Italia.
Becca.
—Kora...—La llamé medio dormida. —Kora, quita eso. —Le pedí cabreada.—Yo no he puesto nada, tonta. —Suspiró girando en su cama.
—Lo pienso matar. —Me levanté cabreada.
— ¡Por favor! —Kora me animó levantando uno de sus brazos, enseguida volvió a acurrucarse a la almohada.
— ¿Alguien puede apagar eso? —Me asomé por la puerta de nuestro cuarto, aún con los ojos cerrados.
— ¡No! —Oí a Andrew desde su cuarto.
—Está deprimido por lo de Amber...—Me explicó mamá que pasaba por allí.
— ¿Ya lo ha hecho? —Le miré preocupada por él.
—Sí, ha venido hace un rato...—Hizo un mohín antes de bajar por las escaleras. Yo avancé hasta su cuarto.
— ¿Andrew? —Me asomé por su puerta.
—Gracias a Dios que estás despierta, tienes que apagar eso. —Habló Cody desde su cama.
—Andrew...—Me acerqué a aquella bola de mantas y pañuelos que se hacía llamar mi hermano.
—No quiero hablar con nadie. —Sentenció lloriqueando.
— ¿Estás seguro de que no quieres hablarme de lo que ha pasado? —Me senté en el borde de su cama y le hice un gesto a Cody para que nos dejara solos, él rodó los ojos y se marchó. —Andrew...—Le toqué el brazo.
—Es que no lo entiendo, Bec. —Se levantó de golpe. Tenia los ojos rojos y el pelo hacia atrás con una de las bandanas que utilizaba Kora para maquillarse de unicornio.
—No pasa nada, Andrew...—Me acerqué más al verle tan mal. — ¿Por qué no me cuentas que ha pasado...? —Le sequé las lagrimas con uno de los pañuelos a su alrededor.
—Pues que me ha dejado, eso es lo que ha pasado. —Sus ojos se llenaron de lagrimas de nuevo.
—Lo siento mucho, Andrew...—Le dije sincera.
—No, no lo sientes. —Frunció el ceño.
— ¿Por qué dices eso? Sabes que a pesar de que no me gustara, me duele verte así...
—Pensaba que estábamos bien...De verdad. —Bajó la mirada a sus manos.
—Puede que ella no lo sintiera así...—Me encogí de hombros.
— ¡Amo a One Direction, pero como no quitéis eso ya, os pienso matar! —Gritó Kora desde el cuarto.
—Voy a apagar esto ¿Vale? —Le avisé mientras apagaba su altavoz.
—Tienen canciones tan buenas...—Comentó dolido.
—Lo sé...Pero también sé que no puedes quedarte aquí escuchándolos, rodeado de tus propios mocos y con esa cosa en el pelo. —Ladeé la cabeza.
— ¿Puedo estar un rato más? —Me pidió permiso.
—Supongo que puedes permitirte estar mal hoy...Pero mañana tienes que estar a tope ¿Eh? Que es Halloween. —Le di en el brazo, divertida.
—Vale...—Suspiró y volvió a agarrar el altavoz.
—Eh, eso mejor me lo quedo yo...—Se lo robé de las manos con una sonrisa inocente. —Hay gente que aún quiere dormir...—Comenté saliendo de la habitación.
••••••
—No, no, ahora enserio, ¿Cómo va a ser el señor Heckles tu favorito de todos? —Le miré extrañada y divertida a la vez.
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Lejos de casa, cerca de ti. ©
Novela Juvenil¿Qué harías si tu hermana mayor decide casarse en tu ciudad natal y comunicártelo tan solo un mes antes? Eso es básicamente lo que le pasa a nuestra protagonista, Becca, cuando se ve forzada a viajar hasta el otro lado de Europa para ayudar en los...