Capítulo Treinta y uno.

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Italia.

Becca.
—Bec, ¿Quieres darte prisa? —Volvió a quejarse Kora desde la puerta.

—Que ya voy, joder con las prisas...—Resoplé y agarré la enorme bolsa que escondía mi vestido de dama de honor. 

—Jess nos mata...—Comentó con agobio mientras caminábamos por el largo pasillo del hotel.

—Pero si has sido tú la que se ha quedado dormida. —Dije apunto de reírme.

—Shhh, calla. —Me mandó con un gesto vago.

—Oye...—Miré mis zapatillas con el logo del hotel. — ¿Te acuerdas de lo que pasó ayer? —Dirigí mi mirada a su espalda, ya que estaba unos metros adelantada a mí.

—Eh...Pues la verdad es que poco. Solo recuerdo a un policía en tanga...—Se giró a verme. — ¿Por?

—No, por nada. —Le quité importancia. —A ver cómo va la novia. —Cambié de tema al llegar y golpear la puerta de la habitación de Jess.

—No habré hecho nada extraño, ¿No? —Me preguntó mientras esperábamos a que la puerta se abriera.

— ¿Tú? ¿Borracha? —Me reí sarcástica. —Para nada. —Intenté ocultar mi enfado.

—Venga, dímelo. ¿Qué hice o dije? —Se giró a mí. A pesar de habérmelo pensado unos segundos, la puerta se abrió y terminé por no decir nada.

······

— ¿Cómo va? —Me pilló Dante por el pasillo. —He ido a verla esta mañana, pero no ha querido verme...—Miró hacia abajo.

—Es...Solo está nerviosa, eso es todo. —Le quité importancia a pesar de que en mi cabeza seguía rodando la idea de que mi noticia le estaba provocando esos nervios. —Sé que está deseando casarse contigo, Dante...—Le sonreí como pude.

—Eso espero...—Suspiró, tranquilizándose. —Oye, y que siento mucho lo de Logan y tú. —Me miró con un mohín triste.

—Grac...—Rebobiné sus palabras. —Perdona, ¿Qué has dicho? —Esperé haber escuchado mal.

—Si, Logan vino a verme anoche...Estaba fatal. —Se rascó la ceja. —Si hasta sacó sus sentimientos a la luz. —Intentó bromear, pero esas palabras solo hicieron que mi corazón se retorciera del dolor.

—Dante...—Susurré. —¿Desde...Desde cuándo...?

—Conozco a mi hermano, Becca. —Me miró a los ojos, sincero. —Y te puedo asegurar que nunca le había visto mirar así a alguien. —Habló y mordí el interior de mi labio. —Pero también sé que solo quieres el bien para él y que por eso le dejaste anoche. —Añadió y mis lagrimas amenazaban con salir a flote.

—Ojalá todo fuera de otro modo...—Dirigí mis ojos llenos de lágrimas hacia él.

—Ojalá. —Asintió con una sonrisa triste. Tras unos segundos de silencio, volvió a hablar. —Bueno, te dejo, que tenéis que estar liadísimas y yo necesito cambiarme ya de ropa...—Bromeó señalando su albornoz del hotel, aunque su pelo y cara estaban perfectamente acicalados.

—Dante...—Le llamé a los pocos pasos. Se giró a verme con una sonrisa tranquila. —Cuídale, ¿Vale? —Dije con un hilo de voz.

—Descuida. —Asintió con un mohín.

Él siguió su camino hacia el final del pasillo y yo seguía ahí en medio, sin saber qué hacer.

—Bec, tu turno. —Kora salió por la puerta de la habitación de Jess. La miré; Iba con un maquillaje de tonos dorados y tierras que hacían destacar sus enormes pestañas y esos ojos azules que compartíamos. —Y a ver si puedes distraer un poco a Jess, que está de los nervios. —Se peinó el flequillo con la mano y se abanicó con la mano. Yo seguía inmóvil. —Por cierto, ¿Sabes dónde está mi vestido? —Me miró confusa. — ¿Bec? ¿Estás viva? —Se acercó a mí.

— ¿Eh? —Volví al mundo real y la miré. —Si, sí, estoy bien. —Parpadeé varias veces para espabilarme. —¿Qué le pasa a Jess? —Cambié de tema.

—Pues, que como se casa hoy, pues esta un pelín nerviosa. —Ironizó. —Pero muy poco ¿Eh?

—Idiota. —Rodé los ojos ante su sarcasmo. — ¿Y tú adónde vas?

— ¿Yo? A cualquier sitio apartado de cremas y polvos de colores. —Fingió un escalofrío y se fue por el pasillo con tranquilidad.

Me mentalicé para entrar, Jess y yo no habíamos hablado desde que se enteró que entre Logan y yo pasaba algo. Respiré profundo y abrí la puerta de la habitación.

— ¡Bec! —Ada vino correteando hacia mí al instante, dejando a su madre con el zapato que le intentaba colocar, colgando de la mano.

—Hola, pequeñaja. —La agarré en brazos, pero mi mirada no se apartaba de Jess.

—Eh...Solo faltas tú por maquillar. —Se levantó del suelo. Llevaba el albornoz, pero su pelo estaba recogido en un moño desenfadado y su maquillaje brillante marcaba cada facción de su preciosa cara.

—Estás...Estás increíble, Jess. —Los ojos me brillaban.

—Gracias, cielo. —Me sonrío y acarició mi barbilla antes de salir por la puerta. —Voy a ver cómo va todo por ahí abajo...—Cerró tras ella.

······

— ¿Crees que me odia? —Le pregunté a mamá al cabo de un rato.

— ¿Odiarte? —Se rio sarcástica. —Bec, no te va a odiar por enamorarte. —Me habló desde la cama de la habitación, donde daba de comer a Vera.

—No lo digo por eso...—La miré a través del enorme espejo frente a la cristalera. —Lo digo por de quien me he enamorado. —Volví mi mirada hacia Theo, que descansaba en mis brazos.

—Becca, cielo, es tu hermana de la que estamos hablando. —Se levantó para mirarme bien. —Es una de tus mejores amigas, no te va a odiar. —Acarició mi pelo.

Y sin quererlo ni pretenderlo, se me vino a la mente Fio y Marco. Fio era una de mis dos mejores amigas de aquí, y además desde pequeñas. Pero si yo no estaba enfadada con Fio... ¿Por qué lo iba a estar mi propia hermana por enamorarme de Logan?

En ese momento llamaron a la puerta.

—Hola...—Oí la voz de mi hermano pequeño. —Está Bec aquí ¿No? —Se asomó por la puerta, buscándome.

—Estoy aquí, enano. —Levanté mi brazo libre para que me viera.

—Eh... —Miró sus espaldas. —¿Puedes salir un momento? —Sonrió igual de inocente que cuando hacia alguna trastada y quería que le salvara el culo.

— ¿Es muy importante? —Le miré dudosa.

— ¡Auch! —Puso una mueca debido a un golpe que recibió por detrás. — ¡Si! Muy importante. —Asintió con rapidez.

—Anda, sal...—Suspiró mamá, agarrando a Theo en sus brazos.

— ¿Qué pasa? —Fruncí el ceño mientras salía por la puerta. Entonces vi a mis otros dos hermanos. —Vale, ¿Qué habéis hecho? —Me crucé de brazos.

— ¡A sido él! —Cody inculpó a Andrew con el dedo.

—Chivato. —Le miró él con los ojos entrecerrados. Cody le hizo burla.

— ¿Me puedes decir que han hecho? —Le pregunté directamente a Kora, que estaba a unos metros de ellos.

—No, no, yo paso de decírtelo. Que luego te enfadas conmigo y no. —Se negó.

—Joder...—Volví hacia mis hermanos, los cuales, seguían peleándose. — ¡Eh! Estaros quietos. —Les mandé a callar. — ¿Alguien me piensa contar el por qué estáis así?

—Que te lo cuente el culpable...—Cody siguió metiendo cizaña.

—Andrew, habla, venga. —Le pedí con desesperación.

—Joder...—Suspiró y miró hacia otro lado. —Puede...Que...—Alargó el momento.

—Ha perdido los anillos. —Finalizó Kora.

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¡Hola, gentecilla guapa! ¿Que tal el inicio de semana? espero que bien, yo emocionada por los nuevos proyectos y por cómo van quedando.

Nos vemos el jueves con estos locos <3

Lejos de casa, cerca de ti. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora