Capítulo 16: "Nunca te vayas"

569 64 16
                                    

Solo una vez más. Una vez más y pararé.
¿Es realmente encantador sentir tu garganta arder, tus piernas doler y tu abdomen convertirse en acero? ¿Es para lo que me preparo?

Solo puedo pensar en mi futuro y en lo mucho que lo deseo.

Desde niña, empecé con clases de ballet, luego jazz y por último canto y actuación. Nací para ser una estrella, o al menos eso dice mi madre siempre. Me gusta esa parte artística, me recuerda que hay más en mi de lo que cualquier persona podría ver.

Entonces, mientras mis pensamientos querían expresarse en mi mente, caí.

—Mierda —susurré.

—¡Arizona! —Callie dejó la bandeja de comida sobre el escenario y corrió hacia mí. —¿Estás bien? Fue un golpeo bastante feo.

—No me toques —interrumpí cuando su mano intentó tomar la mía.

—No has almorzado, yo... —tartamudeó.

—¡Que te vayas, no quiero verte! —grité.

Estaba completamente enfadada, me asfixiaba todo el tiempo. Entre más le pedía que se aleje, más intentaba entrar en mi vida. Como si no entendiera el término de la palabra "no".

No la quería cerca. No quería que se preocupara por mí. No quería que me hiciese sentir cosas que no debía sentir. No quería sentir su tacto tan íntimamente.

Acostarse con una persona por el simple deseo, es algo muy diferente a hacer el amor con una persona por las sensaciones que te produce. El tacto, los besos, las sensaciones que se producen en cuanto el roce existe... Todo es diferente, no quiero que lo nuestro sea diferente.

Me aterra. Mi futuro puede estar en riesgo por esta mujer.

Por una mujer mayor, ilegal y completamente hermosa.

—Bien, has lo que se te de la puta gana —la primera vez que maldecía. Joder. —Estoy cansada de tus malos tratos.

Ella bajó del escenario y comenzó a caminar hacia la salida. Podía oírla maldecir por lo bajo.

—Callie... Lo siento, ya. Solo fue... —comencé a tartamudear.

—Si quisiera que me trataran mal, me hubiera quedado con mi ex novio, Arizona.

—Calliope, espera... —caminé tres pasos hacia adelante.

—Estás tan jodidamente asustada, que terminas haciéndote daño, ¿no lo ves? Intentas alejarme cuando lo único que he hecho por ti, es intentar cuidarte —gritó.

—No necesito que me cuides.

—No te cortaras las muñecas, ni pasarás largos períodos sin comer, pero esto —señaló mis rodillas. —Es una autolesión, te gusta sentir el dolor en tu cuerpo, porque eso debe significar que estás trabajando tan duro, que tu cuerpo te lo demuestra. Significa que luego de tanto dolor, podrás ir a Broadway —caminó hacia el escenario. —Eso no te hará especial, nadie te verá más en Nueva York por estar entrenando tantas horas, te verán por tú talento.

Eso era todo, había descifrado cada parte de mí. Ambas sabíamos que esa era una realidad, y que yo lo sabía.

—Lo sé Calliope —confesé.

—Entonces, ¿por qué te haces esto? —preguntó con los brazos cruzados. —¿Qué te tiene tan mal que debes ocupar tu cabeza en otra cosa? —susurró. —Solo... piénsalo, y deja de tratar mal a las personas que realmente se preocupan por ti.

Di un paso hacia adelante, esperando que se quedase, esperando un abrazo, lo necesitaba. Pero esto no sucedió, nada de eso pasó. Ella se dio la vuelta y salió, dejándome confundida.

Me dejé caer sobre el escenario, algunas lágrimas se deslizaron por mis mejillas mientras observaba mis dedos jugar. Ella siempre tenía las palabras justas para hacerme llorar, siempre tenía la razón.

"Incluso en mis peores momentos, pudiste ver lo mejor de mí
Even in my worst times, you could see the best of me
Flashback a mis errores
Flashback to my mistakes
Mis rebotes, mis terremotos
My rebounds, my earthquakes
Incluso en mi peor luz, viste la verdad en mi
Even in my worst lies, you saw the truth in me
Y me desperté justo a tiempo
And I woke up just in time
Ahora me despierto a tu lado
Now I wake up by your side
Mi único, mi salvavidas
My one and only, my lifeline"

Y ahí estaba otra vez, casi como la primera, aunque ya no se sentía así. Había ido a casa por ropa, ni siquiera di explicaciones de a donde iba. Tomé la chaqueta de Calliope y caminé hasta su departamento, aún no aprendía a conducir y mi padre estaba demasiado ocupado como para enseñarme.

Al llegar, toqué, nerviosa por lo que estaba sucediendo. La silueta de la morena apareció por la puerta, dejándome anonadada, se veía preciosa en pijama.

Mojé mis labios con mi lengua y di un paso hacia adelante.

—Realmente lo siento. En cuanto pueda te explicaré todo, solo no te enfades conmigo... —susurré. —Te necesito.

Me acerqué un poco más, colocando mis manos en sus mejillas, sellando nuestros labios, algo que ambas esperábamos ya que Calliope me acercó aún más. Sus manos se posaron en mi cintura y entramos, intentando cerrar la puerta como podíamos.

Todos mis sentidos estaban perdidos, sus labios se habían apoderado de mí.

Por mi mente pasaban muchas cosas, una de ellas era pensar que, tal vez, no estaría tan mal un pequeño enamoramiento.

Quizás el miedo que siento, es porque justamente, no sería difícil enamorarse de alguien como ella. Solo necesito conocerla un poco más, quiero saber qué le gusta, a qué le teme, tengo preguntas...

¿Y mi futuro? ¿Y Nueva York? ¿Podré irme aunque mi corazón se quede con ella?

Pensaba demasiado en el futuro y no tanto en el ahora, uno de mis tantos defectos.

—Callie —hablé contra sus labios. —Debo confesarte algo, prométeme que no le dirás a nadie.

—Sabes que jamás lo haría —acarició mi mejilla y se sintió bien, por alguna razón.

Metáfora de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora