Lejos de casa, cerca de ti. ©

Capítulo Veintitrés

Italia.

Becca.
—Reunión en el salón en cinco minutos. —Comenté antes de volver a cerrar la puerta.

— ¿Y Kora? —Mamá volvió a hacer recuento.

—Se está cambiando, ahora baja. —Fui hacia la puerta principal cuando tocaron.

—Hola, hola. —Saludó Jess, sacudiendo a Ada en sus brazos.

—Hola, guapas. —Les saludé con una sonrisa mientras pasaban al interior.

—He traído refuerzos. —Habló antes de que pudiera cerrar.

— ¡Oh, Logan! —Grité nerviosa.

—Hola...—Se me acercó con una sonrisa tonta. Me puse aún más nerviosa y terminé evitando su beso y dándole un abrazo. — ¿Qué coño...? —Me miró extrañado al separarnos.

—Bienvenido, pasa. —Seguí a mi rollo.

—Ya est...—Kora se cortó a sí misma al ver a Logan junto a mí. — ¿Qué hace...? —Le cambió totalmente la expresión.

—Mamá, estamos ya todos, ¿Por qué no dices ya el porqué de esta reunión? —Me adelanté.

—Bien, papá y yo hemos estado hablando y....Hemos pensado que seria bueno para vosotros y como un agradecimiento a los abuelos por dejar que nos quedemos aquí, que...Hiciéramos algunas tareas pendientes que ellos solos no pueden hacer. —Propuso con una sonrisa.

— ¿Tareas? Suficientes tengo con el colegio, como para hacer más. —Se quejó Cody.

—Cielo, recuerda que esto lo hacemos por los abuelos...—Papá le sonrió.

—Y yo los quiero mucho, pero ¿Por qué tenemos que trabajar en nuestras vacaciones? —Kora se encogió de hombros, aburrida.

—Chicos, esto no era una opción, lo tendréis que hacer igualmente. Con quejas o sin quejas. —Mamá se encogió de hombros, divertida.

—Joder, mamá. —Kora suspiró.

—Otra palabrota y friegas toda la casa tú solita. —La amenazó mientras papá nos repartía unos pines. —Iremos por parejas.

Al oír esa palabra mi estomago y desayuno se revolvieron en mis entrañas.

—En el pin tenéis un dibujito que indica que tarea tenéis que hacer, iremos rotando de pareja en cada tarea que hagáis. —Explicó papá. —El que más número de pines tenga, elegirá la cena esta noche.

—Os estáis divirtiendo con esto ¿Verdad? —Les miré asustada.

—Puede que un poco. —Mamá se río. —Los grupos iniciales los podéis elegir vosotros si queréis, los demás serán al azar.

—Bueno, yo me voy, que he quedado...—Andrew se levantó del sofá.

—No, no, tú no vas a ningún sitio, señorito. —Sentenció mamá.

—Pero. —Le miró cansado. —He quedado con una chica, mamá, tengo que ir. —Suplicó.

—Bueno, pues dile que venga a ayudar, que seguro que no le importa. —Se encogió de hombros.

—Si, seguro que no le importa romperse una de sus uñas perfectamente limadas y pintadas. —Se burló Kora.

—Le pedirá a su sirvienta que contrate a otro para dentro de hora y media. —Agregué por lo bajo.

—A una de las cincuenta que tiene. —Cody se río. Andrew vino hacía nosotros con cara de cabreado. Jess le devolvió a su lugar de un estirón en la camiseta.