Revenge | Kazufuyu.

01

POV KAZUTORA

— ¿Chicos? – pronuncié algo mareado, porque estaba ebrio.

Y sí, también estaba en una fiesta con un montón de gente desconocida. Lo único que recuerdo era haber hecho competencia con Baji sobre quién podía acabarse la cerveza más rápido.

Me separé porque tenía ganas de hacer pis y una vez que volví al lugar, nadie estaba ahí. Al parecer todos se esparcieron por el lugar para jugar, bailar o tener sexo por ahí.

— Idiotas – maldije agarrando un vaso con ponche.

Las luces que iluminaban el lugar, la multitud dejándose llevar por el ambiente y sobretodo las parejas que resaltaban entre las personas. Odiaba la felicidad ajena, digan lo que quieran, era un egoísta de mierda que detestaba ver parejas felices y correspondidas.

— Los odio, vayanse a la mierda todos – le di un sorbo a mi bebida.

— Que hater – bromeó un chico a mi derecha.

Bajé un poco la mirada, ya que la persona era más pequeño que yo y me topé con un chico de pelo rubio que por las luces, no pude distinguir bien su rostro.

— Es la verdad – respondí sin ninguna pizca de arrepentimiento.

— Este ambiente se volvió muy empalagoso ¿no crees? – comenzó a hacerme plática, y yo asentí de acuerdo – ¿quieres ir a otro lugar?

— ¿Qué? – lo miré nuevamente, por el sonido de la música no lograba escucharlo bien.

Él hizo un puchero y se acercó a mi oído.

— ¡Que si quieres ir a otro lugar! – alzó la voz.

— ¡Claro! ¿A dónde?

— ¡Vayamos afuera tengo un coche y cigarros! – sugirió.

Accedí, ya que al menos sería un lugar más tranquilo para beber. Abrí los ojos con sorpresa cuando el chico me agarró la mano, pero luego me di cuenta que era para indicarme el camino y no perderlo.

Con dificultad pero finalmente pasamos entre la gente hasta salir afuera, habían personas por doquier pero más dispersas que adentro de esa casa donde se sentía tan asfixiante.

— Lindo carro – hable observando el interior, cuando me subí en el asiento copiloto.

— ¿Verdad? Fue un regalo de cumpleaños por parte de mis padres y lo amo – dijo orgulloso.

— ¿Tu cumpleaños? ¿Cuándo fue?

— Es hoy

— Wow... Entonces feliz cumpleaños – felicité – deben quererte mucho para darte un último modelo aunque yo no lo hubiera traído acá

— Quería estrenarlo – se alzó de hombros restándole importancia.

Sacó una caja de cigarrillos, agarró un encendedor y prendió uno. Levantó la caja en mi dirección en señal de ofrecimiento, a lo que me negué educadamente.

— No sé fumar – confesé.

— ¡Oh vamos! ¿Cómo así?

— Prefiero los vapes aunque tampoco es que me gusten mucho – contesté.

— No le sabes – sonrío el desconocido – oye ¿y qué planeas hacer el resto de la noche? ¿viniste solo?

— Nop, vine con unos amigos pero me dejaron tirado – suspiré molesto – probablemente buscaron su propia diversión por su cuenta

— ¿Y tú?

— ¿Yo qué? – repetí, sin entender.

— ¿Qué harás para divertirte? – preguntó curioso.

— No lo sé normalmente me voy a besar alguna chica pero no tengo ganas de eso ahora – abrí una lata de cerveza que había agarrado minutos atrás de la cajuela del auto.

— ¿Y un chico? – le dió otra calada a su cigarro.

— Nunca lo he intentado pero sería interesante – eché un vistazo al chico que se encontraba frente mío, el cuál mantenía sus ojos fijos en mí.

Por un momento se me cruzó la imagen de un gato.

— ¿Y por qué no lo intentas? Conmigo, por ejemplo – soltó con atrevimiento, conectando su mirada con la mía.

— Podemos intentar – acerqué más mi rostro, seducido por la lujuria y alcohol.

No dijimos más y nos besamos, primero con timidez por parte de ambos para luego subir de intensidad. Tomé control sobre la boca de mi acompañante introduciendo mi lengua para enredarla con la suya, y éste, disfrutando del momento se dejó dominar.

Colocó sus brazos alrededor de mi cuello, atrayendome más a su cuerpo. Nos separaron por un momento, sin despegar la mirada uno del otro.

— Sabes a cigarro – susurré.

— Y tú a alcohol – volvió a besarme, queriendo más tacto de mi parte.

De alguna manera, sabe encenderme.

Estaba por realizar su próxima acción, cuando de pronto el sonido de una llamada nos hizo separarnos del susto. Encendí mi celular molesto, y terminé aún más enojado al ver su nombre en la pantalla.

>> ¡Kazutora! ¿Dónde estás?<< – era la voz de Baji.

— Eh, con un amigo – mentí. El chico a mi lado soltó una pequeña risa.

>> Ya bueno dile que tienes que irte, vamos al after en la casa de Emma <<

— Está bien ya voy, no me dejen – advertí y colgué – continuemos esto en otra ocasión

— Vale – se acomodó en el asiento, un poco desanimado – al menos déjame darte mi número

— Por supuesto – le cedí el teléfono, ví lo rápido que tecleaba el rubio y en tan solo unos segundos ya me había devuelto el celular.

— Nos vemos – me despedí y salí del auto.

De regreso con mis amigos, observé el número de contacto y paré en seco al ver el nombre agendado.

"Chifuyu :)"

¿Qué? ¿De verdad era él? ¡¿Ese Chifuyu?!

Claramente el lunes que iríamos a la escuela lo comprobaría, por el momento haré como si nada hubiera pasado y asumiré que ese "Chifuyu" era otro que de pura coincidencia se llamaba igual al chico que a mi mejor amigo le interesaba.

Pero en el fondo, deseaba que fueran la misma persona.

¿El destino al fin estaba de mi lado? Lo agradecería infinitamente al universo.

Aunque estuvo bastante extraña la noche, nunca creí conocer a Chifuyu de esa manera más aparte terminar besándome con él. Roce con mis dedos la comisura de mis labios, pues al menos no besaba mal, hasta podría atreverme a decir que tenía experiencia en ello.

— ¡Kazutora! – la voz de Draken me sacó de mis pensamientos.

— ¿Ya nos vamos? – dijo Mikey con un tono cansado.

— ¿El bebé ya quiere dormir? – se burló Baji a lo que mi amigo le sacó la lengua como respuesta.

— Oigan ¿y Takemichi? – pregunté al no verlo con ellos.

— Con su novia – llegó Mitsuya acompañado de Hakkai.

Todos asintieron de acuerdo, era lógico que querría pasar tiempo con ella y más siendo una chica quería cuidarla en este tipo de situaciones.

— Bien entonces ya estamos todos, nos vamos – avisó Draken subiéndose al auto, seguido de todos los demás.

Mientras iba de regreso, no pude evitar sonreír levemente al recordar lo que sucedió con Chifuyu y, por supuesto, esperaba conocerlo lo más pronto posible.