Capitulo Once.

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Italia.

Becca.
Me removí bajo las sabanas y choqué contra un bulto.

—Becca, para de llevarte toda la manta... —Habló Kora entre sueños.

—Pero si no he hecho nada. —Me quejé. —Y quítame el pie de la cara. —Alejé su pie con la mano lo más lejos que pude.

Kora ya no volvió a responder y por sus ronquidos, supe que se había vuelto a dormir. Suspiré, irritada, al corroborar que ya no podía volver a dormirme.
Me levanté de la cama y dejé la habitación de invitados atrás. Llegué al salón descalza y rascándome un ojo con el dorso de la mano, la imagen era entre tierna y terrorífica; Tierna porque Jess, Dante y Ada cantaban y bailaban en la cocina mientras Jess cocinaba algo, y terrorífica porque lo estaban haciendo a las ocho de la mañana.

Conforme iba acercándome, ubiqué a otra persona sentado en la isla de la cocina. Logan.
Solo podía verle la espalda tonificada bajo su camiseta negra y su pelo rubio todo revuelto.

—Buenos días, supongo. —Me reí al ver como Dante daba vuelta con Ada en sus brazos alrededor de Jess.

—Buenos días, cielo. —Me saludó mi hermana con una sonrisilla en la cara.

Noté como Logan se giraba sobre su hombro para mirarme, pero aún así decidí no hacer contacto visual.

— ¿Hay café? —Pregunté tímidamente.

—Allí, guapa. —Me indicó Dante, sin parar de bailar con Ada.

Me puse una taza mientras ellos seguían en su burbuja.

—Voy afuera...—Anuncié dirigiéndome al patio trasero, aunque ellos ni se inmutaron.

Me calenté las manos con la taza mientras admiraba el paisaje de una Italia soleada.

— ¿No desayunas? —Escuché a Logan a mis espaldas.

—No tengo mucha hambre...—Le di un sobro al café cuando él se apoyó en la barandilla frente a nosotros.

—Oye, Becca...—Dijo con cautela. —Siento lo de ayer. —Me miró de reojo.

—No....No pasa nada, Logan. —Hice un mohín.

—No, sí que pasa. No estuvo bien que te intentara besar, estaba borracho...Y acababa de pelearme con mi padre...—Se explicó.

—Logan, enserio, que no pasa nada. Mejor lo olvidamos ¿Eh? —Sugerí.

— ¿Olvidarlo? —Me miró de refilón. —Oh...Claro, olvidarlo. —Asintió y miró hacia otro lado.

— ¿Esperabas una respuesta diferente o qué? —Le miré de refilón, asustada por su respuesta.

— ¿Eh? No, no. Estoy totalmente de acuerdo con tu decisión. —Me sonrió y se incorporó. —Mejor voy adentro.

—Logan...—Le llamé, pero no se giró y entro en la casa. Fui detrás.

Cuando entré en la cocina Kora estaba sentada en la isla con una cara de sueño increíble y con todo el flequillo desperdigado por la frente.

—Buenos días, princesita. —Me burlé.

— ¿Queda zumo? —Preguntó en mitad de un bostezo.

—Levántate y míralo, vaga. —Rodé los ojos, siguiendo mi camino.

—Es que está muy lejos... —Dijo con pesadez.

— ¿Sabéis donde está Logan? —Les pregunté a Dante y Jess, que desayunaban en el sofá junto a Ada.

Lejos de casa, cerca de ti. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora