Capítulo 37.

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JENNIE.

—¿Qué harás el día de tu cumpleaños, Jen? —preguntó Mina.

Me encogí de hombros, —Dormir siempre es una muy buena opción.

Tanto Nayeon como Mina y Jisoo me miraron incrédulas.

—No, no puedes hacer eso, es tu cumpleaños número veinte, por Dios, Jen —soltó una Nayeon incrédula—. Tú en otros momento hubieras tirado la casa por la ventana, aprovecha el momento, chica.

Con estos ánimos no quería ni pensar que mañana cumplía veinte años. Era de celebrarlos, me gustaba hacerlo, me sentía bien haciendo una fiesta y presumiendo todo lo que tenía, pero este año simplemente quería quedarme en casa, disfrutando de mi soledad, una buena pelicula o quizá, simplemente de mi presencia.

—No puedes deprimirte para toda tu vida solo porque no has vuelto a ver a Lisa, Jenjen —Jisoo me tomó de los hombros—. Existen más personas en el mundo.

—¿Eso te dices tú para no sufrir por Rosé? —esta se quedó callada—. Eso supuse.

—Pero vamos a ver, tienes que disfrutar, ¿hace cuanto no tienes un buen polvo?

Me remojé los labios, —Desde que Lisa y yo follamos.

Las dos abrieron los ojos como platos, no les había dicho aquello, y justo ahora se enteraban por eso eran todo un poema. Sus quijadas quedaron en el suelo y era de esperarse, creo que jamás se imaginaron que esa noche yo podría follarme a Lisa; o ella podría follarme a mí, pero ya ven, los sueños sí se cumplen.

—No te creo —masculló Mina.

—Sí, yo tampoco lo creía —dijo Jisoo con algo de ironía—. Por Dios, es más que obvio chicas.

—Pero vamos... si creímos que la odiabas —supuso Nayeon.

—Sí, la odiaba, pero se dio y desde esa noche no he vuelto a tener nada con nadie —miré mis dedos, nerviosa—. Por eso, no quiero salir de mi casa, no me apetece tener más personas a mi lado.

—Debes tener tela de arañas ahí abajo —bromeó Mina.

—Nunca duraste más de un mes sin follar, te podemos considerar una ninfomana —le saqué el dedo medio a Nayeon—. ¿Y por qué no vas a dónde ella vive y le brindas una sorpresa?

—¿Crees que si supiera ya no hubiera ido? —dijo Jisoo para luego rodar los ojos—. No te lo tienes ni que dudar.

—¿Y cómo es? —Mina subió y bajó sus cejas a modo de perversión—. Y no digas que es algo privado, y que esto y lo otro. Cuente todo.

—Es que sí es algo privado —dije con simpleza.

—Ay, por favor, lo de santa palomita no te queda, Jendeukie —reprochó—. Antes nos decías como era y todo.

—Eso era porque antes no tenía ni idea de los chismosas que eran ustedes. Ahora ya esto es más privado.

—Tienes miedo de que nos guste lo que dices y vayamos a por la JOYITA que te trae loca —miré mal a Mina—. Pero hey, todo paz y amor, no nos gusta.

—A mí sí —fulminé a Nayeon con la mirada—. Oh, vamos, está guapa, pero sabemos que es tuya, Jen, tú tranquila.

—Estuvo bien, ¿contentas? ya no pregunten —acoté.

—¿Bien? —Mina enarcó una ceja—. O sea que es mala, ya sabía yo que tan buena no podía ser.

—No, Mina —intervino Jisoo—. No es mala, no tiene nada de mala. Mi prima aquí me dejó muy en claro que la chica si le atina al BSDM.

Cuidado Con Sus Labios. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora