Revenge | Kazufuyu.

12

— ¡¿Pero qué está pasando aquí?! – escuché a lo lejos.

¿Era Mikey...?

— ¡Kazutora!

Me volteó dejando mi cuerpo boca arriba, quedando mi mirada fija en la persona que me llamaba. Una chica hermosa de pelo rubio —la cuál no veía puesto que mi vista estaba borrosa— apareció en mi campo de visión y sonreí pensando que era un ángel.

Sí de esto se trataba morir entonces llévame contigo Dios.

A continuación el chorro de agua golpeando mi cara me hizo despertarme inmediatamente.

— ¡¿Qué carajo?! – me levanté molesto y mojado.

— Ups – pronunció Takemichi sujetando la botella de agua que delataba su crimen.

Mikey carcajeaba como loco a su lado y lo asesiné con la mirada. Acto seguido se ahogó con su propia risa el imbécil y paró de reír, ¡Ja! a eso se le llama karma.

¡Cierto Chifuyu e Inui!

— ¿Estás buscando a tus amigos? – voltee y me dí cuenta que el ángel que ví minutos antes se trataba de nada más y nada menos que de Emma – Draken y Mitsuya llegaron a tiempo y los separaron

— Menos mal – suspiré aliviado – ¿pero cómo nos encontraron?

— Hina se volvió a ver la serie de detectives y aprendió a localizar con el celular

— ¿Eso significa que me doxearon? – respondí cómico y ella soltó una pequeña risa.

— Deja de hacerte el payaso y ve con tus amigos

Decidí hacerle caso y me dirigí a pasos lentos, ellos se habían sentado en una de las bancas del lugar pero lo que me sorprendió fue ver nada más a Draken, Mitsuya y Chifuyu.

— ¿E Inui? – pregunté y me miraron.

— Primero lo importante ¿no? – chasqueo la lengua mirando para otro lado.

¿Qué le sucede a Chifuyu? Últimamente está más hostil.

— Inui está conversando con Koko – habló Draken – quizás están arreglando su problema, eso ya no nos incumbe

— Uff no saben lo difícil que fue hacer esto – me senté junto a ellos.

— Es suficiente – espetó Chifuyu y se apresuró a irse.

— ¡Oye espera! – estuve por ir tras él más no pude por el agarre de Mitsuya en mi brazo – ¿qué haces?

— Necesita tiempo – explicó – por alguna razón se encontraba tenso cuando llegamos, no parecía ser el "Chifuyu" de siempre

— ¿Qué demonios? – aquellas palabras me generaban más dudas que respuestas.

Era verdad que Chifuyu no se asemejaba a como usualmente actuaba. Se alteró en el segundo que Inui habló de su amor por Koko.

¿Amor? ¿Le habrá pasado algo similar?

No por supuesto que no, Chifuyu ha demostrado que es fuerte y no se ve del tipo que se enamora de cualquiera.

Quería correr, detenerlo y preguntarle lo que realmente rondaba por su cabeza. Que confiara un poco más en mí y me contara lo que le atormentaba.

Al menos como su amigo, le ayudaría en lo que sea.

— A todo esto ¿y Baji? – inquirió Mitsuya.

— Su madre se enteró que reprobó un examen y lo metió a asesorías – contestó Draken.

— No puede ser – volvió a decir, esta vez con un tono para nada sorprendido.

— Mikey seguramente está enviándole ahora mismo todo lo que se perdió – le restó importancia Draken y yo asentí de acuerdo.

— Lo siento chicos pero también necesito saber que Chifuyu esté bien

Y sin dejarlos hablar, me encamine para donde Chifuyu se fue.

Sé que no debía entrometerme tanto, y mierda que lo arruinaría pero al menos no me arrepentiría después.

Corrí y corrí con todas mis fuerzas ¡y lo hallé!

— ¡Chifuyu! – alcé la voz y se detuvo en seco.

— ¿Kazutora? – miró hacia atrás y su rostro me dejó helado.

Sus ojos, sus hermosos ojos azules se mostraban sin ese brillo en particular que resaltaba su personalidad.

— ¿Estás bien?

— Eso debería decirte yo a ti.. Diablos ¿hiciste una maratón o por qué tan sudado y mojado? – sus pupilas se dilataron – sexy

— ¡O-Oye! No te burles de mi condición casi sentía que me asfixiaba – puse mis manos en mis caderas fingiendo indignación.

— Eres un tonto – rió.

¡Rió! ¡Y fue gracias a mí! Joder que lindo era cuando sonreía así.

— Chifuyu ¿qué fue lo que pasó hace unos momentos atrás?

— Sí lo que te preocupa es que tu princesita esté a salvó déjame decirte que no porque le rompí su bonita boquita – mascullo para posteriormente tener intenciones de irse cuando lo ví doblar el pie.

— Espera – lo sostuve de los hombros – por favor Chifuyu lo que sea que tengas, sabes que puedes hablar conmigo ya sabes, somos amigos

— Sólo hablamos porque tenemos sexo

Auch.

— Pero somos amigos con derechos ¿recuerdas? – le dí una de mis más sinceras sonrisas – no importa sí nos acostamos, no tengo problema con escucharte de vez en cuando que no sean gemidos o mi nombre salir de tu boca

Chifuyu se ruborizó y me dió un leve golpe en el pecho.

— Ya lo sé, gracias – susurró avergonzado – siento haberme enojado contigo

— No te preocupes, está todo bien entre nosotros

Chifuyu me miró dudoso, a lo que incliné mi cabeza manteniendo mi sonrisa.

— Arreglemos esto como se debe – me atrajo sosteniendo mi mano – ¿no crees?

Se puso de puntitas y me plantó un beso, cerré los ojos correspondiendo rápidamente y con mi mano libre lo agarré de las caderas.

Liberó un jadeo cuando sintió mi lengua adentrarse a su boca, no era de esos besos en los que nos devorabamos como animales, sino que esta vez, fue lento y suave dejándonos disfrutar el proceso tranquilamente.

— Regresemos a tu casa y termina de follarme – soltó a centímetros de mis labios.

— Probablemente te castigue ¿aún así quieres seguir?

— Eso me pone más

Pasó sus dedos sobre mi cabello, jugueteando con mis mechones amarillos.

Me dejé llevar por el tacto, amaba que me dieran mimos y Chifuyu se dió cuenta cuando cerré los ojitos exigiendo más.

— Adorable – murmuró algo pero no le entendí al estar tan entretenido con sus caricias.

— Chifuyuuu – hablé haciendo una voz más infantil.

Recosté mi cabeza en su cuello y lo abracé, en visto de que noté que se quedó inmóvil estuve a nada de separarme, para después sentir sus brazos rodearme también.

Consideré seriamente en realizar una máquina del tiempo sólo para repetir este momento una y otra vez.

Abrí los ojos, conectando mi mirada con la de Draken quién tenía los ojos muy abiertos por vernos en esa posición tan "cariñosamente".

Me sentí como en una de esas telenovelas, donde descubren al marido serle infiel a la esposa.

Bueno, ahí supe que todo valió verga.

¡Les dije que lo arruinaría!