupó a Jennie, la cual se colocó de rodillas a un costado de la cama, y tomó la mano de Lisa. Despierta. Le susurraba para sus adentros aunque Lisa no la podía escuchar.

—¿Dónde carajos estaban? Jisoo llegó, pero tú y Lisa no, y quiero la verdad Jennie —Min-ho se colocó las manos en las caderas, mirando a la morena con severidad.

Jennie se puso de pie, —Estaba borracha, ¿Sí? y para que no me vieras así le pedí a Lisa que no me trajera a casa, eso es todo —le espetó.

No le gustaba dar explicaciones aun se tratase de su padre. Y a veces se le daba muy mal mentir y Min-ho, tenía un don para descubrir las mentiras. Como en este momento, sabía cuando su hija estaba mintiendo, estaba muy a la defensiva y sin duda, su preocupación por Lisa no era normal. Ni por Kai había reaccionado así.

Pero aunque no estaba llorando, sus ojos estaban cristalizados, su preocupación por una simple guardaespaldas estaba yendo muy lejos, y eso no pasó desapercibido ante los ojos de Min-ho. Como tampoco pasó por alto el que Rosé y Jisoo se estaban comunicando con las miradas, el como se sonreían a veces y hasta el hecho de que... ni Jennie ni Jisoo eran las mismas de antes.

—¿Estás segura de que me estás hablando con la verdad? porque sabes que detesto las mentiras, Jennie —soltó en un tono de voz arisco.

—Que no se te olvide que tú también me mentiste, y hasta el día de hoy no se toda la verdad. Eso fue lo que pasó, ahí está Jisoo —esta abrió los ojos como platos al ver como Jennie la metía en el saco—. No hicimos nada, Papá, y si fuera así... ¿no crees que estoy muy mayorcita como para estar con quien yo quiera? y ni se te ocurra amenazar a Lisa, esta... Lisa ni siquiera me mira de esa forma.

Cuidado Con Sus Labios. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora