Capítulo 15: "Buen humor"

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Esa tarde simplemente volví a casa, sintiendo mis mejillas entumecerse por mi sonrisa estúpida. Mis ganas de volver mis pasos atrás y nuevamente recostarme en el sofá con la morena me golpearon. Era tan extraño como confuso, patético.

Me sentía completamente patética por sentirme así. Me lo prohibía mentalmente.

Necesitas ir a Broadway. Nueva York. Tus sueños. Tu carrera. Por lo que has estado trabajando.

No. Está decidido, no voy a enamorarme de esta mujer. Es mi maestra de literatura, la única ancla que tengo en Ohio, y no puedo hacerlo. Me merezco mi brillante futuro, no retrocederé por un estúpido sentimiento.

Al llegar a casa me encontré con mis padres.

—¿Esta vez tu "amiga" no te trajo a casa? —preguntó mi padre.

—Estaba en casa de Amy, le dije a mamá —susurré.

—¿Sí?

—Si. Subiré a ducharme, en un segundo vuelvo.

—¡Date prisa, tus abuelos no tardan en llegar!

Refunfuñé y entré en la ducha. Intenté lavar todo lo que creía sentir en ese momento. Simplemente intenté borrar de mi mente el momento en el que sus ojos y los míos se encontraron, los roces, los besos, todo.

—Sal de mi mente —susurré para mí.

Al bajar a la cocina, me encontré con la —no— grata sorpresa de que mis abuelos ya estaban en casa. Intenté obtener toda la paciencia del mundo para no mandar a la mierda a mi abuela dentro de los primeros 10 segundos.

—¡Arizona! —mi abuelo me abrazó.

—Abuelo —chillé.

—Arizona —saludó secamente la mujer.

—Abuela —asentí apenas.

Que incómodo era todo con esta mujer. ¿No podía simplemente no venir? ¿Es mucho pedir? Yo creo que no.

—¿Cómo has ido con ese tonto sueño de Broadway?

—Ya te he dicho que no es tonto, será mi futuro —me crucé de brazos.

—Claro, eso no es un trabajo de verdad. Terminarás en la calle o peor, en las drogas —se burló.

—¿Saben qué? Recordé que he quedado en cenar con Jo y sus padres, no puedo defraudarla hoy. Nos vemos.

Tomé la chaqueta de Callie y salí, sin tener un lugar a donde ir, solo caminé por algunas cuadras. Esperé que un milagro se topase conmigo, pero esto no es un cuento de hadas, y eso jamás sucedió.

A la mañana siguiente, tuve que ir a clases, esperaba ver a la Srta. Torres, sé que hay cosas que charlar. Al entrar en el salón, me percaté de que estaba llegando notablemente tarde, como rar vez sucedía.

—Al fin llega Srta. Robbins —pronunció deliciosamente Calliope.

—Yo...Si... Lo siento, se me hizo tarde —tartamudee.

Rápidamente corrí a mi pupitre, visiblemente nerviosa. Bajé mi mirada a mi hoja, hasta que oí murmullos.

—Parece que a la morena le están dando bien.

—El profesor de geografía debe tenerla grande —se burlaron.

—¿Profesor de geografía? —fruncí el ceño.

—Dicen que salen desde la kermés —respondió Alex.

¿El día en el que me llevó a casa en moto? ¿O en el que me dejó contra las rejas mientras exploraba mi boca?
En cualquiera de los dos me hubiera molestado profundamente.

Entonces, un libro cayo frente a mí, en mi mesa. "Los siete maridos de Evelyn Hugo" pude leer, al levantar mi viste, me encontré con la encantadora sonrisa de la morena.

—Me ha encantado, espero tu próxima propuesta —guiñó su ojo y se fue.

Quedé sin aire. Por alguna extraña razón, lo abrí, encontrándome un beso de labial.
Eso me hizo sonreír como tonta.

Había besado mi libro y no me había molestado para nada. Era como si su huella hubiese quedado impregna en aquel papel, como si nos uniera.

Esperé a que la clase terminara y todos se fueran, solo para quedarme con ella. Eso es lo quería.

—¿Algún problema Robbins? —me sonrió.

—Solo quiera hablar con mi profesora sobre una tarea... —dije sarcásticamente.

—Oh... Bien, hablemos —rio apenas y se sentó a mi lado. —Aquí o en mi apartamento, donde te sea más práctico.

—Gracias por el regalo en el libro... —sonreí.

—Me gustó, sobre todo tus anotaciones.

—Oh carajo, lo había olvidado —maldije en un susurro.

—Vocabulario.

Reí.
Entonces, una pregunta llegó a mí, estaba obligada a preguntar. No quería ser la tercera en discordia.

—¿Estás con el maestra Bizzer? El de geografía.

Una carcajada llenó la había. Lindo.

—No, jamás. Es demasiado aburrido.

—¿Crees que podamos vernos hoy? Debo ensayar, pero luego estoy libre.

—Claro, espérame una cuadra más allá. De todas formas, creo que te auto exiges demasiado... Deberías descansar algún día —acomodó mi cabello detrás de mi oreja.

—No debes cuidarme, no es necesario.

Ella asintió y se alejó apenas.

"Puedo ver el final como comienza
I can see the end as it begins
Mi única condición es
My one condition is
Di que me recordarás de pie con un bonito vestido
Say you'll remember me standing in a nice dress
Mirando la puesta de sol, nena
Staring at the sunset, babe
Labios rojos y mejillas sonrosadas
Red lips and rosy cheeks
Di que me volverás a ver
Say you'll see me again
Incluso si es solo en tus sueños más salvajes
Even if it's just in your wildest dreams"

—Solo quiero que estés bien, pero me parece lo mejor —intentó sonreír. —Paso por ti en unas horas.

—Hasta entonces.

Calliope tomó su bolso y salió de la habitación sin decir ni una palabra más. A veces sentía que hay algo más detrás de ese semblante. Prefería tener lejos la idea de que nuestra relación podría ir más allá y solo dejarme llevar por el calentón.

Metáfora de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora